Caballero Cosmos

Capítulo 11 (V2)

    Al llegar a su cafetería, Allen miró a una chica con pelo teñido de color rosa detrás del mostrador.
   —Ya has llegado Rose, no me acordaba de que venías el otro día.
   —Alex está en la terraza. ¿Es seguro?
   Allen se sentó frente al mostrador sin comprender la pregunta de Rose, aunque ella le enseñó un periódico con una imagen suya en la que sujetaba a una mujer con sus brazos, el suelo a su alrededor estaba agrietado y con trozos sobresalientes.
   —¿Te refieres a éso? No ocurrirá nada, sino Calibur se habría deshecho de las pruebas, y su jefe sobornaría o amenazaría a los medios. Aunque no sé qué tienen pensado, podrían haber ido a por mí desde ese día.
   Unas manos se posaron en los hombros de Allen antes de empezar un masaje.
   —¿Cuándo vas a olvidar lo que ocurrió?
   —Cada persona lleva su propio pesar, y el mío es tener las manos manchadas de sangre, para bien o mal.
   Alex negó y suspiró, colocándose al lado de Rose en el otro lado de la barra.
   —Por cierto, ya te has ganado un nombre de héroe.
   —Que no sea ridículo por favor.
   Álex y Rose sonrieron y ojearon el periódico hasta que llegaron a una página.
   —Te han titulado como "Novato Inconsciente".
   Allen miró a Rose con estupefacción.
   —¿Cómo voy a ser inconsciente con una dama expuesta al peligro? Es absurdo se mire como se mire.
   Alex se rió al escuchar las palabras de Allen, aunque se estaba aguantando gran parte de su risa.
   —Te han nombrado Caballero Loco por saltar desde el piso 59 con un civil.
   Allen se quedó en silencio por unos segundos antes de hablar.
   —Novato Inconsciente... y Caballero Loco... voy a ser el hazmerreír de los medios por varios meses.
   Rose colocó frente a Allen una taza de café y le enseñó el periódico abierto en la sección de noticias sobre los héroes.
   —Lo tuyo es una noticia inferior, solo tiene un apartado, en comparación con...
   Alex frenó a Rose antes de continuar, fue entonces que Allen vio la noticia principal de la sección y un intenso odio comenzó a emerger de él, cambiando su semblante por uno que pocas veces mostraba.
   —¿Calibur... mató al Gigax Leo?... ¿Calibur?... ¿Se refieren a... ¡Ése Calibur!?
   El tono de voz de Allen se intensificaba poco a poco, aunque como una pompa de agua, en cualquier momento podría estallar.
   —Tranquilo Allen, deberías saber que Calibur...
   Al igual que antes, Alex hizo que Rose se callara, aunque Allen miraba a Rose con un leve brillo amarillo en sus ojos.
   —Termina... debería saber que Calibur qué.
   —Calibur viene a Ciudad F porque se va a presentar a presidente de la Federación. Explicará su programa electoral y lo que tiene planeado.
   Alex terminó lo que Rose iba a decir, aunque Allen solo escuchó que Calibur iba a venir.
   Una siniestra sonrisa se mostró en el rostro de Allen antes de que Alex lo despertara con un tortazo, dejándole la mejilla derecha roja con el contorno de la mano. Después de un breve tiempo en silencio, Allen se levantó y dejó la cafetería, Rose y Alex miraron su espalda mientras se iba.

 

