En mitad de la calle, Allen escupió sin ganas la sangre en su boca, deslizándose por su mejilla hacia el interior del casco. Mirando al vacío, comenzó a perder la vista hasta que solo podía ver oscuridad a su alrededor.
<Ni siquiera eres consciente de la terrible fuerza que dormita en tu interior.>
Allen recordó esa voz que le hablaba, era la misma que le habló cuando se transformó por primera vez.
<Recuerdo al Charibdys, es un enemigo aterrador con su capacidad de hacer saltos en el tiempo, solo eso lo convierte en una amenaza digna de mención. Incluso en la paradoja continua que tus allegados llamaron, "bucle temporal" era más débil, y la paradoja limitaba, también, sus propias habilidades.>
Allen intentó hablar, aunque su mandíbula solo tembló en respuesta.
<Aunque esta es una buena oportunidad para que definas tu propio futuro. Ahora mismo... tus compañeros han muerto, el Echinus Chaos está por liberar un monstruo que no debió aparecer nunca, y tú... bueno... tu has sido derrotado por el Charibdys.>
Allen apretó los puños al escuchar esa voz que hablaba.
<¿Hmm? ¿Es rabia eso que noto en ti? Es interesante... aunque... no. No es rabia, es impotencia, ¿verdad?>
Los agujeros en la armadura de Allen comenzaron a brillar, regenerando los trozos destruidos aunque sus heridas seguían ahí.
<Creo recordar que lo dije en su momento, y tú aceptaste el término. Aceptaste luchar junto al diablo.>
Allen comenzó a levantarse lentamente, sangrando en el interior de la armadura.
<Mi papel no es más que un simple apoyo. Depende del usuario el desarrollo que me deje considerar.>
La luz volvió a los ojos de Allen, que miraba al cielo seriamente.
<Aunque con tus enemigos actuales, el intercambio de golpes con el Charibdys, y su aparición... presiento cuál será el desarrollo futuro... Prepárate, usuario... no será un poder sencillo de usar.>
Allen no escuchó nada desde que miró el cielo, ni siquiera esa voz que le hablaba. Eso se debía a que la tranquilidad que reinaba sobre la Ciudad F en ese momento le recordaba a su sueño, en el que el Fimus Chaos acababa destruyendo toda la ciudad.
<Al fin y al cabo, usuario, estoy forzando tu evolución para que puedas manipular el tiempo mismo.>
Allen comenzó a tener un mal presentimiento. El silencio no era un problema, el problema era que había demasiado silencio... un silencio absoluto. Ni siquiera escuchaba el piar de los pájaros o el ruido de los motores de los coches. Nada.
Al existir ese silencio, pudo escuchar nítidamente una pisada minúscula, por lo que Allen se dio la vuelta y miró a Veldor, aún en su forma de Eclipsis, sentado tranquilamente en el suelo.
—Has tardado un total de tres horas en despertar.
—¡¿Cómo?! ¡Tch..! Maldita sea... duele...
Allen se sobresaltó por lo que le dijo Eclipsis, tanto, que al moverse bruscamente de manera inconsciente, se le abrieron las heridas en sus hombros.
—Han pasado muchas cosas interesantes. Lo primero, tus amigos... ese Dios del Rayo, y ese Dios de la Noche, han sido los primeros en morir. Shinobi y Sombra, por si no sabías sus títulos.
Allen comenzó a respirar con demasiada rapidez, eso se debía a que le estaba dando un ataque de ansiedad, aunque él lo atribuía a cansancio.
—El Echinus Chaos logró liberar al Fimus Chaos, por lo que ese pequeño monstruo comenzó a devorar todo a su alrededor. Eso ocurrió en la primera hora. El ejército descubrió al Fimus, y lo intentó bombardear con misiles nucleares, obviamente los devoró y creció.
Allen comenzó a tener dolor de cabeza, recordaba esa habilidad de devorar cualquier cosa, aunque de manera diferente.
—El Fimus ocupa un cuarto del planeta ahora mismo Allen...
En este punto, Veldor deshizo su transformación y miró a Allen directamente con sus ojos dorados, sonriéndole mientras Allen temblaba.
—¿Y bien? ¡¿Qué vas a hacer ahora, héroe?! ¡No puedes salvar nada, ni mucho menos destruir el futuro o a ese monstruo!
La ansiedad de Allen se disparó hasta las nubes, deshaciendo su propia transformación. Aunque después, por unos segundos, vio un destello en el que había un hombre con traje entregándole a una mujer un anillo mientras estaba de rodillas. Y, sin saberlo, repitió las palabras que escuchó.
—Mira, en este anillo quedaré encerrado de por vida, amor. Con esto me condeno a la fortuna de quererte por siempre.
Tras esas palabras, vio el paso del tiempo del hombre con traje y de la mujer. Veldor, que escuchó esas palabras miró a Allen seriamente mientras una gota de sudor caía por su sien.
—No me jodas... ¿está despertando? ¿Pero qué Allen dijo esas palabras? Es igual... ¡Mátalo Charibdys!
El Charibdys apareció tras Veldor, lanzándose hacia Allen con su brazo derecho retorcido formando una aguja. Pero justo en el momento antes de siquiera tocarlo, Allen lo esquivó girándose lentamente. Era un movimiento demasiado natural.
—Eso era... Eso...
