Allen estaba usando los hilos como trampolines, se apoyaba sobre ellos con su espalda y los usaba mientras saltaba. Al usar la corriente del tiempo como si fuera un trampolín, hacía que su desaparición y reaparición fuera casi instantánea con solo una diferencia de menos de un nanosegundo, y ni siquiera Payaso tenía tanta velocidad de reacción.
Payaso se llevó la mano a sus costillas, ya que de ellas salía una gran cantidad de sangre negra. Mirando a Allen, Payaso apretó la mandíbula y empezó a irradiar de él ese extraño humo negro.
—Allen... ¡Allen!... ¡¡¡Aaalleeeeen!!!
Sin que Allen se lo esperara, el brazo izquierdo de Payaso se estiró e hizo el amago de agarrarlo, por lo que volvió a desaparecer y reaparecer encima de Payaso, golpeándolo en la cabeza y devolviéndolo al suelo con un gran impacto.
Al aparecer Allen en el suelo, fue rodeado por diez Charibdys que los miró seriamente.
—¡Estás muerto Allen! ¡Muerto! ¡Charibdys!
Al gritar su nombre, los Charibdys atacaron de inmediato a Allen que volvió a desaparecer. Sin embargo, se encontraba mucho más cerca de lo que pensaban.
—Veldor, he visto tu pasado en el hilo... así que sé de sobra lo que ocurre. También sé sobre tu estúpida cruzada por revivir a un muerto.
—¡Cállate! No pienso escuchar lo que digas, ¡acabarás destruyéndolo todo, siempre lo haces!
Veldor tenía cierto nivel de razón, ya que las luchas de Allen siempre provocaban un alto nivel de destrucción y ni siquiera él mismo podía controlar la fuerza que tenía, simplemente daba todo de sí por vencer, e incluso pudo ver lo que ocurrió en el bucle cuando comprobó que su hilo y el de Archibald, antes de su muerte, estaban unidos en una parte del mismo.
—Veldor... eres idiota.
Allen apareció y se deshizo de los diferentes Charibdys antes de mantener a uno sin dañar, desapareciendo y apareciendo frente a Payaso, volviendo a golpear su rostro.
<Allen...>
—De hecho, no sé quien es más tonto, si tú por creer una mentira, o yo por ser así...
Allen reapareció frente a Veldor, abriendo su mano y haciendo visibles miles de millones de hilos que atravesaban todo y a todos. Tocando el hilo de Veldor, se pudo ver el fin de su mundo, su línea temporal, por la aparición de una criatura envuelta en miasma negro que emergía de una grieta gigante en el cielo.
—¡¿Lo ves?! ¡Es tu culpa que todo sea destruido!
Allen se rió brevemente, ya que en ese momento el hilo de Charibdys y Payaso se unió al de Veldor y apareció una imagen en la que Payaso introducía su miasma en una mujer, naciendo de ella el Charibdys, y tras ello, la mujer murió en su enorme boca mientras la masticaba.
Veldor no se atrevía a hablar tras lo que vio, Payaso en cambio, se rió al mirar el estado de Veldor y lo que mostró Allen, aplaudiendo poco después.
—¡Felicidades! ¡Por fin lo descubres!
La armadura de Veldor desapareció en el polvo, cayendo al suelo mientras las lágrimas caían de su rostro. Payaso se reía mientras que Charibdys sonreía diagonalmente con esos dientes afilados en su torso. El único que estaba en silencio apretó los puños, manteniendo a todos rígidos.
Allen caminó hacia Charibdys, mirándolo fijamente.
—¡No toques a mi Charibdys, Allen!
—Veldor... puedo salvarla...
Veldor miró a Allen, con su rostro lleno de lágrimas y solo dijo unas pocas palabras.
—Por favor... Allen...
Charibdys sintió un peligro extremo y lanzó un ataque a Allen con sus brazos en forma de aguja, pero antes de que pudiera darse cuenta, millones de hilos lo sostuvieron mientras lo aplastaban. A partir de ese segundo, los hilos se volvieron invisibles para todos.
Allen elevó su puño derecho mientras una gran corriente de aire se elevaba de él junto a un denso miasma azul.
—Impacto Celeste.
Atravesando el vientre de Charibdys limpiamente, el brazo de Allen refulgió con un intenso tono azul brevemente. Tras ello, dejó libre a Charibdys y aparecieron miles de Charibdys que se empezaron a convertir en polvo uno a uno.
—¿Qué has hecho? ¡¿Qué demonios has hecho con mi Charibdys, Allen?!
—Mis poderes actuales me permiten eliminar algo del tiempo permanentemente alcanzando su origen y destruyéndolo. En pocas palabras, todo lo que hizo se reescribirá.
Oscuridad negó.
<Es por eso que te estoy diciendo que habrá consecuencias. No puedes eliminar de la historia lo que quieras. Acabarás creando una paradoja... No... ya la has creado...>
Allen miró a Veldor, que comenzó a desaparecer lentamente con una sonrisa.
—Este es tu final feliz, Veldor. El resto es cosa mía.
Charibdys se acercó a Allen, intentando atravesar su armadura, pero lo único que logró fue convertirse en cenizas tras unos segundos.
<Eliminar a Charibdys de la realidad formará una paradoja donde Veldor, Archibald y Moira no aparecerán nunca para intentar matarte Allen, ¿sabes lo que significa?>
Allen miró a Oscuridad sin que le importara lo más mínimo.
<Sin Archibald, el bucle no existe, por lo que la leyenda urbana del Dios del Sol nunca se iniciará. Sin Veldor nunca iniciarías como Caballero Crono y lo que conocemos como "ahora" es una imposibilidad.>
—Eso puedo arreglarlo a mi manera.
<¡No puedes! Estaría de acuerdo que provoques tanto caos, ¡pero no con la realidad en juego!>
—¿Lo dice el que quiere el trono de ese anciano?
Oscuridad se mantuvo en silencio, y a su vez, ocurrió un terremoto que sacudió el mundo entero, desestabilizando a Allen brevemente.
<Ya está comenzando la progresión hacia la destrucción de esta línea temporal... Y todo porque has eliminado del tiempo mismo a un monstruo...>
—Hablas mucho viejo, ¿por qué no te callas mejor?
Allen sabía lo que debía hacer, pero no estaba seguro de lo que ocurriría en ese momento. Podría desaparecer en el tiempo o incluso dejar de existir, pero para ello requería una cosa específica y dominar los viajes en el tiempo como lo hizo Emperador Crono.
Era capaz de visualizar el pasado, e incluso de mostrarlo, pero no sabía si podía viajar en el propio flujo del tiempo... sin saber ni recordar que ya lo hizo una vez cuando se enfrentó a Fimus Chaos.
Editado: 10.11.2024