Caballero Crono

Capítulo 16

Nadie sabía lo que había ocurrido a excepción de Moira, que miró el lugar donde Allen había aterrizado con el ceño fruncido.
 —No se supone que tenga tanta fuerza, al menos no tanta como para matar a un categoría 6 de un golpe. ¿Qué demonios...?
Moira ojeó el libro en su mano hasta que se dio cuenta de que el dibujo de Allen en su modo de héroe, Crono, tenía a su alrededor varias pintadas de llamas y detrás suya... se cernía una gigantesca mano negra que estaba por atraparlo.
 —El gen... No... ¿Qué está ocurriendo?
Moira vio en la esquina de la hoja una siniestra sonrisa roja con dos puntos rojos sobre un fondo negro, dándole escalofríos.
 —¿Qué le ocurre al Registro?
La sonrisa se ensanchó mientras toda la página se volvía negra, borrando a Allen, y en esa página oscura, apareció un hombre con una armadura familiar para ella...
En cuanto vio a ese hombre, Moira cerró el cuaderno y comenzó a sudar mientras miraba a Allen y, con sus brazos temblando, los alzó al cielo, creando un gigantesco mandala rojo translúcido con cuatro pétalos de loto girando sin cesar.
 —No dejaré que ocurra... ¡Yantra Mandala: Tzolkin, Rueda del Tiempo!
El mandala se ensanchó, tapando toda la Ciudad C bajo él mientras un dragón chino giraba alrededor del mandala.

 

Al tocar el suelo, lo primero que estalló fue el brazal derecho seguido por miles de grietas en toda la armadura de Allen, emanando sangre de ellas.
Allen se arrodilló en el suelo y empezó a vomitar sangre una vez que la armadura desapareció. Tras vomitar un par de veces más, se desmayó. Eso era lo último que recordaba Allen antes de despertarse en la cama del hospital. Le habían vendado el brazo derecho, así como cubriéndole de vendas el resto del cuerpo.
A su izquierda, sentado en una silla, había una persona vestida en un traje negro con una máscara blanca que solo poseía dos agujeros para sus ojos, aunque esos orificios estaban igualmente oscuros.
 <¿Tú me enfrentarás?>
Allen no sabía a qué se refería, y aunque lo supiera, no podía responderle siquiera. Esa persona emitía un miasma tan denso que prácticamente no le dejaba respirar.
 <¿Tú defenderás la Tierra solo?>
La persona se reclinó sobre la silla y se empezó a reír en voz baja a la vez que una enfermera abría la puerta y se situaba junto a Allen. Ignorando la risa de la otra persona, la enfermera comprobó que el gotero estuviera bien y se fue.
 <Respóndeme, niño. Aunque llamarte así cuando has vivido durante cientos de años es absurdo.>
La persona se estiró y miró a Allen soberbiamente.
 <Pronto...>
En ese momento, la alarma de la ciudad sonó y Allen dejó de prestarle atención a la persona a su lado, como si no existiera, como si nunca hubiera visto a esa persona.
Apretando la mandíbula, Allen se levantó y saltó por la ventana del hospital, transformándose en mitad del aire. En ese momento, la enfermera volvió a la habitación pero al ver que no estaba, salió corriendo. La persona con el traje se sentó y cruzó sus brazos y piernas.
 <Pronto dejarás de serme útil. Pero tranquilo, te llevaré conmigo incluso cuando sea dios.>

 

