Grandes fisuras se forman en el cuerpo de la criatura de hielo, hasta que sus ojos brillantes se van apagando y cae completo al suelo. Yo me quedo flotando mientras siento que una gran parte de mí ser está llena de una ligera capa de hielo formada por el intenso frío que el difunto ser gélido producía.
Al caer al suelo, el cuerpo de la criatura deshace en pedazos. Por todos lados tan sólo quedan trozos esparcidos, como si fuera una tina de baño llena de hielo. Entre todo el desastre consigo dilucidar cómo algo parece estar enterrado en la escarcha, así que desciendo al piso hasta estar a poca distancia de éste. Luego muevo los gigantescos fragmentos de mi oponente con mis habilidades psíquicas en favor de descubrir una extraña pistola metálica con uno raro liquido celeste adentro. Éste es visible ya que en la parte superior del instrumento tiene un tubo de vidrio o plástico transparente que parece atravesar el arma a lo largo y ancho en la parte superior, cubierta por otro trozo de acero en lo más alto.
«¿Qué hace esto aquí y por qué no la vi antes?». Tomo la pistola en mis manos y me parece bastante helada, tanto como el monstruo de hielo. Hay una posibilidad de que ésta hubiera estado dentro de él todo este tiempo.
Por mera curiosidad apunto hacia una pared con el arma usando mis habilidades psíquicas y jalo el gatillo. El arma vibra un poco y se iluminan algunos focos que posee debajo del tubo con el líquido, al igual que éste también brilla. Después de esto, el arma dispara una extraña bala blanca que choca contra una de las paredes del lugar, cuyo impacto provoca nada.
«¡Qué raro!», pienso y examino el arma de cerca para ver si no tiene alguna descripción o identificación. Tal vez fue construida por Herald o algún mago anónimo, pues el arma no posee algún tipo de escrito. Aun así, la guardo con las demás cosas, quien sabe, tal vez en un futuro pueda descubrir de qué se trata.
Para no tener que caminar sobre el hielo, me transformo en albatros y vuelo hacia la salida del lago subterráneo, donde me encuentro con una cascada de agua descongelada que brota desde el techo hasta caer en lo que parece ser un ducto natural que da a algún otro lugar dentro de la caverna, misma que me impide avanzar hacia la salida. Esto me impresiona mucho, así que toco el agua y me percato de que está fría, mas no tanto como debería. Esto significa que la cueva tal vez aún conserva manantiales sin congelar cercanos a una fuente natural de calor. Tal vez la razón por la cual la cueva está congelada si es algo natural, no como antes lo había postulado en mi mente.
Debo atravesar la cascada, pero ¿cómo? Si me mojo, podría afectar mi salud gracias al frío. En estos momentos estoy resintiendo ya la temperatura, no me quiero imaginar cómo me pondré si me empapo por completo. Por lo tanto, trato detener el flujo de agua con mis poderes psíquicos, cosa que no da resultado; todo el peso del agua es más increíble que mi fuerza psíquica. Ya que eso no funcionó, intento crear algún objeto con fuego púrpura que cubra el agua desde arriba, como una tapa; pero, de alguna extraña manera, el líquido lo traspasa fácil. También se me pasa por la mente usar la propulsión de mis tacones, mas el espacio entre la cascada y la pared del otro lado me es muy corto. Es posible que me voy a dar un buen golpe si lo hago así. Por último, pienso en usar una estalactita para cubrir la salida del agua, sin embargo, decido no hacerlo porque al meter a la fuerza dicha formación de hielo ésta se romperá.
Parece ser que voy a tener que atravesar aquella cascada y mojarme después de todo, pero al revisar mis cosas en la capa de invisibilidad veo mi nuevo juguete. «¿Por qué no?».
Disparo el arma a la cascada y la bala, al inmediato contacto, congela la cascada a la velocidad de un parpadeo. Percibo cómo el hielo se extiende desde el impacto de la bala hasta las orillas, algo terrorífico. Me da la impresión de que la caverna fue congelada con esta arma, hay posibilidades de que tenga en mi poder una increíble pistola legendaria forjada por los mismísimos dioses ancestrales Pridhreghdi y Arctoicheio, con la intención de poder otorgar esta increíble habilidad a un devoto. También puede ser que el tarado de Herald la creó para que Maynard no tuviera problemas de inundación. Aunque, ahora que lo pienso bien, el científico aclara en su diario que Kotaru descubrió la caverna ya congelada. No me cabe dudas que este instrumento debe tener una buena historia detrás.
Ya que la corriente está congelada uso mis poderes psíquicos para sólo romper el medio de ésta y hacer un hoyo para pasar. Una vez del otro lado, el hielo de la parte de arriba de la cascada congelada crea un extraño ruido, hasta que se troza ny deja caer una gran cantidad de agua que se desbordaba por todos lados, misma que hace un gran desastre. Decidí pasar por alto esto, haciéndome de la vista gorda y continuando mi camino.
Mi falta de consideración por reparar aquel flujo de agua trae a mí algunos recuerdos de cuando viaje a Japón en el pasado, justo el día que Kotaru decidió acompañarnos y así dejar su tierra natal.
…
«Era un día bastante helado. Annastasia, Kantry y yo nos encontrábamos en una casa de hospedaje al pie del monte Asahi. Ésta es una pieza arquitectónica nipona muy bella, con sus puertas deslizables de madera y papel washi traslucido; suelo hermoso parecido a la duela y muy limpio, hasta el punto que brillaba casi reflejando los alrededores; también el lugar poseía varias plantas en delicadas macetas que adornaban cada rincón.
Nosotras nos encontrábamos en un comedor vistiendo una especie de bata para estar dentro del lugar mientras nos servían diferentes tipos de licores y comida de manera muy amable, sobre todo muy servicial. Aunque sólo éramos tres, nos habían puesto en una gran habitación para nosotras solas. Ésta se encontraba al lado de un hermoso jardín lleno de pequeños arbustos, delgados árboles, un espacioso estanque, una tradicional fuente de bambú y un monumento de piedra parecido a un castillo nipón. Todo este sitio se hallaba cubierto por una gran cantidad de nieve, a la par que la suave nevada de la noche lo convertía en todo un espectáculo maravilloso a la tenue luz del hotel, bajo la vista de numerosas estrellas y la luna.