Caballero Cosmos

Capítulo 36 (V2)

    Allen logró detener cuatro golpes con sus manos y el resto con sus antebrazos, pero con la fuerza que tenía Lektor, ni siquiera el traje resistió la presión y se rompió.
   Lektor sacó su arco y comenzó a disparar flecha tras flecha contra Allen, que había sacado el ónix y se preparaba para acceder a su Estilo del Caballero de la Tristeza. Esquivando las flechas gracias al impulso del viento, Allen cambió la esmeralda en el broche dorado del florete por la ónix, haciendo que su cuerpo se cubriera en llamas negras.
En ese estado intangible, las flechas atravesaban su cuerpo y Allen aprovechó para acercarse a Lektor, que lo miró con una mezcla de diversión y fastidio, por lo que guardó de nuevo el arco en su espalda y sacó una pequeña daga con la hoja de la misma cubierta de sangre seca.
   A escasos metros de distancia, Allen emergió de las llamas vestido con el traje negro y dos líneas negras en su rostro que bajaban desde sus ojos rojos mientras mantenía en su mano derecha el florete con el que le envío a Lektor varios golpes que chocaron contra la daga.
   Cuando Allen golpeó por décima vez la daga, Lektor aprovechó el momento para deslizarse bajo el florete y golpear a Allen en su vientre, haciendo que se encogiera y apretara los dientes, aguantando el dolor.
   —Venga Allen, no es tan difícil. Solo tienes que volver por un par de días, incluso menos que eso.
   Allen escupió sangre antes de mirar a Lektor seriamente, de la comisura de sus labios brotaba sangre.
   —¿Para qué me sigue queriendo Aegis? Canceló el Proyecto de Arma Elemental Emocional, creyó que el gen evolutivo no podía usarlo un humano y me descartó... pero...
   Allen se respondió a si mismo. Lo que buscaba Aegis era el gen evolutivo del Umbralux Draco en su sangre.
   —¡Bingo! Aegis piensa que has mejorado el propio gen evolutivo, por lo que va a intentar tomarlo para sí mismo y llegar a su tan ansiada "perfección".
   Mientras hablaba, Lektor comenzó a hablar de una manera condescendiente, casi riéndose de Aegis.
   —¿Y si no lo logra? Cuando Aegis les inyectaba el gen a los posibles candidatos de su proyecto, su cuerpo acababa teniendo un colapso genético.
   —Eso poco me importa, yo lo que quiero es cazar lo que emerja de la ocurrencia de Aegis, tanto si es aliado como enemigo.
   Lektor negó mientras cerraba los ojos, pero al abrirlos de nuevo, sus iris se habían vuelto dorados y sus pupilas minúsculas. Con un giro rápido de su muñeca, Lektor cortó la mejilla de Allen mientras en la hoja de la daga descansaba una gota de sangre.
   Mientras miraba su sangre, el traje negro de Allen desapareció, vistiendo de nuevo su traje normal e incluso el florete en su mano se oxidó rápidamente hasta que se convirtió en polvo.
   —¿Lo ves? No era tan difícil, entregar una única gota de sangre y todo lo que te une a Aegis desaparece.
   Allen se derrumbó en el suelo mientras Lektor sacaba un frasco de cristal y guardaba en su interior la gota de sangre. Una vez que terminó su trabajo, Lektor se giró y se fue, pero a mitad de camino se giró y miró a Allen.
   —Allen, sigue mi consejo, vete de Ciudad F, Aegis a ordenado su destrucción por disidencia y rebelión contra la Federación. También... Calibur desapareció poco antes de que casi perdieras el control, ahora que eres un civil, se querrá vengar de ti.
   Allen negó y sacó de su bolsillo el topacio, el rubí, el zafiro y la esmeralda, todas se convirtieron en polvo en sus manos. Apretando sus puños mientras las observaba, Allen dirigió su mirada a Lektor.
   —Dile a Aegis, que no necesito el gen evolutivo del Umbralux, y que si quiere mi vida, tendrá que venir a por ella.
   Lektor sabía que Allen no tenía ninguna habilidad, nunca la había tenido, solo pudo volverse tan fuerte gracias a la ayuda del gen evolutivo del Umbralux. Sin embargo, con solo esas pocas palabras y estando en un estado tan débil, sus manos temblaron y su corazón empezó a palpitar locamente.
   Allen se levantó aún con sus puños cerrados con el polvo de las diversas piedras aún en ellos.
   —Da igual a quién envíe, me desharé de ellos. Antes de que toque a algún civil, tendrá que pasar por encima de mi cadáver, incluso si viene el mismo Aegis.
   Lektor sonrió y agitó el frasco con la gota de sangre.
   —Sí... claro... ya nos veremos, "héroe".
   Una vez que se alejó lo suficiente, Lektor miró sus manos temblorosas y notó su propio pulso ridículamente rápido.
   —No tiene ningún poder, ni habilidad, ni nada... y aún así... tengo... ¿miedo?
   Olvidándose de Allen, Lektor miró el frasco y desapareció en el interior del bosque.

 

   La despedida de Lektor hizo que Allen sintiera una punzada de dolor en su corazón al llamarlo héroe.
   Había perdido el gen evolutivo, las piedras, el florete, todo en un parpadeo. Ya no tenía el poder para confrontar ni siquiera a monstruos de categoría 1, no podía ser un héroe. No obstante, pese a perder todo su poder, seguía mirando seriamente a Lektor hasta que desapareció entre los árboles y matorrales del bosque.
   Allen sacó un reloj de bolsillo y apretó un botón extra.
   —Aquí Allen; Shinobi, Sombra, Titán, Helen... todos, reunión urgente. Lektor a conseguido quitarme el gen evolutivo, y con él, mis poderes.
   Dejando de apretar el botón, volvió a introducir el reloj en uno de sus bolsillos y miró el cielo, pensando y respirando tranquilamente. Allen pensaba que le sentaría peor, pero extrañamente, estaba sereno y pensaba con tranquilidad maneras diferentes de poder pelear sin tener los poderes que le otorgó el gen evolutivo.
   —Entonces... igual que al principio... un humano normal, sin ayuda extra de un código genético ni un poder milagroso.
   Junto a sus palabras, pensó que perder sus poderes le sirvió para recordar que no era tan poderoso como pensaba que era y para recordarle contra quién se estaba enfrentando.




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