Caballero Crono

Capítulo 41

Allen comenzó a reírse al ver que ninguno se atrevía a replicar ante su respuesta mientras el miasma azul no solo era expulsado de su cuerpo, estallaba hacia todas partes como si fuera una bomba.
—En este tiempo he logrado darme cuenta de una cosa. Teméis al Destructor, ¿por qué? No es más que una persona tan pura que sacrificó su humanidad para salvaguardar a las personas que sufrían. Para mí, el Destructor está solo... sé de primera mano lo que es estar así... en una soledad impuesta.
Sonriendo, Allen miró a cada persona allí reunida hasta alcanzar a un ser que lo miraba sin expresión desde una grieta de la que rezumaba miasma negro.
—Yo lo acepto... Te acepto.
En el momento que salieron esas palabras de Allen, la grieta estalló por completo, saliendo de ella hacia el suelo un pequeño niño de unos 6 años, llorando mientras tenía sus pequeñas manos apretando su camiseta.
Caminando hacia el niño, Allen agarró el miasma azul a su alrededor y desviaba con una espada de cristal azul los ataques que le lanzaban el Payaso y Mago mientras Oscuridad miraba aturdido lo que ocurría.
—Todo estará bien a partir de ahora.
Allen sonrió al niño y lo abrazó, siendo recibido por los brazos del niño que se consolaba en su pecho hasta que una tenue luz azul los unió a ambos, dejando solo a Allen, que sonreía a Destino mientras lágrimas de sangre se derramaban por sus mejillas.
<No me cansaré nunca de decirlo, Allen... Eres increíble...>
En ese momento, Destino, Guardián, Inmortal y Emperador empezaron a desvanecerse en el aire.
<Como has dicho, todo está bien ahora. El futuro es tu lienzo en blanco para pintarlo a tu gusto... no permitas que Oscuridad o Luminoso se queden con el trono de Dios.>
La armadura del Modo Desatado apareció en Allen mientras los tonos rojos se volvían azules. Los cuernos, así como la aureola, desaparecieron, siendo deformados por el propio casco que recubrió los huecos.
—Este es mi nuevo poder... ¡Modo Vórtice!
La grieta en el casco de Allen donde estaban sus monstruosas fauces se cerraron, siendo sellada por completo al recubrirse de cristal. Las garras, por otro lado, se retrajeron hacia sus nudillos.
<Humano bastardo...>
Allen se rió mientras miraba a todas partes, viendo un número infinito de hilos semitransparentes que atravesaban a todo el mundo, incluyéndolo a el mismo.
—Ohh... Venga, Oscuridad, ¿no te gusta este giro de los acontecimientos? Pensaba que tú y ese bufón queríais matarme, ¿a qué esperas?
<¡¿Sabes acaso lo que has hecho?!>
Jugando con un hilo en sus dedos, Allen se reía mientras negaba y miraba de reojo a Veldor y Archibald situados a sus dos lados.
—Tampoco es que me importe, solo necesito un pequeñísimo impulso... ni siquiera sé cómo va esta cosa...
Veldor fue el primero que se lanzó contra Allen, con su puño irradiando miasma y atravesando la pequeña niebla que era el miasma azul de Allen.
—¡Gigatón Rompetiempo!
Aunque ni siquiera Oscuridad o Payaso esperaban lo que ocurrió tras el golpe de Veldor, ya que Allen solo sujetó un hilo en su mano y tiró de él, apareciendo justo frente a Oscuridad.
<¿Pero qué...?>
—Mierda... hilo erróneo...
Antes de que Oscuridad pudiera golpearlo, Allen sujetó un manojo de hilos y tiró de ellos, desapareciendo en el acto.
—¡¿Dónde coño está?!
Payaso gritaba mientras miraba a todas partes. Oscuridad, en cambio, pensaba en la manera de desaparecer que hizo Allen.
<¿Hilos? Espera... ¡¿No me digas que...?!>
Allen apareció entre las paredes de un edificio, su brazo derecho estaba atravesando la pared sin afectarle en lo más mínimo.
—¿Cómo se usa? Aggghhh...