   En un parque cercano a su cafetería, Allen se sentó en un banco y miró a los pájaros que picoteaban las migajas de pan que había en el suelo.
   Allen sacó de su bolsillo una piedra de cristal marrón y lo miró en silencio mientras jugaba con ella en sus dedos.
   —No pensaba encontrarte en un sitio así Allen.
   Allen miró al hombre que le habló, lo que más le llamó la atención fue la gran cicatriz que tenía en su rostro. Ese hombre se tomó la libertad de sentarse a su lado en el banco antes de sacar un trozo de pan seco.
   —Siempre vengo aquí a tomarme un descanso del trabajo y me entretengo con los pájaros. ¿Qué haces aquí tu?
   El hombre le preguntó, aunque Allen no tenía idea de quién era aún le respondió, ya que desde que comenzó a trabajar para la Federación conoció a varios héroes del equipo de Shinobi, aunque al no ocultar su rostro tan herméticamente, los demás lo reconocerían fácilmente, mientras que él tendría que ingeniárselas para descubrir quiénes eran bajo sus distintos tipos de máscaras y pasamontañas.
   —¿Sabías que Calibur va a venir a la ciudad?
   —Así que es eso... tanto los héroes de esta sucursal de la Federación como los villanos de la ciudad lo sabían desde hace varios días.
   —¿Y nadie tuvo la decencia de decírmelo?
   El hombre sonrió y lanzó varios trozos minúsculos de pan.
   —No es cuestión de decencia, sino de miedo. Eres un novato que a matado a un monstruo y dos descontrolados, sumando el hecho de que Shinobi sabe tu relación con Calibur, solo le hizo falta unas pocas palabras junto con la ayuda de Titán para que todos se callaran.
   Allen asintió, comprendiendo la situación en la que se encontraba Shinobi.
   Shinobi había aceptado a Allen como parte de su equipo, por lo que si hiciera algo fuera de las normas de la Federación, Shinobi tendría que responder por él.
   —Además, solo hace falta recordar lo que hiciste hace un par de semanas. Saltaste desde el piso 59 con una civil, eso fue algo bueno, pero estabas en periodo de prueba por lo que para Shinobi no fue bueno. Tuvo que explicar la situación a los rangos superiores, si no fuera porque es uno de los cien mejores rango A, ya lo habrían descartado.
   Allen asintió. Sabía que Shinobi había sido llamado para pedir una explicación, pero no pensaba que hubiera sido tan grave como para que los rangos superiores fijaran su atención en el asunto, pensaba que a lo sumo le advertirían de que no volviera a romper las normas establecidas.
   —Eres demasiado impulsivo Allen, te tienes que tranquilizar y pensar antes de actuar. Aunque en cierta manera tienes suerte.
   El hombre sonrió con sus últimas palabras y lanzó otros trozos de pan al suelo antes de mirar a Allen.
   —La mayoría de equipos de héroes están sobornados, los héroes líderes en otras ciudades hacen pactos con diversos gremios de villanos, incluso algunas veces hacen oídos sordos cuando aparecen monstruos y dejan que destruyan un poco antes de aparecer y vencerlo, llevándose así una mayor ganancia con la reconstrucción. En esta ciudad los únicos equipos que hay son los de Shinobi y el General Titán, aunque debido a varias circunstancias se unieron y ahora son un único equipo.
   El hombre tiró el poco pan que le quedaba y se levantó, mirando a Allen con una sonrisa.
   —Entre los dos decidieron que Titán se presentaría a las elecciones de presidente de la Federación, mientras que Shinobi se encarga de organizar a los héroes de esta ciudad. Su único objetivo es purificar la que una vez fue un hogar para las personas con habilidad, convertir a los héroes corruptos en villanos públicos, y empezar desde cero. Pero no pueden hacerlo sólos.
   Allen se rió pesadamente y miró al hombre.
   —¿Y qué se supone que debo hacer? Solo soy un experimento fallido... solo eso...
   El hombre dejó de sonreír mientras negaba y suspiraba.
   Tras pensar unos segundos, el hombre obligó a Allen a levantarse y le golpeó en el estómago, haciendo que Allen se encogiera y su rostro pálido mirara al hombre.
   —Allen, los medios te han dado el nombre de Caballero Loco... ¿Pero sabes cómo te llama la mujer que salvaste?
   Allen miraba con el rostro desencajado por el dolor al hombre, aunque no le hizo falta preguntar ya que el hombre seguía hablándole seriamente.
   —La mujer que salvaste te llama héroe, así que actúa como tal. No puedes venirte abajo porque viene una de las personas que odias, no solo Shinobi y Titán están intentando por todos los medios que la Federación no te asigne a otra ciudad, otros que están de su parte también están borrando tus rastros y manipulando las grabaciones, haciéndote parecer mas débil de lo que en realidad eres. Lo menos que puedes hacer es responder a su ayuda y mantenerte firme aunque te cueste.
   El hombre levantó a Allen y lo miró a los ojos antes de soltarlo y coger de un bolsillo de su camisa un pequeño aparato metálico redondo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.