C + S = ¿amor?

Capítulo 1 - Existiendo

Cata.

 

Siendo el último día de la semana y estando en mi oficina, pienso en lo extraña que me he sentido todos estos días, tan ajena a todo. Pienso mucho en lo que soy hoy en día como persona y profesional. Las experiencias que he vivido, para bien o para mal, han cambiado mucho mi vida. Muchos recuerdos llegan a mi memoria, unos agradables y otros no tanto, pero que sumados me generan un sentimiento de soledad, y es de las que no se ahuyenta con amistad sino con la compañía de una pareja. Saliendo de mi letargo existencial llamó a mi asistente, la cual ingresa a la oficina.          

 

-Martica: ¿tenemos más asuntos pendientes o documentos que firmar? –Preguntó con sumo cansancio–   

 

-No señora Cata, su agenda ya está lista para la otra semana y los documentos que firmó eran los últimos pendientes –Me respondió con amabilidad–

 

-Bien Martica… creo que por esta semana es todo, además hoy es viernes y es muy justo que nos demos la licencia de irnos más temprano para la casita!!! –Le respondí–

 

-Bueno señora, le tomó la palabra, me voy a prisa para mi dulce hogar. –Me dijo antes de dirigirse hacia la puerta para salir, pero antes de hacerlo se giró y me hizo una pregunta –¿y usted realmente va directo para su casa?–  

 

-Ay Martica, como crees que me voy a desviar para otro lado, je, je, je –Me reí por su pregunta– Pero más tarde me encontraré con Fer para darle la bienvenida con una cena y quizás tomarnos unas cervecitas.

 

-Ay señora Cata, espero que no se enloquezca tanto con las “cervecitas” y por favor me saluda especialmente a la señorita Fernanda. Deseo que disfrute mucho su fin de semana –Me dijo con un real deseo por mi bienestar–

 

-Martica, tendré en cuenta su recomendación sobre las cervezas, je, je, je, pero no garantizo nada. Descansa y nos vemos el lunes –Fue lo último que le dije antes de verla salir de mi oficina–

 

Habiéndome despedido de mi mano derecha, quien me ha acompañado por muchos años a nivel laboral, tomo mis cosas y salgo de la oficina para dirigirme al apartamento y descansar un rato. En el trayecto a casa pienso en lo que puede ser mi reencuentro con Fer [no me gusta llamarla Fernanda], quien más que mi mejor amiga es mi hermana, nos conocemos desde la adolescencia. Los padres de ella llegaron hace mucho tiempo al frente de la casa de mis padres y desde que se instalaron y nos conocimos siempre hemos compartido infinidad de momentos, los cuales no han permitido construir a través de los años una camaradería sin igual entre todos, nos consideramos una familia extensa. 

 

Fer decidió hacer un viaje al extranjero para visitar y compartir con unos familiares, viaje que se fue prolongando a través de los meses. Antes de marcharse ya no es que nos saliéramos tanto, pues de un par de años para acá no me apetece mucho la vida social, dono todo mi tiempo al trabajo como una forma de no tener tiempo de pensar en mis vacíos existenciales. La verdad es que ella me ha tenido mucha paciencia por todos mis cambios, eso sí, durante su ausencia siempre estuvo pendiente de mí, regañándome por no salir, no descansar ni divertirme. Lo que si me ha venido advirtiendo es que cuando regresará las cosas tendrían que cambiar, que no iba a permitir que la soledad me siguiera consumiendo.

 

Con estos pensamientos llego a casa y me ponga ropa cómoda para descansar un rato. A eso de las 7 p.m. pasadas, y terminando la tarea de poner decente y presentable este bello cuerpo para salir, suena mi celular y sonrío al saber quién es la autora de la llamada.  

 

-Bienvenida mujer, y ¿Que dice la amiga más linda del mundo? –Pregunto con suma alegría–

 

-Gracias querida. La amiga más linda del mundo dice que ya está súper lista para que pases por ella, ¿te demoras? –Me responde con gran entusiasmo–  

 

-No Fer, ya pedí el taxi, porque siendo tu bienvenida amerita que nos tomemos unas chelitas, por eso no pienso manejar esta noche. Así que no te preocupes que en unos 15 minutos estoy contigo –Le digo para que no empiece con su tema de la puntualidad–  

 

-Perfecto, nos vemos ahora –me dice despidiéndose de mi–         

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.