Capítulo 40 (V2)

    Sombra mantenía una distancia razonable entre él y Elisse mientras caminaba dando pasos cruzados en círculo, sus manos sujetaban la ninjato fuertemente.
   —Como quieras Ryomaru...
   En la cabeza de Elisse volvió a aparecer su casco a la vez que en sus manos aparecían dos lanzas de luz azul con forma de aguja. Al mirar las lanzas, Sombra tragó saliva y puso sus manos con la ninjato al lado de su pierna izquierda.
   Las alas blancas en el casco de Elisse se extendieron, creciendo varios metros, y junto a las alas en su espalda, le dieron un gran impulso con el que se abalanzó contra Sombra usando una de sus lanzas para penetrar en su hombro, aunque en última instancia, Sombra desvió la lanza con la ninjato e hizo varios saltos horizontales girando su cuerpo.
   Una vez que se detuvo, Sombra agarró de su cintura una esfera hecha de madera fina con un talismán en el que estaba escrito con color rojo en caligrafía china tradicional "Explosión". Al romper un pequeño trozo de la mecha, el resto comenzó a arder, por lo que Sombra lanzó la esfera y volvió a sujetar la ninjato con ambas manos.
   —Un truco barato...
   Elisse hizo desaparecer una de sus lanzas antes de chasquear los dedos. En ese momento, la bomba en el aire se detuvo y fue absorbida por un vórtice antes de desaparecer por completo.
   —Por eso los ninjas estáis obsoletos... en comparación con una habilidad, vuestro entrenamiento es mediocre.
   —Jeje... yo llamo a este truco... Arte Sorpresa: Explosión de Cortes.
   Tras las palabras de Sombra, Elisse pensó cuidadosamente y miró al suelo debajo de ella, viendo múltiples kunais, shurikens y sobretodo, las mismas esferas de madera fina que lanzó Sombra hace un momento. Aunque a diferencia de la que lanzó, cuando Elisse se percató de las bombas la mecha había alcanzado el núcleo.
   Una enorme explosión se concentró donde estaba Elisse, aunque Sombra se negaba a relajarse y mantenía la misma postura mientras miraba el lugar donde había estado antes.
   Cuando las llamas se atenuaron tras unos segundos, Sombra frunció el ceño y miraba a Elisse salir de las llamas, pero estaba seguro de que había recibido daño ya que la armadura estaba ligeramente derretida y sus alas, tanto las de su espalda como las de su casco, estaban chamuscadas quedando de ellas solo los huesos.
   —Como me esperaba, solo te ha afectado el fuego de la explosión... aún así, ¿qué decías de los ninjas o tu categoría?
   Sombra le preguntó mientras mantenía una sonrisa, haciendo que Elisse apretara sus puños y aparecieran tras ella una docena de lanzas de luz azul.
   —Mierda...
   Aunque se quejó, Sombra mantuvo su sonrisa mientras que Elisse enviaba todas las lanzas hacia él. Sin poder reaccionar lo suficientemente rápido, Sombra solo pudo desviar las primeras tres lanzas, las demás le atravesaron el vientre, los hombros, o las piernas.
   —La técnica no lo es todo Ryomaru, la fuerza y los números siempre se impondrán.
   Sombra escupió un gran bocado de sangre y miró a Elisse, de las comisuras de sus labios emergía sangre.
   —Entonces felicidades... eres la segunda persona que me obliga a ponerme serio...
   Sombra tiró la ninjato y se empezó a sacar las lanzas.
   —Siempre he tenido curiosidad... ¿Qué es más rápido, una sombra creada por la luz, o la deformación del espacio?
   Tras quitarse la última lanza, las palmas de sus manos estaban quemadas y un olor de carne cocinada impregnaba el ambiente.
   —Elisse... ¿sabes? El origen de los nombres de los héroes y villanos se basa en nuestra habilidad... mi habilidad nunca la he comprendido, por eso sólo uso mis técnicas ninja... la única vez que usé mi habilidad, casi mato a Titán y a Shinobi sin querer... pero el villano desapareció completamente...
   —Así que te refieres al Incidente del villano Magmax...
   Sombra no dijo nada, simplemente dio un paso atrás y tocó su propia sombra con su pie, en ese instante, todo su cuerpo fue envuelto en una niebla negra con dos luces rojas donde se encontraban sus ojos.
   —Mi habilidad la llamo, Sombra Acechante.
   Elisse observó con curiosidad la habilidad de Sombra, fijándose que todo su cuerpo, a excepción de su mitad superior, se había fusionado con su propia sombra la cual se extendió a la sombra de otro edificio.
   —Una habilidad humana será siempre inferior a la de un monstruo, y mi habilidad procede de los genes del Umbralux Draco. Tal y como dice Lord Aegis, los monstruos son la evolución perfecta de los humanos.
   Elisse volvió a invocar sus lanzas de luz en el aire tras ella y las envió hacia Sombra, atravesándolo. Aunque sin que ella lo supiera, tras ella apareció Sombra y la atrapó con varios tentáculos negros que emergieron de su propia sombra en el suelo.
   Al estar atrapada, el espacio a su alrededor se deformó, apareciendo a varios metros de distancia. Pero al contrario de lo que esperaba, Sombra no la siguió, se quedó en el mismo lugar sin hacer nada.
   —¿Acaso no me ves Ryomaru?
   Sombra no respondió a Elisse, se quedó mirando al vacío con la niebla sombría que formaba su cuerpo ondulando por el viento.
   Elisse tuvo un presentimiento e invocó una lanza de luz un par de metros a su izquierda. Desde esa perspectiva, la lanzó contra Sombra y al igual que antes, desapareció en las sombras y apareció donde había puesto la lanza haciendo crecer una enorme aguja negra desde las sombras.

   —Entonces es eso... tu habilidad le convierte en una sombra en el más estricto sentido de la palabra, volviéndolo inmune a cualquier ataque físico, pero a cambio, se vuelve sordo y ciego.
   Archibald miró con desdén a Sombra y a Elisse.
   —Pero hay una gran disparidad entre ambos... si hubiera sido la Elisse de antes podría vencerla, sin embargo...
   Archibald acarició una piedra pulida en su mano izquierda de color violeta.
   —La pregunta es... ¿Aegis emergerá como la nueva criatura perfecta, o la rueda del destino girara a favor de otra corriente, creando así un nuevo flujo?... no puedo esperar para verlo...
   Archibald esbozó una sonrisa mientras miraba hacia lo alto en otro edificio, donde se encontraba Aegis y su séquito.