Al escuchar el resoplido de Allen, Payaso lo miró con una sonrisa, lanzándose hacia él mientras mantenía en alto su guadaña, y era acompañado por Archibald.
Cuando miró hacia ellos, Allen gritó mientras intentaba deshacerse de la pared golpeándola, arañándola, e incluso le dio un par de cabezazos. Fue entonces cuando vio un hilo que atravesaba el cuerpo de Archibald, agarrándolo y tirando de él.
Lo siguiente que vio Allen fue que estaba donde se encontraba Archibald, pero al mirar donde estaba antes con el brazo emparedado, vio a Payaso que atravesó el cráneo de Archibald con su guadaña. Sacándola, Payaso miró a Allen, sonriendo.
—¡La próxima vez acertaré!
—Eso es peligroso...
Lanzándose hacia Allen, Payaso mantenía la guadaña sobre su cabeza mientras goteaba sangre.
Allen comenzó a pensar sobre todo lo que le rodeaba. Podía ver los hilos atravesando a todas las personas y edificios menos a Payaso, Mago y Oscuridad. Antes de que la guadaña de Payaso lo tocara, Allen llegó a una conclusión y retrajo las garras de sus nudillos, chocando la hoja de la guadaña, emitiendo chispas del choque.
—¡Estás muerto, Allen!
Sonriendo debajo del casco, Allen pisó varios hilos y empujó la guadaña. Antes de que pudiera reaccionar, Payaso vio desaparecer a Allen instantáneamente.
—¿Dónde estás? ¡¿Dónde estás?!
<¡Deja tu rabia de lado, Payaso! ¡Allen está usando el flujo del tiempo a través de todos los seres y objetos! ¡Es casi imposible matarlo ahora mismo!>
—¡Eso ya lo veremos!
Payaso se acercó donde se encontraba la divinidad cristalizada anteriormente antes de que Allen lograra romperla, ahora, había solo un trozo de cristal destrozado pegado al suelo, teñido de negro y sin poder alguno.
—¡Si Allen no quiere luchar conmigo, lo obligaré a luchar contra otra cosa! ¡Charibdys!
Al oír su grito, Charibdys se acercó a Payaso. Por otro lado, Payaso dirigió su mano izquierda hacia el cuerpo inerte y emparedado de Archibald, emergiendo de su cuerpo el amatista mientras su pecho se abría en una sanguinolenta explosión.
El amatista la dejó caer en el remanente del cristal, mientras que a Charibdys le cortó el brazo con su guadaña.
—¡Y ahora...!
Payaso miró a Oscuridad mientras sonreía y de sus ojos vacíos tras la máscara, niebla negra comenzó a surgir de ella.
—Dame tus juguetes, Oscuridad.
<¿Perdón?>
—¡Quiero tus apóstoles para matarlo!
<Que seas una criatura elemental del universo no te da derecho a ordenarme nada.>
—Va~le~...
Payaso comenzó a sonreír mientras caminaba hacia Oscuridad con su guadaña sujeta en su mano derecha, expulsando niebla negra de él.
Allen, en cambio, no sabía cómo lo había logrado, pero estaba oculto entre pliegues del tiempo mismo. Oculto entre los lapsos de un segundo y otro, saltaba entre pliegues sin saber cómo salir ni cómo atacar, no obstante, estaba seguro de una cosa, la niebla negra que expulsaba Payaso de su cuerpo no era miasma del Destructor, no sabía qué era realmente.
El miasma del Destructor que tocó a toda criatura viva de la existencia era, al fin y al cabo, el último milagro del Antiguo Dios, y como tal, toda habilidad nacida del miasma era un milagro. Por otra parte, el miasma rojo era la divinidad misma del Antiguo Dios, o al menos el remanente que quedó de él. Tenían el mismo origen pero eran diferentes en esencia, al igual que el miasma azul de Allen, que nació de él mismo sin la ayuda del milagro ni la divinidad del Antiguo Dios.
Tragando saliva, Allen miró a Payaso que estaba frente a Oscuridad, sonriéndole mientras jugaba con la guadaña en su mano. Allen tragó saliva de nuevo y, sin saberlo, tocó un hilo que estaba conectado hacia algún lugar, hacia alguna persona.




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