Todo es oscuridad dentro de mí. No hay nada más aquí que no sea el sonido de las llamas ardiendo; el ruido del combustible crujiendo al son del fuego.
«¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué no me reconociste?»
Una brillante luz se hace presente, la cual pinta todo alrededor revelando aquel extraño recuerdo en donde puedo ver cómo un chico de cabello verde, Xeneilky, vuela hacia su destino. A la distancia se pierde su figura mientras que un terrible sentimiento de tristeza y nostalgia invade mi corazón.
«¿Qué es lo que le está pasando al mundo?»
Hace poco no entendía el escenario, pero ahora sí que lo hago. Veo que la luna brilla color carmesí en el cielo, signo de un poderoso maleficio que azota los reinos cada vez que se hace presente, como lo fue aquella vez, pues enormes llamas azules consumían al mundo, lo desgarraban, lo congelaban, lo volvían un verdadero infierno gélido que se expande a los alrededores a gran velocidad con ganas de quemarlo todo sin piedad alguna.
«¿Es esto lo único que puede hacer el fuego sagrado?»
Lo he visto, todo el sufrimiento de las personas que viven en este nuevo lugar, todo el dolor que sus ojos reflejan está en mi mente cada segundo. Ellos luchan por sobrevivir, tratan con todas sus fuerzas de seguir adelante, así como Xeneilky que, sin temor a esas poderosas llamas o a la luna rojiza, voló para encarar al responsable de todo ese desastre.
«¿Acaso valió la pena si al final no pudo hacer nada más que protegerla? ¿Quién es esa mujer? ¿De verdad no soy yo?»
Nuestro mundo ha cambiado totalmente, ya no estamos solos. Diferentes eventos han hecho que la humanidad caiga en una decadencia que pronto los podría llevar a su extinción, que los consume día a día hasta la pobreza y desdicha extrema. Ya no somos esa raza que se alzaba por encima de todos. Ya no estamos en la cima de la cadena alimenticia.
«Necesito ir detrás de ti y descubrir la verdad por mi cuenta, aunque tenga que morir en el intento».
A pesar de todo lo que he hecho, aun no puedo recordar qué fue exactamente lo que sucedió en esa ocasión, qué fue lo que nos pasó y cómo es que llegué hasta allá para presenciar el acto que desató no sólo la creación de los siete reinos en Gaia II, sino también estableció la leyenda de «El reino del fuego».
«Lo quemaré todo, y de las cenizas construiré un nuevo reino. Un reino del fuego», fue lo que dijo y, por alguna extraña razón, me parece demasiado familiar.
El piromante azul encapuchado, mi presa, el hombre que ha asesinado ya a siete miembros de la Elite de fuego, el responsable del infierno azul y, tal vez, de mi pérdida de memoria, aquel que lastimó no sólo a Xeneilky, sino también a aquella mujer, esa misma que es idéntica a mí. Ese sujeto es quien dijo eso, fue de sus labios de donde esas palabras surgieron, mismas que parecen atormentarme cada vez que resuenan en mi mente como ecos infinitos de dolor iracundo.
«¿Por qué se parece tanto a mí? ¿Por qué es como mi mero reflejo?»
Aun no lo entiendo, pero sé que la respuesta la tiene ese hombre, está en ese recuerdo y tan pronto lo encuentre, obtendré lo que necesito pare vencerlo; pero antes, debo hacer una cosa más: descubrir quién es.
Por ello, dejaré de buscar respuestas sobre mí y enfocaré todo en este nuevo objetivo, en capturar a mi presa.
¡Qué inicie la cacería!