El hombre vestido de morado miró a Allen.
—¿No te acuerdas? Soy Shinobi, y este es mi hermano mayor, Sombra Carmesí.
Allen dio un paso atrás alejándose de ambos.
—Por vuestras pintas diría que sois héroes. Mirad, yo no tengo habilidad, no quiero problemas con el régimen militar.
—Venga Allen, ¿acaso no recuerdas lo que hemos pasado?
Shinobi se acercó a Allen un paso a la vez que Allen se alejaba de él.
Sombra sujetó el hombro de Shinobi y negó.
—Déjalo hermanito... Primero vamos a deshacernos del monstruo.
Shinobi miró a Allen unos segundos y lo sujetó entre sus brazos. Junto a Sombra, dio un salto aterrizando en el suelo y soltando a Allen, luego se fueron los dos.
Shinobi y Sombra aparecieron a una pequeña distancia del Echinus, siendo observados también por los súper soldados que los apuntaron con las armas.
—¡Héroes!
—No hace falta que grites, somos héroes no sordos.
Sombra habló tranquilamente mientras su cuerpo se volvía una llama morada translúcida y se transportaba a la sombra del Echinus justo debajo de el.
Shinobi sacó su ninjato y llenó la hoja de electricidad.
—¡Etapa Especial... Hoja de Chispas!
Shinobi saltó hacia el Echinus y cortó en vertical frente a su rostro mientras que Sombra, debajo del Echinus, formó una espina gigante de llamas negras translúcidas.
—¡Grado Uno, Espiga Sombría!
El Echinus, con su rostro dividido a la mitad, y su cuerpo agujereado, sangraba por todas partes formando un enorme charco de sangre. Sin embargo, cerca de ellos, Veldor asintió.
—Los monstruos convocados por esa vieja ballena se guiaban por los instintos más básicos y primitivos... los míos son más inteligentes y lo que es más importante... ¡tienen un nivel completamente diferente!
Veldor formó en su mano una esfera de luz que lanzó hacia el cuerpo del Echinus.
El Echinus comenzó a brillar a la vez que su cuerpo se volvía más pequeño, alcanzando el tamaño humano promedio.
—¡¿Qué demonios habéis hecho?!
Shinobi y Sombra se miraron y sacaron sus katanas, luego miraron a los súper soldados.
—Si no queréis morir será mejor que os vayáis de aquí... ¡Ya!
El pequeño Echinus dejó de irradiar luz, mostrando un cuerpo humanoide de 1'80 metros. Su cuerpo se había vuelto negro con una armadura negra alrededor de los hombros; pectorales, muslos, pantorrillas, antebrazos y rostro. Sus púas seguían creciendo en su espalda, aunque a diferencia de antes, al poseer brazos, agarró varias púas y las lanzó, derrumbando varios edificios.
Allen se escondió en un edificio junto con otros alumnos. La mayoría estaba llorando o temblando.
En ese momento, se escuchó una explosión en el aire y parte del edificio se derrumbó.
Allen vio como las personas sangraban y otras eran aplastadas por los grandes restos del techo del edificio. Comenzando a hiperventilar, el pulso de Allen empezó a dispararse.
Dando zancadas hacia el agujero en la pared, vio como el Echinus agarraba el cuello de Shinobi y le atravesaba una púa por su vientre. Al ver eso, algo dentro de el estalló, emitiendo él mismo una luz intensa.
<Me resulta irónico que tú precisamente, de entre todos los seres aquí, sea el más indefenso cuando desaprovechaste la oportunidad de ser lo contrario. ¿Acaso quieres luchar contra ese erizo siendo tan débil?>
En su mente, Allen escuchó una voz andrógina hacerle esa pregunta.
—Si...
<¿Entonces estarías dispuesto a darme tu propia alma y cuerpo?>
—Si...
<Jejeje... no sé si llamarte idiota o valiente... aprovecha mi poder correctamente, anfitrión.>
Allen miró al frente, apareciendo frente a él un rubí, un zafiro, una esmeralda, un topacio, una ónix que se volvió blanca y un diamante que se juntaron y fundieron en uno, creando un brazalete con tres interruptores: azul, rojo y verde, y un botón negro en el extremo.
Al agarrar el brazalete, la luz desapareció y Allen se puso el brazalete en su brazo izquierdo.
Como si supiera usarlo, Allen pulsó el botón, haciendo que su cuerpo se iluminara. El Echinus, al ser atraído por la luz, lanzó hacia Allen una púa.
Sin embargo, antes de tocarlo siquiera, la púa se detuvo en el aire frente a Allen, que al emerger de la luz llevaba una armadura que le ocupaba todo el cuerpo y era de una única pieza. En la parte del pecho tenía un reloj de arena tumbado lleno de arena que cambiaban de un lado a otro.
La armadura era blanca y parecía hecha de porcelana, poseía una capa azul con los números romanos del uno al doce formando un círculo en ella, y su casco, del mismo material que la armadura, solo estaba por la parte trasera de la cabeza ya que por delante usaba un cristal verde jade que ocultaba su rostro, con un color azul en la zona de cada uno de sus ojos. Aunque sus orejas no estaban ocultas por el casco.
El Echinus tiró a Shinobi y se fijó en Allen al igual que los estudiantes a su espalda, los súper soldados, Veldor, Shinobi y Sombra. Allen, en cambio, estaba nervioso al ser el centro de atención.
—Emm... y-yo...
Allen se fijó en Shinobi y Sombra que le hacían gestos con las manos.
—Mi nombre...
Al tocarse el pecho y tranquilizarse un poco, vio el reloj de arena y se le ocurrió un nombre.
—Yo soy Crono...
Cuando se dio cuenta de que tenía un casco que ocultaba su rostro, Allen se irguió y caminó hacia el Echinus.
—Soy Crono, y a partir de ahora, entramos en tu tiempo final de vida. No habrá advertencias. El tiempo juzgará tu destino.
Se sintió extremadamente avergonzado al hablar de esa forma, incluso los súper soldados se rieron de él. Los únicos que lo miraban seriamente eran Shinobi y Sombra.
El Echinus lanzó dos púas hacia Allen, que al tener detrás de él a diferentes alumnos no se atrevió a esquivarlos y optó por usar sus puños. Cerrando sus ojos, Allen envío dos puñetazos hacia las púas, y al abrirlos, vio que no solo las había desviado, sino que las había roto en cientos de trozos.
Allen corrió hacia el Echinus aprovechando el momento, descubriendo que era increíblemente rápido llegando a su lado en dos segundos.
Al no estar preparado, el Echinus lo golpeó en el estómago, haciendo que Allen se retorciera un poco. Aunque Allen también lo golpeó en el pecho, y para su sorpresa, le hizo una gran herida de la que manaba sangre continuamente ya que los huesos, que se habían roto por el golpe, atravesaban la herida. Ni que decir tiene que la armadura del pecho del Echinus se había roto en trozos.
Incluso Allen se miró el puño sorprendido.
—¿¡A qué esperas Crono!? ¡¡Usa un ataque definitivo!!
Allen miró a Sombra y asintió. Luego mirando el brazalete activó el interruptor azul y el botón negro. En ese momento, su cuerpo empezó a brillar a la vez que salían chispas de él.
—¿Qué debo hacer ahora?
Cuando Allen se dio cuenta, estaba flotando a diez metros de distancia del Echinus sobre el aire.
—....
Estaba temblando y con los ojos cerrados. Por lo que no vio que su capa se deslizó y desapareció, dejando los números romanos de reloj debajo de él.
—¡Mira a tu enemigo Crono, no falles el golpe!
Sombra le advirtió mientras que Allen gritaba y su cuerpo caía, atravesando la reminiscencia del reloj y propulsando la energía en sus piernas, así como su cuerpo, hacia el Echinus.
—¡Destructor Temporal!
Al golpear al Echinus, Allen apareció detrás del mismo, dándole la espalda y temblando sin parar.
