Mientras avanzaba, sus pensamientos seguían inmersos en su tierra natal, no podía sacárselos de encima, daría su misma alma por volver a ver a su familia una vez más, decirles que sigue vivo y mejor que eso, verlos a ellos con vida.
Aunque quizás no todo estaba perdido... quizás ellos lograron escapar, el ejercito del Rey enemigo es demasiado grande y aun quedaron vigías, quizás los vigías habían notado al ejército y logrado dar la alarma a tiempo para que todos evacuaran, cerca del reino hay un bosque enorme y aunque es peligroso no estarían solos muchos otros sobrevivientes estarían ahí y se protegerían los unos a los otros...
Pensando esto el caballero levanto la mirada mordiendo su muñeca y tirando fuertemente el brazo se acomodó la muñeca que estaba rota, con la espada rompió el mecate que servía para cargar la misma espada e hizo un parche para su ojo, la herida del pecho intento cubrirla lo mejor que pudo con una camiseta hecha tiras amarrada en forma de vendaje y ya con esto empezó a caminar una vez más al lado contrario, ahora dirigiéndose hacia su hogar, con la esperanza de que aun tuviera uno... o con la esperanza de que al verlo, no ver a su familia, ya que eso significaría que siguen por ahí.
La armadura le pesaba, aunque la esperanza de volver a verlos le había dado algo de fuerza, todas las heridas que en su cuerpo había le habían hecho perder demasiada sangre, casi podría decirse que es un milagro que siga con vida; Ya estaba varios pasos lejos de donde toda la masacre había tomado lugar y a la lejanía logro ver un conejo que permanecía inmóvil cerca del tronco de un árbol, "Los conejos son muy rápidos y en mi estado actual sería imposible lograr atrapar alguno..." pensó mientras volteaba a ver los alrededores en busca de alguna manera de cazar al conejo, para su mala fortuna no logro encontrar algo, así que sin otra opción, se echó en el suelo y comenzó a arrastrarse lentamente hacia el conejo. Ya estando bastante cerca el conejo levanto las orejas vio al Caballero y comenzó a correr, el caballero al estar muy débil no hizo más que maldecir, se levantó tan rápido como su fuerza le permitió y se quitó su armadura quedándose solamente con una camisa que tenía debajo se la cota de malla y un pantalón entallado que protegía las piernas de las raspaduras de las placas de metal.
"Como no se me ocurrió esto antes..." grito el caballero sintiéndose mucho más ligero que antes y claramente haciendo menos ruido, mientras permanecía en sus pensamientos logro escuchar como una rama se había roto y por acto reflejo se echó al suelo una vez más sin hacer un solo movimiento, quizás los enemigos estaban barriendo la zona por algo... o probablemente es otro animal al cual podría cazar para poder comer y recuperar más fuerzas.
Sonaban pasos más cerca que antes, pero por suerte no parecían pasos humanos así que seguramente sería algo que comer, o antes de eso, algo que cazar. El caballero levanto un poco la cabeza y logro ver un venado pequeño que se tambaleaba por tener dos de sus patas lastimadas, "¡Vaya suerte!" pensó el caballero y se levantó lentamente y comenzó a caminar despacio hacia el pequeño venado el cual vio al hombre y no intento huir.
Acto seguido el caballero empuño su espada y atravesó al animal justo en el cuello, lo cual curiosamente fue algo muy sencillo... ya que el venado no intento huir u oponer resistencia. Estando ya muerto solo quedaba limpiarlo por dentro así que el caballero usando la espada fue cortando partes y separándolas, busco en los alrededores hojas y ramas secas y las amontono, regreso por su casco y lo lleno de agua de un charco de agua que estaba justo ahí.
Hirvió el agua, luego tiro gran parte y dentro puso lo que había cortado del venado. Terminando de cocerlo lo comió se levantó y emprendió marcha de nuevo hacia su hogar, cada paso que daba seguía pensando en que quizás su familia aún estaba con vida, y rogaba por no verlos ahí... Miraba hacia atrás con miedo de que algún soldado enemigo lo estuviera siguiendo pero no había algo, así mismo volteaba ocasionalmente a los lados a la vez que se detenía por si algún animal salvaje estaba cerca para verlo antes e intentar enfrentarlo o huir.
