Caballero Cosmos

Capítulo 34 (corregido)

En el interior del edificio de la Unión de Héroes, en el departamento de reuniones, Titán golpeó la mesa metálica con su puño.
 —¡La mejor solución es fortificar la ciudad, plagarla de trampas y matar a cada persona que sea enviada por Aegis!
Los presentes sentados en las sillas miraron a Titán tras escuchar su exagerada propuesta.
Las personas presentes eran los héroes más influyentes o poderosos de la recién creada Unión. Aparte de Allen, Sombra Carmesí, Shinobi y Titán, también estaban acompañados por siete personas extra.
 —No diga tonterías General, pondríamos a los civiles en un peligro extremo sin necesidad.
Allen miró a la persona que habló y sonrió. Esa persona era la misma que salvó del Lupus Mega, que tras aquel incidente se volvió miembro del equipo de vigilancia llegando a ser el líder del mismo en poco tiempo, por lo que ahora vestía un mono blanco con dos estrellas en su pecho.
 —Lo que dice Leid es cierto Titán, no podemos tratar con semejante tipo con simple fuerza bruta... aunque tenemos como arma secreta el ataque arcoíris que usó Allen contra la Gigax Virgo.
La mujer que apoyó a Leid era la líder del equipo de inteligencia, Megan, y tenía el pelo y los ojos blancos debido a su habilidad, al igual que Leid, vestía un mono blanco con dos estrellas en su pecho.
 —Siento desilusionarte señora Megan, no recuerdo cómo activé aquel ataque y aunque lo recordara, también lo vio Archibald, por lo que no me extrañaría que se lo hubiera dicho a Aegis.
Megan suspiró ahogadamente y se estiró sobre su silla.
 —De todas formas, ya sabéis todos los presentes que poseo en mi propio código genético el gen evolutivo que poseía el Umbralux Draco, por lo que si se activa en circunstancias anormales podría desencadenar un ataque completamente nuevo, o incluso una mejora en mi propio Nivel de Crecimiento.
 —Aún así no podemos esperar ese momento Allen, menos sabiendo que Archibald con su control mental sigue vivo o que Aegis tiene su vista sobre nosotros.
Un hombre calvo habló esta vez, Serval, el líder del equipo de limpieza, vestía igual que Leid y Megan.
 —Y por si fuera poco los monstruos están inquietos y aparecen con mas regularidad, yo y mi equipo hemos cazado en un lapso de cinco horas más de veinte monstruos de categoría 1, lo bueno es que tenemos muchos materiales de sus cadáveres y no tenemos bajas.
El líder del equipo de seguridad, Tim, era un hombre fornido y moreno, se ganó el puesto por su experiencia como ex militar y villano bajo el mando del antiguo grupo de Sombra Carmesí.
 —Tim, ¿le entregaste los cadáveres al equipo de desarrollo?
Para responder a Sombra, Tim se levantó completamente recto y con una mirada firme.
 —¡Sí, señor! ¡Helen estuvo muy agradecida por entregar tantos a la vez!
Al ser el objetivo de todas las miradas, Helen, una mujer con el pelo castaño sonrió, las pupilas de sus ojos eran sesgados.
 —Son unos especímenes interesantes, creo que en unos días podremos mejorar el sistema defensivo de la ciudad, como mínimo podremos desarrollar cañones bajo tierra teledirigidos, los usaremos contra amenazas de baja categoría, y con ellos entretendremos a los de mayor categoría.
Una mujer negó mientras se quedaba pensativa, era Vicky, la líder del equipo de estrategia, su cabello y ojos eran marrones.
 —Helen. ¿Podrías crear algo mayor?
 —Explícate...
Vicky miró a Allen y suspiró.
 —Lo suficientemente grande como para volar la Ciudad A entera.
Allen, al igual que los demás, se quedó impactado, pero Shinobi rápidamente interfirió antes de que Helen respondiera.
 —Me opongo en la creación de algo con esa fuerza militar.
Un hombre trajeado, que representaba a los civiles y era el alcalde de la Ciudad F, agregó.
 —Es verdad lo que dice Shinobi, si se crea semejante arma sería un desastre, cundiría el pánico entre los civiles y las demás ciudades.
Allen golpeó la mesa con sus nudillos, cuando vio que todos le prestaban atención se aclaró la garganta.
 —Si bien es cierto que dicha arma podría deshacerse de nuestros problemas de raíz, no es algo que nosotros, como héroes, debamos hacer. No solo llegaríamos al punto del genocidio, sino que nos volveríamos asesinos y no seríamos tan diferentes de Aegis y su séquito.
Sombra miró la hora y se levantó.
 —Viendo la hora, podemos zanjar la reunión en este punto.
Después de que todos se marcharan, Titán, Shinobi y Sombra se quedaron en la sala junto a Allen.
 —Vicky propuso ese tipo de arma porque no sabe el tipo de poder que tiene un categoría 7... además... aunque la hiciéramos exitosamente, Aegis defendería la Ciudad A sin esfuerzo.
Titán asintió y se estiró, colocando sobre la mesa sus piernas cruzadas.
 —Sólo hay que recordar que el Umbralux Draco logró destruir incontables ciudades y Aegis lo mató sin tener experiencia... je... tiene que ser una pesadilla enfrentarse a el ahora, y por si fuera poco está ese "consejo de héroes" que pide explicaciones por todo.
Shinobi miró a su hermano, y a su vez, éste miró a Allen.
 —Titán, no existe ningún consejo de héroes, estuviste informando todo el tiempo al propio Aegis.
Al escuchar las palabras de Allen, Titán se rió pero poco a poco se volvió más serio, incorporándose y sentándose firmemente en la silla y miró a Allen, con sus piernas temblando.
 —Estás... estás diciéndome que tras la puerta metálica bajo la Ciudad A... ¿no estaban los héroes superiores al rango S?
Sombra tocó el hombro de Titán, notando su temblor.
 —Titán, según lo que nos dijo Allen, Aegis ordenaba a Calibur que matara a cualquier héroe que supusiera un problema.
 —Y no solo eso Sombra, el consejo fue creado como una tapadera. Siempre que se informaba, los presentes eran los integrantes del Proyecto Perfección y Aegis.
Allen agregó después de Sombra, haciendo que el temblor de Titán se acentuara.
 —¿E-E-Entonces qué hay ahí abajo?
Allen suspiró y acarició el mango del florete subconscientemente.
 —Allí adentro está el sitio donde experimentaron conmigo... y el cadáver del Umbralux Draco, eso es lo que sentías, el poder residual restante de su cadáver, al menos... eso tengo entendido. Nunca dijeron qué hicieron con el cadáver del Umbralux.
Titán miró al vacío, con sus pensamientos puestos en las palabras de Allen.




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