Al llegar donde la grieta del mundo negativo había estallado, Allen se quedó congelado al ver al mismo monstruo que había matado nada más llegar a la ciudad, el Caninus Flamma.
 —Esa cosa... cómo... mierda...
El perro comenzó a aullar mientras que a Allen, junto al resto de héroes y soldados se les empezaba a helar la sangre.
 —Ya te maté una vez... ¡Puedo hacerlo de nuevo!
Allen activó un total de cuatro veces el interruptor, pero eso fue un enorme error por su parte, ya que sentía como si su brazo derecho estuviera bañado en magma. Aunque la parte positiva de ello fue que el enorme Caninus Flamma también percibía la gran fuerza que se contenía en ese brazo.
En el cielo, al ver a Allen en ese estado, Moira sonreía. Pero aún así, mantenía su cuaderno sujeto entre sus manos temblando. Y por otra parte, la persona con el traje miraba desde la azotea del hospital, tanto a Allen como a Moira.
 <Claro... La Sacerdotisa del Antiguo Dios... ¿Mmm?>
La persona se fijó en lo que sujetaba Moira entre sus manos y se quedó en silencio un momento.
 <¿El Registro Akashiko de Allen? ¿Realmente una sucia humana ha logrado poner sus asquerosas manos sobre el?>
Acto seguido, la persona elevó su mano derecha e hizo aparecer ante él el mismo cuaderno que tenía Moira y lo abrió por cierta página.
En esa página en blanco, solo se formaron palabras sin cesar, pero saliendo del cuaderno, letras doradas formaron palabras una detrás de otra.
 <Sobrepasalo todo con tu pasión. Despedaza el mal por completo. Brilla intensamente. Héroe.>
La persona se reía mientras veía las palabras flotar y arder mientras desaparecían.
 <¿Sobrepasarlo todo? ¿Despedazar el "mal"? ¿Y todo mientras brilla? El Registro debe ser falso... Un humano no puede alcanzar ese reino... no puede usando su propia fuerza mortal...>

 

Allen saltó del sueño y golpeó al Caninus en el hocico, dejando una estela de luz tras de sí. Sonriendo debajo del casco, saltó de nuevo impulsándose con los dientes del Caninus.
Fue entonces que se dejó caer al suelo, justo encima del monstruo, pero no llegó a tocarlo ya que estaba usando su habilidad de manera creativa. Formaba un agujero en el tiempo antes de tocarlo y retrocedía al lugar desde donde se dejó caer, repitiéndolo sin cesar hasta que empezó a cansarse.
Allen no lo sabía, pero la cantidad de miasma y presión que estaba ejerciendo era ridículamente alta. Lo suficientemente alta como para que el Caninus no se atreviera a atacarlo, o los soldados y héroes no quisieran acercarse, si es que podían moverse.
Tras atravesar el agujero varias veces empezó a crear tras de sí una estela de luz blanca, aunque tras atravesar el agujero una última vez, Allen desapareció.
Tanto Moira como la persona con el traje miraron hacia el cielo, captando durante un segundo a Allen cayendo sobre el Caninus con su brazo.
 —¡Destructor Temporal Versión Final!
Allen atravesó el cuerpo del Caninus y golpeó el suelo con su propio puño, no solo creando una onda expansiva, sino un terremoto a pequeña escala que elevó el suelo a su alrededor junto a una explosión en la que se convirtió el Caninus.
Allen se levantó del suelo y miró a su alrededor. Toda su armadura estaba agrietada, su capa estaba ennegrecida, y su brazo derecho estaba inerte con sangre emergiendo de entre las grietas. Sin embargo, y viendo su estado, ni siquiera los soldados se atrevieron a alzar sus armas hacia Allen. En cambio, lo que hablaban entre ellos hacía que Allen empezara a estar nervioso.
 —¿Siquiera sigue siendo humano?
 —No podemos descartar ese hecho, pero el mariscal dijo que era diferente pese a ser del tipo metamórfico.
 —¿Esa es la fuerza que debe tener un rango B?
Moira, en cambio, apretaba los puños mirando a Allen, por lo que alzó la mano derecha al cielo.
 —¡Tzolkin!
Los ojos del dragón transparente brillaron intensamente haciendo que apareciera de nuevo el Caninus Flamma justo frente a Allen.
La persona con el traje negro se rió y miró tanto al monstruo, como a Moira, y por último, a Allen.
 <Típico del débil. Tener que usar a otra criatura patética para realizar su deber propio... ¿Mmm?>
Pronto se dio cuenta de que estaba equivocado, el Caninus Flamma no era tan "patético" como pensaba. Al mirar a Moira, vio que dirigía la palma de su mano hacia el Caninus, enviándole su propio miasma en una cantidad imperceptible, obligándolo a evolucionar y tomar una forma humanoide.




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