Caballero Cosmos

Capítulo 74 (corregido)

Allen se levantó poco a poco, sangrando por todo su cuerpo. Al mirar a su alrededor vio a muchas personas alejadas de el. Apretando sus puños y bajando la cabeza, se arrodilló frente a todos.
 —Perdón. El monstruo era mucho más peligroso de lo que creíamos y al final...
Antes de poder continuar, una piedra voló a su cabeza y lo golpeó. Debido a su cansancio, la piedra fue suficiente para que lo hiciera caer al suelo. Frotándose la parte posterior de su cabeza Allen miró detrás de él, viendo a un niño llorando.
 —¡Monstruo!
Seguido de la declaración del niño, las personas cogieron piedras y otras cosas que podían tirar y se las lanzaron a Allen.
Allen se levantó mientras recibía las piedras sin defenderse, aguantando los cortes y las contusiones. Una vez que logró levantarse solo sonrió irónicamente mientras caminaba adelante cojeando levemente.
Mientras Allen caminaba, Lektor lo miró escondido entre la multitud.
 —Ese es el pago que recibes por defender a las personas Allen. ¿Estás satisfecho con eso?
Aunque Lektor lo susurró, Allen lo miró sonriendo antes de seguir su camino. En su camino, la gente se separaba y le seguían tirando cosas, cuando caminó entre esas dos multitudes Allen susurró.
 —Es normal su reacción. Los humanos temen lo que no comprenden, lo que los humanos temen se convierte en algo que envidian, y al final la envidia se vuelve odio. Eso es aplicable a todo el mundo Lektor.
 —¿Acaso no te da miedo cómo puedes acabar?
 —Un héroe siempre tiene miedo Lektor, no obstante, debe saber manejarlo. Es igual que el amor, no solo una parte debe darlo todo, eso sería el equivalente al desastre. En el amor ambas partes deben darlo todo sin esperar nada a cambio, deben aceptar a la otra parte con sus cosas buenas y sus cosas malas... pero es una lástima que hoy día se use tan a la ligera esa palabra tan llena de significado.
Lektor lo miró con el ceño fruncido, preparado para sacar una daga que se escondía debajo de su camiseta hecha arapos, pero en ese momento Allen lo miró sonriendo, aunque Lektor sintió un escalofrío antes de que su cuerpo comenzara a temblar.
 —No te atrevas a hacerlo Lektor, no mientras haya personas presentes.
Al notar que Lektor se detenía, Allen continuó caminando. Una vez que Allen se alejó de Ciudad A, Lektor respiró relajado.
 —¿Desde cuándo es tan malditamente fuerte...?

 

Al caminar por un par de kilómetros, Allen miró detrás suya hacia la Ciudad A, suspirando.
 —¿Esto me convierte en un villano? ¿O me convertirá en un antihéroe? Es un giro bastante divertido Archibald, lástima que solo te queden... ummm... que recuerde están Lektor aún con libre albedrío, Lizzy con el cerebro lavado, Aegis como un monstruo gigantesco, el clon de Seira con ADN del Umbralux, y por supuesto, el mismo Archibald con su amatista desagradable... y encima de todo, ahora estoy sin trabajo...
Allen se quedó pensativo un tiempo desconocido, mirando al cielo. Entonces sonrió y comenzó a caminar adelante.

 

Archibald levitando en el aire miró a Lektor arrodillado frente a él.
 —¿Entonces el paradero de Allen es desconocido?
 —Correcto. De hecho, es como si hubiese desaparecido...
Archibald sonrió cínicamente y se giró, mirando a Aegis, el Gigax Ofiucus.
 —Ese mocoso... es un problema demasiado grande para dejarlo suelto. Quiero que lo encuentres con Seira.
Lektor tembló, aún recordando la presión que le ocasionó Allen al mirarlo.
Por otra parte, Archibald sacó su amatista y la hizo brillar con un destello púrpura fantasmagórico, formando una grieta en el aire de la que salió un enorme lobo negro con ojos rojos.
 —Usa este Lupus Oscuria, debería poder rastrearlo incluso si se encuentra en otro plano existencial.
Lektor miró al Lupus Oscuria, recordando que era un monstruo de categoría 4 con capacidades extraordinarias de elemento oscuridad.
 —Si señor.

 

