Las cosas ahora han dado un siniestro giro de tuercas. Por fin recuerdo todo, mas empiezo a arrepentirme de algunas acciones antes perpetuadas; sin embargo, no es tiempo de pensar en cómo arreglar esos pequeños descuidos. