Caballero Crono

Capítulo 02 (V2)

    Allen caminó lentamente hasta su clase, ignorando lo que hablaban el resto de personas. Algunos incluso lo miraban de reojo o hablaban en susurros mientras lo señalaban.
   Esto era algo normal para el, al fin y al cabo, sobrevivió al ataque de un villano hace dos años. El villano poseía en la actualidad una recompensa total de siete dígitos, su pseudónimo era: Calibur.
   Las recompensas, debido al cambio de divisa entre los países, los gobiernos decidieron numerarlas como dígitos simples, por lo cual, la recompensa de Calibur podría ser de un millón de dólares, un millón de yenes, un millón de yuanes, etc... dependiendo del lugar donde lo entregaran.
   Si se usara el sistema de rangos que implementaron los gobiernos para las personas con habilidad, Calibur sería un rango A cercano al rango S.
   Con el pitido del timbre, la mayoría de alumnos entraron en las clases, incluyendo a Allen y sus compañeros. Sin embargo, el profesor que había abierto la puerta y sonreía a todos los alumnos era el mismo hombre que había visto en la puerta.
   El profesor miró a Allen y sonrió, fue entonces que Allen sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, como si su subconsciente le estuviera gritando que se marchara lo más lejos posible de allí. Aguantando el impulso, Allen se sentó en la esquina de la clase y miró al profesor mientras su pulso seguía acelerando.
   El profesor cerró la puerta y miró a todos los alumnos con una sonrisa.
   —Supongo que muchos de vosotros os preguntaréis quién soy y por qué estoy aquí. Veréis, vuestro profesor de latín ha desarrollado una magnífica habilidad cuyo efecto hace que su cuerpo posea una velocidad cien veces mayor, por lo que es normal que, al no haber querido ser voluntario para el régimen de súper soldados, haya muerto trágicamente.
   Allen tenía las manos temblando. Al escuchar a ese hombre hablar como si no le importara lo que le había ocurrido al anterior profesor, e incluso su forma de hablar que era como si estuviera contando un chiste, hacía que Allen profesara cierto temor al profesor suplente.
   —A partir de hoy seré vuestro nuevo profesor, me podéis llamar Veldor.
   Allen sintió una punzada de dolor en la sien al escuchar el nombre de Veldor.
   En cambio, Veldor miraba con interés las reacción clandestina de Allen, por lo que siguió hablando para saber el punto en el que se encontraba Allen.
   —El latín es una lengua muerta, nadie lo habla y mucho menos lo escribe. Y sin embargo, lo usamos para nombrar a los diversos monstruos que aparecen a través de las grietas dimensionales. Como por ejemplo, Gigax Leo. ¿Quién sabría decirme lo que significa el nombre de dicho monstruo?
   Allen apretó los dientes y se tapó la boca con ambas manos, la punzada en la sien estaba convirtiéndose en un dolor de cabeza incesante.
   —Por ejemplo.... tú, dime lo que significa.
   Veldor señaló a una persona al azar.
   —Significaría Giga León. Pero eso no tiene sentido, el gobierno nombra a los monstruos usando dos palabras, una usando su apariencia, y otra usando su habilidad.
   —¡Correcto!
   Veldor gritó y levantó el pulgar hacia el chico, luego explicó.
   —Digamos que por un... emm... "casual"... un humano pierde el control de su habilidad, dicha persona se convertiría en un monstruo. Ciertos monstruos especiales, como por ejemplo el Gigax Leo que acabo de decir, serían esos humanos sin control. El Gigax en su nombre implica que es un descontrolado. Aunque también tengo que decir que si un Gigax consigue el control de nuevo, alcanzaría una etapa evolutiva mayor. La denominada forma, "Ultima".
   Allen no aguantó más y se levantó abruptamente, volviéndose el centro de atención de sus compañeros y Veldor.
   —¿Te ocurre algo, Allen?
   —No... quiero decir sí... me duele la cabeza.
   Veldor asintió y apuntó a la puerta mientras miraba a Allen y sonreía.
   —Puedes ir a la enfermería Allen, no pasará nada si te ausentas.
   Allen asintió, recogió su mochila y salió de la clase. Al salir empezó a sudar frío y se dio cuenta de algo, el profesor nuevo no debería saber su nombre aún.

 

   En vez de ir a la enfermería, Allen se quedó escondido en la azotea del instituto, mirando el cielo en un lugar apartado.
   En la azotea Allen no era el único que estaba allí. También estaba un grupo de personas haciendo pellas, y entre ellos, había una chica especialmente hermosa. La chica tenía el pelo teñido de un intenso rojo, sus cejas eran morenas y tenía un piercing en el lado derecho de la nariz.
   Allen estaba dibujando cosas al azar en un cuaderno mientras robaba alguna que otra mirada de la chica, Rita.
   Ella estaba cuatro años por delante de Allen, por lo que tenía 19 años.
   Al volver a mirar el cuaderno, Allen vio que había dibujado seis piedras preciosas diferentes y un mineral. Había un rubí, una esmeralda, un zafiro, un topacio, un diamante, un prisma, y un ónix que había partido a la mitad, siendo una de las mitades blanca y la otra negra.
   Allen se restregó los dedos por los ojos y volvió a mirar el cuaderno, viendo que solo había un círculo que había repetido una y otra vez, sin haber rastro de las piedras que había dibujado.
   Simplemente negó y miró al cielo, pasando varias cosas por su cabeza.
   Las horas pasaron mientras Allen miraba el cielo. Vio como el sol se situaba cada vez más alto, y las nubes que pasaban y ocultaban algunas veces los rayos del sol.
   El timbre del instituto, marcando el cambio de hora volvió a sonar, y Allen comenzó a sentir una fuerte presión en el pecho que no le dejaba respirar tranquilo, por lo que decidió recoger sus cosas y bajar.
   Mientras caminaba por el pasillo, Veldor lo detuvo y lo miró sonriendo.
   —¿Estás mejor del dolor de cabeza Allen?
   —Si, un poco mejor.
   Veldor asintió y caminó un poco hacia adelante antes de detenerse y decirle algo a Allen.
   —Son las once y cuarto Allen. Hoy hace un día muy raro, ten cuidado. El ambiente está muy cargado y espeso... quizá llueva en un rato.
   Veldor habló con una extraña sonrisa, y Allen asintió mientras caminaba lentamente.
   Al caminar a la entrada del instituto, Allen vio a varios soldados hablando con el director y varios profesores, aprovechando ese momento se fue por la puerta.




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