Los días comenzaron a pasar rápidamente, el gobierno de diferentes países llegó a un consenso de disparar misiles nucleares sobre Ciudad F con el objetivo de matar a Aegis y Archibald, aunque Seira los destruía fácilmente.
Lektor y el monstruo Lupus buscaron a Allen por todas partes, adentrándose en ciudades y viajando a otros continentes, sin embargo, no obtuvieron resultados.
Por otra parte, el gobierno, tras lo que ocurrió en Ciudad A y el Charibdys Temporalis, puso a Allen en su punto de mira como una persona extremadamente peligrosa.
Tras 72 días, las radios, televisores, teléfonos y otros dispositivos comenzaron a transmitir lo mismo. Aunque en la televisión se podía ver a un hombre vestido con un traje azul con su pelo negro sin peinar.
 «Debería suponer que todos, ya sean civiles, políticos, héroes o incluso villanos, me conocen. No obstante, me presentaré de nuevo. Soy Allen, víctima del Proyecto Perfección del antiguo héroe Aegis, el antiguo héroe sin afiliación Firmamento, o Caballero Cosmos.»
Allen colocó su mano derecha sobre su pecho y se inclinó levemente mientras sonreía.
 «Bien... debería decir que ha sido relativamente fácil adueñarme de todos los dispositivos electrónicos. Lo único difícil ha sido ir al espacio y comprender la tecnología de los satélites sin morir en el intento jajaja.»
Allen colocó sus manos frente a él y siguió sonriendo.
 «A estas alturas, la mayoría pensaría que estoy loco si dijera que estamos atascados en un bucle temporal que se repite una y otra vez. Así que diré las dos noticias que tengo, la buena es que ocurra lo que ocurra, una vez que el bucle se rompa todos volveremos a nuestro tiempo original... la mala es que no recordaremos nada, perderemos todo el control sobre nuestra habilidad que hayamos obtenido, y cabe recalcar que la aparición del Umbralux Draco no se puede deshacer.»
Allen pensó un momento y suspiró.
 «Pero antes de que pueda arreglar este desastre, debo acabar con la vida de cinco personas. Por lo que decidme vosotros, los que me escucháis, un humano es increíble, puede levantarse tras caer y mejorar para evitar caerse de nuevo en el mismo punto y, sin embargo, hay muchas veces que otras personas obligan a otra persona a caer en el mismo punto, ¿por qué no ayudáis a la persona que ha caído? ¿por qué dejáis que esa persona acabe intentando suicidarse?»
Con un leve silencio, Allen sonrió y levantó la mano, apareciendo a su alrededor todas sus piedras que giraban como un sistema solar.
 «¿Sabéis por qué mi nombre es Caballero Cosmos? Porque las estrellas siempre brillan, cuando mueren es cuando dejan de iluminar, ese es el tipo de héroe que soy... uno que siempre brillará hasta morir. Aunque al igual que el sol... estaré solo...»
Allen se detuvo y suspiró.
 «Os salvaré a todos de este bucle... por mi honor...»
Tras sus últimas palabras, todos los aparatos electrónicos volvieron a sus funciones normales aunque tras las primeras horas, en un búnker de la Ciudad Z empezó una reunión que involucraba a los políticos y militares.
El búnker poseía alrededor de 50 metros cuadrados con una gran mesa rectangular en el centro.
 —La información que tenemos sobre Allen es la siguiente. Nombres en clave: Firmamento, héroe no autorizado; Caballero Cosmos, héroe de clase A; Usuario del Gen Evolutivo, y por último, Integrante del Proyecto de Arma Humana ideado por Aegis.
Un militar anciano habló en voz alta la primera hoja de un pequeño montón de folios frente a él, aunque la mayoría de palabras estaban tachadas en tinta negra.
 —¿Clase A? Ha sido capaz de ir al espacio por su propia cuenta, debería ser un clase S como mínimo.
 —Y no tengamos en cuenta que envió toda la Ciudad F al mundo negativo con solo un golpe, o incluso que tiene la capacidad del Umbralux de evolucionar indefinidamente.
 —Alcalde de Ciudad F, usted estuvo cerca de ese desastre. ¿Cómo es Allen?
 —El es extraño... Siendo un adulto, la mayor parte de sus palabras y lo que dice es siempre como si fuera demasiado inocente. Sonríe mucho, y sobretodo, se guía mucho por sus emociones y sentimientos.
 —¿Inocente? ¿Dices que esa cosa que está cerca de llamarse desastre natural es inocente?
 —Bueno, no exactamente... es como si fuera un niño y a la vez un adulto. Si lo miras verás a una persona muy extrovertida y respetuosa, pero si lo miras sin que se dé cuenta, es como si miraras a alguien que soporta el peso del mundo sobre sus hombros.
El anciano militar frunció el ceño.
 —Eso es una estupidez, todos los héroes son así, arriesgan sus vidas para que la gente siga viva.
El alcalde de la Ciudad F negó sonriendo y miró la foto de Allen.
 —Ningún héroe ha sido capaz de enviar y traer una ciudad entera al mundo negativo sin ninguna baja. Ningún héroe ha sido capaz de proteger tantas vidas como Allen.
 —Estamos olvidando que el objetivo de esta reunión es decidir qué debemos hacer con Allen, con su retransmisión a hecho que los civiles entren en pánico.
 —Los militares opinamos que Allen debería ser catalogado como villano de clase S.
 —¿Villano? En todos los ataques de monstruos que lo involucraban el índice de daño ha sido menos del uno por ciento.
 —¿Y el último monstruo? El Charibdys Temporalis, ¿está incluido en la ecuación?
Ante la mención del Charibdys, el alcalde de Ciudad F se calló y negó con la cabeza mientras miraba la mesa.
 —Ese monstruo fue demasiado fuerte... murieron varios héroes en un intento de detenerlo...
 —Según tengo entendido, los civiles de la Ciudad F empezaron a llamar a Allen, monstruo, una vez que terminó la lucha.
 —Mis informantes me dijeron que Allen casi destruyó la Ciudad A por sí mismo.
El militar anciano golpeó la mesa, haciendo que todos los presentes lo miraran.
 —Allen lleva el desastre por donde va, solo hace falta ver que desde que empezó a actuar, la Ciudad F tuvo un incremento del 90% en aparición de monstruos con su respectiva categoría incrementándose a un ritmo antinatural. Por lo cual, con el poder que me confiere el servicio militar, declaro que Allen es un villano y traidor de la humanidad. Su entrada está vetada a cada ciudad, si los héroes lo ven su objetivo será eliminarlo en el acto.
En un extremo del búnker, una mujer pelirroja negó mientras abría un cuaderno.
 —Allen... el Príncipe Odiado por el Mundo, el Menospreciado Rey de la Ilusión, el Monarca Solitario... ¿cuánto tiempo tardarás en darte cuenta de que tus ideales y valores nadie los quiere?
La mujer habló mientras acariciaba un dibujo de un guerrero de armadura completa lisa de color blanco plateado, con un casco circular que poseía dos cristales a la altura de los ojos y una capa negra.




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