Cacería de Cenizas

Tercer Asecho: Ignorancia

Bajo varios escalones hasta un vasto sótano en el que hay una cantidad muchísimos servidores y cableado por toda la orilla de esta misma. El cuarto donde es al menos tres veces mayor que el principal; en medio hay una gran plataforma cilíndrica con un trono encima, y en él reposa una mujer idéntica a la K-Rin.A que vi en Cyber.exe. Ésta posee ropas celestes parecidas a las que te dan cuando te internan en un hospital y lleva puesto un casco metálico que cubre sus ojos como un visor de realidad virtual lo hace. Lo más impactante es la variada cantidad de cables que están conectados al cuerpo de la mujer en cuestión.

La mayoría de los servidores poseen muchas de líneas de transmisión que van desde las orillas de la habitación hasta el cuerpo de la misteriosa mujer. K-Rin.A es un ser parecido a Herald, o tal vez ya no posee nada orgánico en ella, cosa que la convierte en un robot.

—Así que tú eres la K-Rin.A de la «realidad» —digo a la mujer mientras me le acerco.

—Así es. Yo soy un androide creado por Pethe, Herald y Maynard. Hace ya más de mil años atrás yo fui construida para guardar la información del mundo, los secretos de la Elite de fuego y la humanidad —responde K-Rin.A con una voz bastante robótica, que sigue siendo muy parecida a la de su versión digital.

—Eso significa que tal vez podrías ayudarme, ¿tienes alguna información de mí? —Al decir eso, ella sólo agacha un poco la cabeza y piensa unos momentos, como si estuviera buscando la información en su base de datos.

—Lo siento, pero sólo puedo otorgar información que Pethe me indique, mientras no sepas la clave o no cumplas con ciertas condiciones, no puedo decírtelo —miente la mujer una vez que su proceso de búsqueda terminó—. Pero para proteger a Pethe haré todo lo posible, si me lo permites.

—Vaya, para ser un androide suenas muy humana.

—Alguna vez fui un humano. De hecho, mi transformación a esta forma fue lenta. Hace unos años un ingeniero de confianza que trajo Herald llamado J. J. se encargaba de modificarme y darme el mantenimiento necesario para seguir cien por ciento funcional. Sin embargo, él murió, y creo que un poco de humanidad aún quedó en mí. El trabajo no fue terminado por completo.

—Muy bien, pues yo soy un miembro de la Elite de fuego y necesito ir a ver a Pethe. Un piromante azul encapuchado está cazando a los miembros de la organización y hay una gran probabilidad de que le esté pisando los talones a Pethe. Por favor, necesito que me guíes a él.

—Entiendo. Debes ir a la habitación que está detrás de mí. Ahí encontraras el cuarto de D’La. En él hay un dispositivo «RVA-P302», es idéntico al que usaste para comunicarte conmigo en la habitación «Servidor P3MYKT0-004». Tendrás que encenderlo y utilizarlo para que te lleve hasta donde se encuentra la habitación de Pethe —explica la mujer con su robótica voz, al mismo tiempo que uno de los servidores que está detrás de ella se mueve para dar paso a otra habitación.

—¿D’La vivió aquí?

—Afirmativo. Sus últimos días estuvo aquí. Xeneilky sabía que iba a morir y por eso la trajo con Pethe para que transportara todos sus recuerdos a Cyber.exe, haciéndola vivir así por siempre —respondió K-Rin.A algo molesta. Creo que hay algo sobre D’La que no le agrada, puedo notarlo en cómo se expresa.

—¿Puedes darme información sobre Xeneilky? —La androide de inmediato negó mi petición. Es obvio que la información de la familia D’Arc y Pridh está bien resguardada. Una vez que salve a Pethe o me enfrente a su clon, regresaré, porque estoy segura que esa mujer sabe más de lo que quiere decir.

—Vete ahora. En una o dos horas estarás en el lugar donde trabaja Pethe, y si sigues adelante, podrás ver el laboratorio PQB, dónde se encuentra Maynard en estos momentos. —También Maynard se encuentra cerca y parece ser que allá donde está Pethe encontraré su nuevo laboratorio. De seguro sigue haciendo todo tipo de horribles experimentos—. Aparte, Xeneilky visita a este último hombre en este tipo de días, si te apresuras, también te lo encontrarás en el camino —ultima la mujer, insistente en que abandone la sala.

Agradezco feliz de poder saber esto y me voy corriendo a la habitación contigua.

—Volveré, tengo más que hablar contigo —aseguro a K-Rin.A antes de meterme a la habitación.

—Te estaré esperando —expresa la mujer androide con una voz bastante desanimada, tengo la impresión de que no desea volverme a ver.

Llego a la habitación de D’La y me da escalofríos sólo estar aquí. El lugar tiene una cama y un buró como los que hay en la habitación donde me quedé en la iglesia del génesis, pero en lugar del ropero está el dispositivo RVA-P302 listo para ser usando. Todo esto es algo común, lo que me da repelús es que al lado de la cama hay una mesa de metal con ruedas en las patas que tiene encima varias jeringas usadas y frascos vacíos, además de mucha sangre tanto en la cama, como en el suelo, el buró, la mesa y el dispositivo que pronto usaré para ir con Pethe.

Sea lo que sea que haya pasado aquí no fue nada agradable, el proceso que debió llevar el convertir la memoria de D’La en algo digital debió ser una pesadilla para todos, mas no para Maynard si participó en él.

Camino hasta el RVA-P302 y me alisto para usarlo, pronto se enciende y de la misma manera que el otro, éste me lleva a un mundo digital muy parecido a Cyber.exe; pero la estructura es diferente, pues parece que debo descender por un laberinto.

Mientras recorro el lugar digital, recuerdo cuando fue la primera vez que vi en persona a este increíble hacker.

«Era invierno. Yo estaba hablando con Marcia y Anne sobre lo sucedido en la iglesia del génesis con Gregory, a la par que me disculpaba con la primera por lo que había pasado. Ella sin duda estaba triste, parecía ser que había formado lazos muy fuertes con el hombre maldito por la espada en tan sólo el poco tiempo que tenía de conocerlo.




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