Caballero de brillante armadura

¡Dorothy, Dorothy!

Una de mis habitaciones estaba en un pequeño espacio del palacio que quedaba bastante arriba. Había que subir muchas escaleras. Ya entiendo por qué estaba tan en forma. Tenía que subir las escaleras y volver a bajarlas. Era una parte en la que el rey no me había tenido compasión. "Diablos, ¿por qué tantas escaleras? ¿No me podían poner una habitación más baja?" Pero bueno, de qué me quejo. Al menos estoy viviendo en el palacio y la habitación es cómoda y caliente. Además, tiene chimenea.

No sabía qué hacer. Estaba más pendiente de la princesa que de dormir. "No tengo sueño, pero la princesa está dormida y ni siquiera puedo hablar con ella. ¿Qué hago?" Miré por la ventana. Me maravillé las estrellas que se veían en las afueras del palacio. El cielo estaba entre azul y un poco verde. "¿Verde?" Era precioso. Ya sabía que era lo que estaba pasando allá afuera, en el jardín de esmeraldas. Así es en Inglaterra. Tenemos un jardín de esmeraldas que queda en la cima de una de las cascadas. Es un lugar sagrado al que nadie entra. Se dice que el que ha intentado robar las esmeraldas no regresa nunca más. Es como si fuera parte de algo sagrado, como si estuvieran siendo cuidadas por un mismo Dios. Las esmeraldas brillaban con las estrellas, haciendo que la luz de estas se reflejara en el cielo.

Dorothy:

-¿Qué estará haciendo? Miré el cielo verde y supe que era el jardín de esmeraldas. "Sir London", era lo único que se me venía a la mente. Ni siquiera podía llamarlo Ezequiel porque estaba muy acostumbrada, al igual que él no podía dejar de llamarme princesa... Ja... qué ironía.

Sir London:

"¡Ya tengo una idea! Voy a entretenerme, sí o sí". De inmediato, tomé una pluma y un pedazo de papel y comencé a escribir. "500 palabras... No es como que tuviera muchas cosas que hacer". Y escribí el nombre de la princesa. Recordé que ella me había dicho, de juego, que hiciera la dinámica de escribir su nombre para que no se me olvidara. "¡Dorothy, Dorothy, Dorothy, una y otra vez! Debo recordar..."

"Dorothy... Dorothy... Dorothy... No creo que se me olvide". Lo que hace el aburrimiento. Ahora, gracias a estar aburrido, no olvidaré que no debo llamar a la princesa de esa manera y que ahora tendré que llamarla Dorothy.

Desperté cuando tocaron la puerta de mi cuarto.

-¡Sir London! Te mandé a traer aquí porque quiero que empieces a proteger a mi hija desde temprano. He tenido rumores de que en la frontera se percibe la amenaza de otro ataque extranjero. Y no quiero que se aparte de mi niña

-A sus órdenes dorothy

-¿Qué? ¿Por qué me llamas así? ¿Todo bien?

-¡Oh! Lo siento mucho, mi rey. Lo siento mucho. Es que a la princesa no le gusta que la llame... Bueno, no importa.

-Pues claro, a la princesa no le gusta que la llamen así, pero no es necesario que me digas por el nombre de mi hija.

Dijo el rey a punto de reír

-¡Lo sé, majestad! Y disculpo por eso. Es que de tanto que me tocó escribir el nombre anoche que se me grabó completamente.

-Ah, ya veo. Entonces decidiste escribir el nombre de mi hija para que no lo olvidaras.

-Es que Dorothy se molesta cada vez que le digo princesa. Es como si no quisiera ser parte de la realeza.

-Sí, debo admitir que mi hija, desde pequeña, siempre ha amado su nombre. Nunca le ha gustado que la traten con formalidad.
agarraba unos berrinches que hasta yo mismo me quedaba loco.

-Dorothy es increíble.



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En el texto hay: @caballero, @inglaterra, @guerras

Editado: 19.03.2025

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