Sus piernas definitivamente no daban para más, estaba demasiado agotado y este mismo cansancio le hizo caer al suelo, por si no fuera poco comenzó a llover, era una tormenta realmente horrible, los rayos se escuchaban muy fuerte y con una frecuencia muy alta. Estaba el caballero a punto de quedarse dormido cuando un rayo impacto en un árbol a unos metros de él, provocando así un incendio, si no fuera poco el mismo sonido que causo el mismo rayo, el ver como todo está siendo cubierto por las llamas fue motivo suficiente para hacer que ese cansancio desapareciera y comenzar a correr desesperadamente hacia cualquier lado donde el color que se viera no fuera el rojo...
Aun agotado con miedo recorriendo todas sus venas y un pensamiento ahora de esperanza por ver a su familia una vez más, el caballero no se detuvo ni un solo segundo, detrás de él, aquel fuego iba quemando todo a su paso y avanzaba a una velocidad que aunque parecía poca en esa situación se vería como si fuera lo más rápido del mundo. El caballero tropezó con una raíz de un árbol que estaba por encima de la tierra coloco su pie para ponerse en pie y en ese momento un tronco de otro árbol al lado cayó sobre de su pierna, cubriendo de la rodilla hacia abajo, el Caballero gritando de dolor (aunque por suerte no sentía algo roto) comenzó a intentar empujar aquel tronco desesperadamente antes de que el fuego lo cubriera, para lo cual no faltaba mucho, se veía muy cerca el humo cubría muchos lados y olía.
No se quiso dar por vencido, ya que ahora tenía algo por lo que luchar, si su familia estaba viva no podía permitirse morir ahí sin decirles una vez más que les amaba, junto todas sus fuerzas y logro mover un poco el tronco, tomo aire nuevamente y empujo el tronco ahora haciendo fuerza con su pierna que estaba debajo, el tronco se movió un poco más hasta que por fin rodo lentamente liberando así al Caballero, él estaba demasiado cansado y con justa razón... Estar pasando por estas situaciones una tras otra sin siquiera descansar ni el cuerpo ni la mente, sería suficiente para hacer estallar a cualquiera; Se levantó y comenzó a correr nuevamente olvidando su espada y un pedazo de tela donde había guardado lo que le quedo del venado que había cazado con anterioridad.
Comenzó a llover con más fuerza apagando así el fuego y el Caballero se tiró al suelo exhalando fuertemente y sin previo aviso se quedó inconsciente. Despertó y de un brinco se paró de su cama cuando... Espera... ¿Una cama?, el Caballero confundido volteaba a ver los alrededores y no era otra más que su casa, salió de la habitación y vio a su mujer e hijos en la mesa comiendo, corrió hacia ellos y los abrazo como nunca antes lo había hecho, su mujer tan confundida como él le dijo:
- Khan, ¿qué te pasa?, no digo que no debas abrazarnos... pero lo haces parecer como si no nos hubieras visto en toda una vida...- Dijo la mujer mientras le sostenía la mejilla.
El hombre tomo la mano de ella, la acerco a sus labios, la beso y le respondió:
- He soñado algo... Hubiera parecido que llevaba mucho tiempo dormido, porque fue un sueño tan detallado incluso recuerdo todo lo que ha pasado... En el sueño todos moríamos... Bueno, yo permanecía, pero la guerra había terminado...
- ¿Guerra, pero de que hablas hombre?, Sabemos que nuestro Rey no puede tolerar al otro... Pero jamás han dado indicios de una guerra, mira, no sé qué abras soñado pero permanece tranquilo nosotros seguimos aquí, tú sigues aquí, y jamás nos iremos, ¿De acuerdo? – Dijo la señora tras interrumpirle, y caminando hacia la puerta
Al escucharla, el hombre comenzó a llorar nuevamente, abrazando a sus hijos quienes solo le veían y decían en conjunto "Papa, ¿está bien?", Khan solo asentía con la cabeza a la vez que les apretaba más con sus brazos sin llegar a lastimarlos. "No saben cuánto los amo" dijo, hacia ellos y volteando a ver a su mujer quien estaba en la mesa recogiendo los platos que habían utilizado.
Khan, caminó hacia su habitación para cambiarse y así mismo encubrir que estaba llorado, cuando cayó al suelo nuevamente... Al abrir los ojos estaba nuevamente en aquel lugar donde antes había habido un incendio y donde todo termino para el...
Envuelto en una rabia enorme comenzó a gritar al cielo, golpeando el suelo con rabia, llorando a mas no poder mientras se mordía a si mismo los labios, logrando sacarse sangre, el hombre estaba despedazado y no hacía mas que golpear repetidamente el suelo, empapado por la lluvia, la cual aún seguía y maldiciendo a pulmón abierto hacia el cielo...
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Editado: 13.01.2021