Caballero Cosmos

Capítulo 28 (corregido)

Allen llegó a las afueras en la parte norte, viendo una tierra llena de césped y diversas flores. Aunque su rostro seguía serio, sus labios casi se curvaron en una sonrisa.
 —Recuerdo éste lugar...
Aunque el cielo negro no le permitía a Allen verlo en todo su esplendor, a Allen se le ocurrió una forma de iluminar el lugar completamente, por lo que sacó una piedra gris con un líquido rojo en su interior.
Apretando la piedra en su mano, Allen hizo aparecer diversas esferas de llamas en el cielo que revitalizó las plantas, que en su mayoría estaban secas. Sacando otra piedra gris, una que tenía un líquido azul, la apretó en su mano restante haciendo que emergiera agua del interior de su puño, y roció las plantas con el agua.
 —Bien... creo que necesitan un poco de aire fresco y tierra.
Allen guardó el rubí y sacó una piedra rosa con un líquido verde oscuro, mientras que la mano que había sujetado el zafiro ahora tenía en sus manos una de las mitades del topacio.
Usando la esmeralda, una gentil brisa fresca hizo que las flores y el césped se mecieran suavemente, mientras que al usar el topacio la tierra se removió y recobró su perdida vitalidad.
 —No puedo ayudaros más...
Allen se arrodilló y acarició con sus dedos el césped cubierto del rocío creado por el poder del zafiro.
 —Aunque... también podría...
Sonriendo, Allen caminó durante unos minutos. Allí comenzó a escarbar en la tierra y sacó una de las mitades del topacio, arrojándola al agujero y tapándolo con tierra de nuevo.
 —No puedo ayudaros mucho, pero si que puedo daros mas fuerza a través de ésta mitad del topacio, yo ya no tengo ningún uso para el de todas formas.
Allen se levantó y sonrió.
 —Según lo que me dijo Aegis, es la cristalización del propio elemento tierra... no sé porqué lo llamé Topacio de la Voluntad, supongo que me gustaba el nombre. Como es la cristalización de uno de los elementos primarios, toda el área se beneficiará de ello.
Despidiéndose, Allen se giró y se fue, pero antes de alejarse mucho del jardín, un brillo blanco irradió del lugar donde enterró la mitad del topacio, creciendo al instante un gran árbol de varios metros de diámetro que tenía algo incrustado en su tronco.
Al acercarse, Allen vio el gran árbol que tenía hojas de un color verde y cada una de sus ramas tenía un color marrón profundo. Pero lo que más le llamó la atención a Allen fue el tronco del árbol, ya que tenía una empuñadura plateada.
Cuando sujetó el mango, las piedras salieron del bolsillo de Allen y flotaron alrededor que, con los brillos plateados del mango, las piedras volvieron a su color original e incluso la mitad del topacio se regeneró y tomó su color amarillo original.
Al sacarla del tronco, Allen pudo ver que era un florete plateado en su totalidad a excepción de un broche dorado con cinco espacios, similar al pomo del bastón antes de que se rompiera, entre la hoja del florete y el mango.
 —Florete... Radiante de Luz...
Allen sonrió, e incluso sintió como la ira, el rencor y la tristeza que había sentido se disipaban, recordando todo lo que había hecho y miró la ónix que flotaba alrededor de él.
 —No esperaba que el Ónix del Odio tuviera un remanente de la conciencia del Umbralux... casi me consume.
Aunque a diferencia de antes, Allen sujetó la ónix en su mano restante y sonrió pacíficamente.
 —Aunque el odio y la tristeza son sentimientos, todo caballero que se precie debe tener esos sentimientos también, ya que demuestran que es humano.
En la cintura de Allen se formó una vaina para el florete a partir de las partículas de luz que irradiaba el árbol.
 —Los problemas de uno en uno... Thomas, Nick y Zack han aparecido aquí, moví la Ciudad F entera al Mundo Negativo accidentalmente... Aegis va a por mí abiertamente si ha enviado a unos cuantos integrantes del Proyecto Perfección sin miedo... aunque Aegis puede esperar, lo más importante son los civiles de la Ciudad F así como los monstruos del Mundo Negativo...
Allen resopló y miró el árbol del que había salido el florete antes de mirar todo el jardín, tanto el césped como las flores tenían pigmentos vívidos y sanos.
 —Aquí es donde llegué cuando me escapé con Seira... parece que fuera ayer cuando me marché de la Federación Heroica con ayuda de Seira y llegamos aquí. Una pena que nos siguiera Calibur e insertara en Seira el aura del Ónix del Odio, volviéndola...
Allen sonrió, perdiéndose en los recuerdos del pasado. Repentinamente, el suelo tembló, haciendo que Allen mirara fuera del jardín en dirección a la Ciudad F seriamente.
 —Entonces lo primero es defender a todos, tanto de los monstruos como del grupo que ha enviado Aegis.
Allen guardó en la vaina el florete y sujetó la esmeralda en una de sus manos, volviéndose una brisa de aire antes de desaparecer.

 

Al llegar a la ciudad, Allen miró a una gran masa de fluido viscoso azul. Alrededor de la criatura estaban Shinobi y Sombra Carmesí lanzando kunais y shurikens mientras que Titán, con el tamaño de un edificio intentaba aplastar a la criatura con sus brazos.
 —Zack... pero no debería estar solo.
Mirando a todas partes, Allen encontró a un anciano en un tejado junto a una mujer rubia, frunciendo el ceño.
 —Elisse y Archibald... va a ser complicado si interfieren.
Allen sacó de un bolsillo el prisma y sonrió, siendo envuelto en una luz blanca que alertó a los demás, mirándolo pero sin saber quién era.




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