Oscuridad miró a Allen sin expresarse en lo más mínimo, devolviéndole la mirada desafiándolo, Allen mantuvo dándole la espalda.
<Humano miserable... me aseguraré de que mueras aquí adentro, Allen...>
La amenaza de Oscuridad no fue en vano, ya que en ese momento su cuerpo, hecho de oscuridad pura, se expandió hasta cubrir toda la ciudad. Pero no era su objetivo matar él mismo a Allen...
Guardián alzó su mano izquierda frente a él, formando a su alrededor una pequeña burbuja de luz.
—Ley de Combate: Luz Sin Fin.
Mirando frente a él, vio que Allen ni siquiera le importaba lo que hiciera Oscuridad.
—Este chico es tonto... es un candidato a Dios al que acaba de enfrentarse. Oscuridad puede retorcer las leyes de la realidad si quiere, ¿cómo está tan tranquilo?
En ese momento, Allen miró a Guardián, haciéndolo callarse de repente.
—¿Candidato a Dios? Poco me importa, si está vivo solo significa que también puede morir... si sangra solo me lo confirma. Además, esta oscuridad es soportable, mi mente es mucho más sombría que esto. Solo necesito esforzarme un poco para iluminar esta oscuridad.
En ese momento, Allen alzó su mano... y Guardián no creía lo que vio.
Allen estalló en llamas doradas, disipando la oscuridad reinante en la ciudad e iluminándolo todo él mismo. Sobrepuesto en él, una imagen de una persona ataviada en un traje rojo con una capa de llamas doradas, así como un sombrero de copa con las mismas llamas, apareció por un breve momento.
Esa imagen no solo hizo que en la mejilla de Guardián se deslizara una lágrima, en la lejanía hizo que Humanus se quedara estupefacto.
Incluso en otros lugares fuera de la ciudad sintieron la presencia de esa silueta.
—Eso era... Caballero... Destino...
—La oscuridad se puede disipar con la luz. Al igual que sin luz no existe oscuridad, sin oscuridad no existe la luz.
En algún lugar, Ahorcado y Payaso, reunidos con otras personas, sintieron lo que hizo Allen en ese momento y la breve aparición de la silueta.
A su vez, Ahorcado tembló mientras el sudor frío bajaba por su espalda. Al mirar a sus otros compañeros, también vio que los demás sentían el mismo temor como él, ya que la aparición de ese ser significaba que morirían.
—¿Dónde están Mago y Fortuna? No pueden quedarse en esa línea temporal... ¡y menos ahora con la aparición de Destino!
—Tranquilo Ahorcado, esa línea temporal de la que emergió el mito del Caballero Destino fue eliminada por el propio Destructor.
—¿¡Acaso no lo entiendes!? ¡El Caballero Destino es la encarnación de un dios vivo entre los mortales! ¡Ni siquiera el Señor u Oscuridad podrían vencerlo!
—Pero sigue siendo Allen al final.
—¡Cállate Loco!
Payaso miró en la profundidad del vacío, sonriendo mientras recordaba la sensación de la breve aparición del Caballero Destino.
Allen mantenía la llama dorada en alza, usando toda la energía que le quedaba para mantenerla.
No sabía que las personas de Ciudad P que habían sido engullidas por la oscuridad infinita, y luego fueron rescatadas por esa luz dorada, creían que era obra del Dios del Sol.
Al escuchar las alabanzas de las personas, Humanus frunció el ceño.
<Quizá... no... ¡es imposible!>
Al llegar a una conclusión, miró a Allen.
<El Antiguo Dios no le otorgó ser su apóstol... el fragmento de su divinidad está enterrado en su cuerpo para hacerlo crecer, pero ¿con qué objetivo? Si no me equivoco, ese anciano quería que su creación siguiera intacta después de su muerte. Pero Allen no debería haber sido el Dios del Sol para la humanidad, ese era el título reservado para Aegis como defensor de la Tierra mientras que Allen ejercía su rol como Apóstol.>
Humanus sonreía mientras observaba a Allen, incendiado en llamas doradas alumbrando la oscuridad infinita en la que se sumergió la Ciudad P.
<Por otro lado, el Caballero Destino es simplemente la leyenda de una línea temporal en ruinas antes de que Oscuridad o Luminoso comenzaran su guerra por el poder, el Allen que se volvió el "Dios del Amor", el Caballero Destino. Pero tú... ¿qué demonios eres, Allen?>
—¿Y por qué no me lo dices tú?
Humanus se quedó sin habla al escuchar la voz de Allen desde tanta distancia y observándolo tan tranquilamente.
—Vamos, no seas tímido, acércate un poco...
