Caballero Crono

Capítulo 19 (V2)

El topo que cavó tenía pelaje negro, con unas enormes garras rojas. Fue el único monstruo que logró traspasar las defensas de los héroes y soldados en la superficie.
Su aparición trajo un enorme pánico entre las personas, algunos no sabían ni dónde esconderse ni a dónde huir. Rose, en cambio, se acercó a Allen y lo abofeteó.
—¡Despierta de una vez idiota!
El topo comenzó a lanzar zarpazos a todas las personas a su alrededor, y Rose empezó a respirar con pesadez.
—¡Despierta! ¡¿Por qué no despiertas?!
En ese momento, un niño de no más de cinco años comenzó a llorar en el momento que el topo se encontraba frente a él. Y a su vez, Allen desapareció y el topo comenzó a emitir un extraño gruñido.
Todos eran conscientes de que el topo le gruñía a un adolescente frente a él.
Allen notó que su brazo derecho estaba completamente vendado, y su torso y hombros parcialmente vendados. Aunque no podía importarle menos, si que le angustiaba el hecho de que la mayoría de gente lo mirara.
—¿Topo?
Aunque parecía que Allen miraba el monstruo, lo que realmente miraba eran los huecos por los que el monstruo había aparecido, comenzando a preocuparse.
—No me fastidies... ¿estamos bajo tierra?
—¡Allen!
Rose gritó y le lanzó el brazalete a Allen, agarrándolo cuando llegó a su lado se lo puso en su brazo izquierdo.
—Esto va a ser difícil...
En ese momento, el topo sintió una enorme presión procedente del miasma de Allen, que lo cubrió y reapareció con su armadura, no obstante, el monstruo no se quedó parado y cubrió su garra derecha con llamas y aplastó con ella el lugar donde se encontraba Allen y el niño pequeño.
Rose intentaba ver lo que había sido de Allen y el niño, pero en ese segundo, una voz habló detrás de ella.
—Te lo dejo aquí...
Al girarse, vio a Allen con los cristales verdes en su casco brillando con una luz jade. Aunque Rose quería decir algo, Allen no le dio tiempo a nada ya que volvió a desaparecer en ese segundo.
Allen caminaba tranquilamente hacia el monstruo mientras que todo a su alrededor se mantenía en su posición. Lo que hacía en ese momento, y sin él mismo saberlo, era usar su habilidad para controlar el tiempo de manera que lo aceleraba en sí mismo y lo ralentizaba a su alrededor a la vez.
Una vez que Allen llegó debajo del monstruo, miró su brazo derecho y negó.
—Si uso el Destructor Temporal no creo que lo aguante... debería tener una alternativa...
Allen pulsó los botones rojo y verde, pero para su sorpresa, no funcionaban. De hecho, el botón negro brilló levemente y eliminó ambos botones.
<Se le restringirá al usuario parte de las habilidades concedidas a partir de ahora...>
Al igual que antes de desmayarse, Allen escuchó la voz andrógina en su mente. A su vez, miró detrás de él girándose y vio a la persona con el traje negro, Cosmos.
<A partir de ahora, me devolverás todo lo que me pertenece...>
Cosmos apuntó con su dedo a Allen mientras se quitaba la máscara.
<Tú no deberías tener el gen evolutivo. El gen es algo que me pertenece, pasé por una tortura interminable, pasé por un bucle en el tiempo, y logré sobrevivir a una paradoja. Pero no lo entiendo... ¿cómo puedes tener el gen evolutivo si Aegis no ha experimentado contigo?>
Allen estaba sin palabras cuando se vio a sí mismo, aunque estaba levemente cambiado, ya que era un poco más alto y pese a que la voz de Cosmos era casi una distorsión, se le notaba la adultez.
En ese instante, y pese a estar todo ralentizado, Cosmos llegó al lado de Allen y estuvo por agarrar su cuello. Pero...
—Oye Cosmos, creo que somos suficientes como para hacer un truco de circo.
Allen reconoció quién habló, ya que era alguien que ya había conocido, y seguía llevando el mismo traje morado que Allen adoraba.
<¿Inmortal?>
—Ohh... vengaaa... ¿solo vas a decirme eso?
Inmortal hablaba mientras sonreía y, a su vez, hacía pucheros en un intento de mofarse de Cosmos.
<Payaso, ¿quieres no interferir? Intento conseguir de nuevo mis poderes.>
—Emm... No, Payaso es ese bufón insufrible... Algún día lo meteré en un circo, pero con la de problemas que da, no me extrañaría que lo echaran.
<¿Intentas entrometerte en mis asuntos?>
Con la pregunta de Cosmos, Inmortal se puso serio y lo miró directamente.
—¿Tus asuntos? Creo que olvidas que somos el mismo ser a fin de cuentas... ¿O eres diferente?
Esa pregunta incluso hizo que Allen sintiera un leve escalofrío.
<...>
—Y digo yo... ¿Por qué no nos vamos a un lugar en el que podamos hablar mejor?
Antes de que Cosmos respondiera, Inmortal lo estaba sujetando del cuello y, con una espada que apareció en su mano, creó una onda de aire con la que cortó a la mitad al topo.
—No te preocupes, no voy a hacerle nada... Solo vamos a hablar como pers... como seres civilizados. Hasta la próxima Allen.
Tras sus palabras, Allen no tuvo tiempo ni de reaccionar, solo contempló como el topo caía al suelo dividido a la mitad.

En la superficie, Inmortal lanzó a Cosmos a la ruina de un edificio. No había rastro de la tranquilidad con la que le habló a Allen.
—¡Venga imbécil! Deja de fingir ya.
Cosmos se levantó mientras que de él emergía una gran cantidad de miasma.
<Como no... Parece que es imposible engañarte ¿no? Al fin y al cabo, eres el Allen que mató a Archibald, y continuó como Crono... hasta que te convertiste en Inmortal. El primer Allen de los intentos que hizo.>
Inmortal apretaba sus puños mientras una inconmensurable cantidad de miasma salía de él, si se viera desde el cielo, se habría convertido en un punto negro parecido a un abismo.
—Bien... ¡Entonces no hace falta presentarnos! ¡Directamente puedo arrancarte la cabeza!
Inmortal saltó hacia Cosmos, destruyendo parte del suelo a sus pies, y lo golpeó en su rostro, haciéndolo volar mientras atravesaba otros tantos edificios semidestruidos.
Inmortal se mantenía volando en el aire, sostenido por su miasma, pero en vez de mirar donde había aterrizado Cosmos, miró al cielo.
<Déjame felicitarte por encontrarme tan rápido. Serás consciente de un hecho, Allen...>
Cosmos fue rodeado por llamas doradas que se expandieron rápidamente, formando una gigantesca esfera de llamas doradas. Poco a poco, la esfera tomó la forma de un colibrí.
<¡Azteca Prohibido:...>
Cosmos apretó su puño y cayó en picado hacia Inmortal, con su puño convergiendo con el pico del colibrí.
<¡Colibrí del Sol!>
Inmortal apretó los puños y los juntó, formando cadenas moradas semi ilusorias que unían sus brazos.
—¡Artes de Combate: Duelo de Restricción!
Sus puños chocaron entre sí, formando una onda que reverberó en la cúpula de Moira.




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