Allen y Shinobi aparecieron frente a la entrada del edificio de la Federación Heroica.
—E-Esa... ¡esa maldita cosa acaba de hablar!
Shinobi gritaba apuntando al edificio y mirando a Allen, aunque Allen tenía el ceño fruncido.
—Shibobi... da la alarma... hazla sonar... ¡¡¡ya!!!
Atravesando el suelo, el Charibdys golpeó a Allen en el vientre, dirigiéndose ambos al cielo.
En mitad del cielo, a unos cinco kilómetros de altura, Allen sujetaba los hombros del Charibdys apretando su mandíbula.
—¡A...llen... de...bes... mo...rir!
Cuando ambos desaceleraron, empezaron a caer por la ley de la gravedad, y aprovechando ese momento, Allen apretó su puño derecho haciéndolo arder en llamas y golpeó la cabeza sin ojos ni boca del Charibdys.
La cabeza del Charibdys ardía en llamas negras, aunque, impresionando a Allen, las llamas se introdujeron entre los huecos de su rostro retorcido y dejó de arder.
—Así que por eso es Charibdys... lo devora todo... eso son más problemas.
La boca en mitad de su vientre se abrió, formando una sonrisa y sacando una enorme lengua rosácea gigantesca.
—¡¡¡A...llen!!!
Allen intentó apartarse del Charibdys con una patada, aunque su lengua se aferró a la pierna y lo atrajo. Ahora, Allen estaba situado justo debajo del Charibdys, y solo pudo ver la enorme boca abierta que parecía que lo iba a engullir por completo.
No hizo falta que Shinobi diera la alarma ya que el sistema de vigilancia de Leid, Vicky y Helen detectaron la lucha entre Allen y un monstruo, evacuando a los civiles en búnkeres subterráneos.
Todos, incluyendo a Serval bajo la vigilancia de Sombra, acudieron frente al edificio de la Federación y vieron como un punto negro caía al suelo cada vez más rápido.
—¿Allen está ahí arriba?
Shinobi asintió a la pregunta de Titán, por lo que inmediatamente después dio una orden.
—Megan, haz que la ciudad entera esté cubierta de nieve. Lo mejor que sea de cuatro metros de grosor como mínimo.
—¡¿Estás loco Titán?! ¡Hay civiles en los búnkeres subterráneos! ¡¿Como explicamos la nieve?!
—No daría tiempo... caen demasiado rápido.
Leid habló mientras las pupilas e iris en sus ojos tenían forma de dianas. Poco a poco, su tez se volvió extremadamente blanca.
—¡Esa cosa intenta comerse a Allen!
El único que mantuvo la calma fue Serval, que miraba el punto negro que estaba envuelto en llamas rojas y negras.
—Charibdys Temporalis... un monstruo que devora todo, capaz de viajar en el tiempo.
Al terminar de hablar, el punto negro se hizo más discernible.
Uno de los colmillos del Charibdys atravesaba el hombro de Allen, mientras que los brazos de Allen sujetaban las extremidades del Charibdys y sus piernas hacían palanca en la parte inferior de la boca del Charibdys.
—¡Ignición de la Estrella Arcana!
Ambas manos de Allen comenzaron a arder en llamas negras y rojas simultáneamente, envolviendo a ambos en una esfera de llamas mientras caían.
Gracias a esa técnica improvisada, el Charibdys aulló de dolor, y Allen le golpeó con su puño derecho una y otra vez mientras se sujetaba a su cuello.
Al estar a una distancia del suelo de medio kilómetro, Allen usó el cuerpo del Charibdys como trampolín y saltó unas decenas de metros mientras veía al Charibdys caer.
—Piensa piensa piensa... algo nuevo... ¡lo tengo!
Allen se impulsó al suelo, cayendo encima del Charibdys con sus piernas. Luego lo pateó un par de veces para levantarlo en el aire, y lo volvió a patear al cielo, siguiéndolo de cerca.
—¡Vas... a... u...sar... e...sa... téc...ni...ca!
Antes de que el Charibdys lo agarrara, Allen lo pateó hacia el suelo sin escuchar sus palabras. Allen volvió a seguirlo y lo pateó horizontalmente, haciéndolo volar en línea recta. En ese momento, Allen respiró profundamente a la vez que sus grebas brillaban en un intenso color amarillo dorado y verde jade.
Allen saltó y alcanzó al Charibdys, golpeándolo con la pierna izquierda que tenía la greba brillando en color verde, impulsando su ya rápida velocidad de empuje. Pero ya tenía al Charibdys donde quería, ya que se incrustó en una pequeña cordillera.
—¡Meteoro de la Estrella Arcana!
Allen colisionó con su pierna derecha, con su greba brillando en un amarillo cada vez más intenso, dándole una patada al Charibdys. Cuando impactó en su cuerpo, la cordillera se resquebrajó en múltiples grietas a la vez que un enorme terremoto, causado por el poder que ejerció, barrió las inmediaciones.
En cuanto al cuerpo del Charibdys, estaba hecho pedazos al no haber podido aguantar la presión de la fuerza de Allen y la resistencia de la propia corteza de la tierra.
Allen suspiró de alivio, aunque su hombro izquierdo estaba sangrando y su pierna derecha se había roto.
—Vale... eso entra en el repertorio de técnicas terminantemente prohibidas.
—¡A...llen!
Al escuchar la voz del Charibdys, Allen se dio la vuelta y vio de nuevo al Charibdys, dándose cuenta de que el Charibdys Temporalis hecho pedazos en el suelo estaba desapareciendo.
—Asi que saltando en el tiempo... de verdad... das muchos problemas. Odio ese tipo de habilidad...
Tras sus palabras, el Charibdys se lanzó contra Allen, colisionando sus puños mientras se formaba una onda de aire que sacudió toda la cordillera destruida. Sin que pudiera responder a tiempo, el Charibdys golpeó a Allen con su otro puño, enviándolo de regreso a la ciudad.
Allen aterrizó en mitad del edificio de la Federación, demoliendo gran parte de su estructura.
—Maldita sea... eso duele.
Allen tosió sangre y escupió en el suelo, luego, con un salto, llegó tambaleándose junto a los demás héroes.
—El Charibdys tiene una gran fuerza física, su habilidad principal es devorar todo lo que toque su cuerpo, y no sé cómo, pero puede saltar en el tiempo una vez que está medio muerto.
Sombra y Shinobi sacaron sus ninjato, Megan congeló sus puños, Leid junto a Vicky y Helen sacaron pistolas de 9 mm, de las puntas de los dedos de Tim salieron hilos rojos y Serval, mirando la reacción de todos, suspiró mientras negaba.
—El Charibdys es el único monstruo que no puede morir. Si está a punto de morir viaja al futuro para recuperarse, volviendo segundos antes de que desaparezca. No podéis matarlo.
Allen apretó los puños, tanto al escuchar a Serval como al ver en el horizonte al cacercamiento inminente del Charibdys.
Editado: 11.05.2023