Con solo doblar el dedo índice dirigiéndolo al Humanus, Allen hizo que apareciera en el mismo área donde se encontraban él y Guardián.
Incluso Guardián se asombró del simple acto de Allen, retorció la realidad y transportó en el espacio a Humanus junto a ellos con solo doblar su dedo. ¿Qué clase de poder ridículo era eso?
—Tú también, quiero que te acerques.
El siguiente que apareció fue la sombra que encarnaba a Oscuridad.
—¡Bien! Ya estamos todos, bueno... menos...
Allen miró al cadáver del Vulpes y negó.
—No voy a resucitar a ese monstruo. Suficientes problemas ha dado ya. Pero...
Concentrándose un poco, Allen creó una esfera luminosa de la que emergió la persona que había muerto a manos del Vulpes la primera vez que llegó a la Ciudad P... era nada más y nada menos que la propia Emma.
Al verla, Guardián estuvo por lanzarse a ella y abrazarla mientras las lágrimas salían de sus ojos continuamente. Viendo su reacción, Allen sonrió y miró a Guardián.
—Vamos, ¿no quieres decirle a esta damisela que la amas? ¿A qué esperas?
Guardián estuvo a punto de ir con Emma, pero ella se alejó hasta llegar al lado de Oscuridad, haciendo que Allen frunciera el ceño.
—De acuerdo... supongo que es un romance prohibido... Debes disculparme, pero solo diré que me encanta, es tan dulce... y la forma en que la miras... jeje. Se nota que has sufrido mucho por estar con ella.
Aunque por fuera Allen se mostraba contento con la reunión entre Guardián y Emma, los que le ayudaron a conseguir una habilidad a la que llamó Sentimientos, por dentro se encontraba un poco triste, ya que Emma le llegó a gustar.
En este punto, Allen canceló su transformación y dejó que la llama dorada siguiera ardiendo encima de él. Después, Allen miró a Emma.
—Sé que no soy nadie para decirte lo que está bien, pero estar del lado de esos dos no es algo bueno.
Sin darse cuenta, la pupila del ojo derecho de Allen se rompió, formando una línea negra en su iris.
Tanto Oscuridad como Humanus o Guardián no se atrevían a hablar debido a la reminiscencia anterior de Destino tras Allen. Ni siquiera Oscuridad conocía exactamente el mito del Caballero Destino, al fin y al cabo, se originó en una línea temporal que cayó en la ruina incluso antes de que Oscuridad o Luminoso alcanzaran su poder actual, por lo que prefería mantener cierta distancia con Allen en ese momento.
—Tú tienes...
Al escuchar las palabras de Emma, Allen la miró sonriendo, pero ella lo miraba de otra manera...
—¿Por qué tienes esa mirada tan rara?
Allen se rió levemente mientras sonreía y miraba al suelo.
—Ofrecer amistad al que pide amor, es como dar pan al que muere de sed... No puedes comparar ambas cosas como iguales, son los dos extremos de ambos lados.
Oscuridad se adelantó y miró a Allen.
<¿Qué demonios eres? No... ¿quién eres? Hasta hace nada no eras tan fuerte...>
Allen se rió entre dientes y miró a Oscuridad.
—Yo soy un simple humano, no necesito ser otra cosa. Un humano con una estabilidad emocional nula, altos principios, quizá una autoestima un poco baja, pero ante todo soy yo mismo. ¿Puedes decir tú lo mismo?
Oscuridad cedió ante la pregunta, echándose hacia atrás y mirando fijamente a Allen.
—Obviamente, todos los seres son diferentes. Tienen metas y sueños dispares entre ellos, y son tantos como el universo en sí. Aunque al igual que ellos, temes lo que no comprendes, por eso te alejas.
<Bastardo...>
—Lo que intentas ahora mismo... ¿estás seguro de querer continuar?
La luna, junto a la pregunta de Allen en ese instante, se llenó, y el cadáver del Vulpes estalló en un denso miasma negro.
Oscuridad y Humanus se alejaron mientras se reían, Guardián agarró a Emma y la alejó de allí mientras sudaba por el aura que manaba del Vulpes.
Allen, en cambio, miró a Vulpes en el interior del miasma seriamente, detrás suya estaba la silueta de Destino observando al Vulpes igual que él.
<¡¡¡Mocosoooo....!!! ¡¡¡Te mataré!!!>
El miasma negro se esparció por todas partes debido a que nueve colas se movían por todas partes, descontroladas. La oscuridad, a su vez, volvió al cuerpo de Oscuridad, dejando que toda la ciudad se bañara en la luz de la luna.
El único cambio visible en el Vulpes eran el número de colas que poseía en ese momento.
Editado: 10.11.2024