Titán golpeó con ambas manos la mesa y miró a Allen con rabia. Los demás se miraban con desconfianza a excepción de Sombra, que mantenía su silencio.
—¡¿Cómo puedes pensar que hay un traidor aquí Allen?!
—Es la verdad, si te niegas a aceptarla no puedo ayudarte a buscar la respuesta que quieres.
Allen estaba sentado con las piernas cruzadas y sus manos juntas en su rodilla, mirando a Titán tranquilamente.
—Pero tú ya sabes quién es el traidor, ¿no Allen? Eso puede ayudarnos a prevenir un problema futuro.
Shinobi habló mientras su mirada cambiaba entre Allen y Titán.
—Podría decir quién creo que es... O bien podría decir quien creo que no es. El caso es, que da igual lo que diga, los humanos siempre creerán antes lo que cada uno piensa que lo que los demás piensan, por ende, mis palabras serán solo eso para vosotros, palabras y un catalizador para el caos.
Shinobi se calló y cruzó sus manos, apoyando su mentón.
—Te falta mucho para madurar, muchacho.
Allen sonrió y miró a Serval.
—Eso es interesante. ¿Por qué, según tú, tengo que madurar? ¿En qué sentido?
—En todos. No puedes imponer tu forma de pensar a los demás, estás pidiendo lo imposible. Además, estás dando por hecho que hay un traidor entre nosotros, ni siquiera has pensando si el supuesto "traidor" existe de verdad.
Allen se rió un poco y siguió sonriendo.
—En ningún momento he impuesto mi forma de pensar, mis principios quizá, pero nunca mi pensamiento. Y respecto al traidor, sé muy bien que existe... sé cuál es su objetivo, lo único que se me escapa es un dato... el porqué.
Con sus últimas palabras, todos miraron a Allen a excepción de Sombra.
—¿Y cuál es su objetivo?
—Su objetivo es muy sencillo, Serval. Si piensas los tres pasos anteriores que hizo el traidor, y luego piensas su momento actual, podrás pensar en los tres posibles pasos que podrá hacer a continuación.
En ese punto, Allen se calló.
—¿No vas a decirlos?
—¿Decir el qué Leid? He dado muchas pistas, incluso mi tren de pensamiento. Al estar ahora mismo todos en Ciudad A deberíais saber lo que va a hacer el traidor.
Allen suspiró y negó, levantándose y caminando a la puerta.
—Puede que penséis que simplemente estoy sembrando la discordia, cuando lo que hago en realidad es un intento de reforzar vuestros vínculos... pero si no me creéis, no me importa, tachadme de mentiroso si así lo queréis.
Antes de que Allen se fuera, Shinobi lo detuvo.
—¿Reforzar nuestros vínculos? ¿No te incluyes entre nosotros?
—Shinobi, estoy aquí porque soy un héroe cuyo objetivo es vencer a Aegis. Cuando lo haga, me iré. Si no lo hago, por tener genes evolutivos en mi torrente sanguíneo el gobierno político me acusará de peligro para la humanidad, una vez que me capturen me quitarán los genes y crearán súper soldados, empezando una guerra por la supremacía. ¿Crees que dejaré que ocurra eso?
Con sus palabras, Allen cerró la puerta tras él, dejando a Titán enfurecido, a Shinobi y Sombra mirándose, y a los demás vigilándose entre ellos.
Al salir del edificio que temporalmente sería la sede de la Unión de Héroes, Allen vio a las personas que se instalaban en casas nuevas, otros que usaban móviles haciendo una llamada, y una pequeña minoría que hablaba con algunos héroes.
—Ahh...
Con un suspiro, Allen miró el cielo azul con algunas nubes.
—No deberían hacer una montaña de un grano de arena, si siguen así, cuando me marche se desarrollarán cosas peores.
Allen dió una gran respiración y caminó perdiéndose entre las personas.
Tras unos minutos, pudo ver a Rose y a Alex hablando con un hombre. Al mirar los papeles en sus manos, sonrió y siguió caminando.
—Cada persona sigue su propio camino al final.
Allen continuó caminando, dejándose llevar por el leve empuje del viento, hasta que llegó a un viejo edificio de trece plantas con una decimocuarta en construcción.
—Y aquí estoy de nuevo. ¿Cuántos años han sido desde la última vez?
Sacando el ónix blanco y manteniéndolo en su mano, Allen se adentró en el interior del edificio, mirando a todas partes y recordando el día que llegó.
Con una respiración pesada, Allen bajó las escaleras al sótano y caminó hasta llegar a un ascensor valiéndose de una llama creada del ónix para iluminarse. Dudando, pulsó el botón del ascensor, que se abrió a los pocos segundos.
—Acabaré con esto... para siempre...
Introduciéndose en el ascensor, pulsó el botón y las puertas se cerraron, comenzando a bajar. Mientras bajaba, la mano de Allen temblaba levemente.
Al llegar, las puertas se abrieron y Allen, sabiendo a donde dirigirse, caminó por el pasillo de la derecha, llegando a una habitación llena de celdas que le hicieron fruncir el ceño.
La habitación tenía un escritorio de metal con un cuaderno en él. Allen se acercó y miró el cuaderno.
«Veldor. Edad 11. Habilidad obtenida: visión del futuro. Muerto. Causa de muerte: desaparición en combate contra Charibdys Temporalis.»
«Allen. Edad 10. Habilidades creadas: fuego, agua, viento, tierra, oscuridad, luz. Usuario actual del gen evolutivo original.»
—¿Veldor? Está escrito por encima de mí, así que debería ser alguien que estuvo antes de que estuviera yo. Desaparecido contra Charibdys Temporalis... ese monstruo no me suena. Pero hay algo que no termina de encajar...
Allen se transformó en su Estilo del Caballero Radiante antes de coger el cuaderno y salir de la habitación, dirigiéndose a la derecha del pasillo.
Mientras caminaba, Allen pensaba en voz alta.
—Si todos los monstruos se nombran en latín basándose en el primer nombre para su forma, y el segundo para su habilidad... eso significaría que es "monstruo devorador temporal". Ni siquiera tiene sentido...
Mientras se alejaba, Allen no se dió cuenta de que en la habitación que había abandonado, en la pared de una de las celdas, alguien había pintado toscamente una imagen que representaba un combate entre miles de seres oscuros, una figura dorada en medio de cuatro seres, una silueta blanca rodeada de varias personas, y encima de todos ellos, un ser pintado a medias en blanco y negro.
Editado: 11.05.2023