El Echinus dio un par de pasos, y Allen en ese momento se le ocurrió hacer un chasquido con sus dedos. Junto al chasquido, el Echinus explotó y poco después fue absorbido por un pequeño agujero en el espacio.
Allen se derrumbó en el suelo, temblando. A él se le acercaron Sombra y Shinobi.
—Di que nos recuerdas ahora...
Allen los miró y negó, luego miró el brazalete antes de escuchar el sonido del metal y los gatillos, como si alguien estuviera preparado para disparar detrás de su espalda.
—¡Ya sé quiénes sois! ¡Tú eres Shinobi, héroe de rango A, con una recompensa de seis dígitos! ¡Y tú eres Sombra Carmesí, héroe de rango A, con la misma recompensa!
—Si te pones así también puedes decir que tenemos entrenamiento ninja, hemos salvado el mundo en una ocasión de un tipo que estaba loco, hemos detenido la guerra que estuvo a punto de estallar entre Ciudad A y Ciudad Q, y salimos vivos de un encuentro con vuestro "gran señor" Aegis.
—¡A callar!
Al escuchar las palabras del súper soldado sobre Shinobi y Sombra, su cabeza sintió que iba a explotar.
—¿¡Y quién demonios es esa persona!?
—Ya lo escuchaste, es Crono, y aparte, es el héroe más fuerte del mundo.
Sombra habló haciendo hincapié en la última parte, haciendo que el soldado lo mirara con el rostro blanco.
—¿Estás diciendo que ese tipo que no sabe controlar ni su habilidad, es el más fuerte del mundo?
Los soldados se rieron sin parar.
—¿Sabéis que por reiros así podéis acabar mal?
El soldado jefe miró a Allen y lo miró dirigiendo su arma hacia él.
—¿¡Y por qué voy a acabar mal eh!?
—Verás... no acabarás mal por reírte como tal. Simplemente alguien importante para ti podría verte en este momento, riéndote de alguien que no conoces junto a otros, esa persona podría pensar en nunca más volver a verte o hablarte.
El soldado miró a Allen sin entenderlo, a lo que solo negó y continuó.
—El amor es algo extremadamente frágil... con solo una mentira, con solo ignorar a una persona sin darle ninguna razón, es suficiente, en algunos casos, para que la otra persona se entristezca e incluso llegue al punto de que se dé por vencido en algo tan precioso y único como es el amor. Por eso te he avisado de que podrías acabar mal.
Allen sonreía debajo del casco, aunque el soldado lo miró con la cara desencajada, sin saber qué responderle. Allen, en cambio, miraba al edificio del que salían varios alumnos entre los que se encontraba Rita.
—Y en muchas ocasiones, la mujer amada no corresponde a tus sentimientos... por lo que ese amor acaba desbordando y uno no tiene más remedio que llorarlo. Al final...
Allen suspiró y negó.
—Al final el amor, ese bello sentimiento, se marchita hasta la próxima vez que te enamores. Sin embargo, el amor es, en su infinita mayoría, algo extremadamente complicado ya que hay veces que con solo los sucesos de unos minutos pueden destruir algo que dura desde hace años. Todo el mundo tiene derecho a ese sentimiento... todo el mundo menos yo...
Allen se dejó caer al suelo a la vez que la zona del casco donde se encontraba su boca se dividió en dos horizontalmente.
—Bueno... ¿te apetece fumar Crono?
—¿Fu...mar?
—El cigarro de la victoria es el que mejor sabe.
—Oye hermano mayor, aún es menor...
—Tampoco es que importe.
Sombra sacó un paquete de cigarros y se lo dio a Allen. En cambio, un soldado disparó, aunque la bala fue dividida en dos por el ninjato de Shinobi.
—Hace falta más que una bala para ser más rápido que yo.
En ese momento, Shinobi sacó una esfera negra con una mecha pequeña que la hizo estallar en el mismo momento que soltó su mano, formando un denso humo.
Editado: 10.11.2024