Ahora era el turno de Veldor de actuar nervioso, y no era para menos, el Allen frente a él era un niño, sin embargo, solo era el recipiente. El interior, en ese momento, era un Allen que se llamaría...
—Hace tiempo que no te veía, Veldor. Soy el Mesías del Amor, el Caballero Inmortal.
La mirada de Allen era una mirada de aceptación, como la mirada de un abuelo a su nieto. Así miraba Allen en ese momento a Veldor.
—Eso era Sueños Puros. Mi propio arte marcial. Lo llamé así porque...
—¡Mátalo ya!
El Charibdys apareció tras Allen, con sus dos brazos en forma de aguja. Aunque Allen sonreía tranquilamente.
—Claro, tenía que estar el bicho que creó ese puto payaso majara.
En menos de un segundo, el Charibdys se detuvo y Veldor, que lo observaba desde una distancia de veinte metros, comenzó a temblar. A los pocos segundos, alrededor de Allen se formaron varias grietas en miniatura de las que emanaban miasma del mundo negativo.
—Ejem... Me disculpo por tamaña grosería, no era mi intención llamar a ese bufón con dicho vocablo tan ordinario... La definición que se merece ni siquiera existe...
Allen miró alrededor, recordando en el momento en el que estaba, por lo que al segundo siguiente su rostro se oscureció y miró a Veldor seriamente.
—Esto no acabará bien, Veldor. Lo que intentas es imposible, las deidades no existen.
—¡Cállate!
—Te lo digo porque incluso yo mismo, como Caballero Crono, no pude hacerlo.
—¡Yo lo lograré!
—No lograrás nada a excepción de tu propia muerte mentecato.
—¡Mataré a tu pasado, lo destruiré de raíz, así ella seguirá viva!
Allen simplemente suspiró y negó, luego, golpeó con su dedo la punta del brazo-aguja del Charibdys, lanzándolo hacia el horizonte en cuestión de segundos y en el proceso, Veldor lo miró temblando.
—Las palabras que dije, me acuerdo de ellas... el destino siempre ha sido caprichoso. Dije, si mal no recuerdo: "en este anillo quedaré encerrado de por vida, amor, con esto me condeno a la fortuna de quererte por siempre"... je... unas palabras tan románticas... y que para despertar sea necesario ver un posible futuro. Ahh...
Allen suspiró y miró al cielo, Veldor lo miraba con las piernas temblando, de hecho, creía que si se movía, Allen lo mataría con la misma facilidad con la que se deshizo del Charibdys.
—Nosotros, los que poseemos miasma del mundo negativo podemos "despertar", conectarnos con nuestro futuro o pasado, pero no para recordar algo importante, es solo un método de autodefensa... es el pago, con lo que un despertado aprende y crece. El pago es siempre ver una posibilidad, ya sea en el futuro o el pasado. De hecho, creo que el miasma es un ente vivo, ya que a mí siempre me muestra un posible futuro en el que le declaro matrimonio a alguien, declaro mi amor a boca llena, detengo a alguien, e incluso...
Allen se detuvo y miró a Veldor sonriendo.
—¿No vas a decir nada ahora? Suponía que dirías, "eso es tu propio delirio por ser un gay redimido", ¿no vas a hacerlo?
Veldor tembló y evitó la mirada de Allen, por lo que éste simplemente suspiró y miró el brazalete en su brazo.
—Rita... tiene gracia que aún me acuerde de ella. Pero en fin... supongo que todas las mujeres de las que me enamoro tienen una sonrisa que me acaba matando, o una mirada que acaba envenenando mi corazón. Mi yo... lo va a pasar realmente mal en unos meses...
Veldor escuchó las palabras del despertado Allen, que se refería al actual Allen.
—En unos meses... será San Valentín... y el dragón acabará llorando... Veldor, no lo hagas. Resucitar una vida reclamada por la tierra es lo mismo que ir contra el orden de la naturaleza.
—¡Cállate!
Allen suspiró con una sonrisa y negó con la cabeza.
—Pasar página es algo humano Veldor, no deberías tener miedo de ello. Y lo sé de primera mano, sentir que con solo una mirada, tu corazón vuela y deja de existir en tu propio cuerpo... esa sensación puedes volver a sentirla con otra persona, lo único que debes hacer para ello es olvidar.
Tras su última palabra, Veldor miró a Allen seriamente mientras su cuerpo irradiaba un leve aura de miasma.
—Tanto si quieres como si no, olvidar es lo más sano. Sé que no es fácil hacerlo, y mucho menos conseguirlo, pero ese objetivo se puede lograr. Tener tiempo para ti, redescubrirte a ti mismo, saber tus nuevos gustos a raíz de esa pérdida.
Allen simplemente sonrió y miró a Veldor.
—Incluso ese monstruo de categoría especial, el Fimus Chaos, lo creó ese payaso retorcido. Pero bueno, ahh... las cosas son difíciles siempre...
Tras sus palabras, Allen miró el brazalete seriamente y lo toqueteó, sin embargo, no logró encontrar lo que buscaba y en ese momento, todo su cuerpo tembló visiblemente.
—Aún no... un poco... más...
Allen se quedó mirando al vacío con los ojos en blanco. Parecía un muerto.
Aprovechando el estado de Allen, el Charibdys apareció detrás de Veldor y, a la vez que éste tomaba su forma de Eclipsis, desaparecieron.
Editado: 10.11.2024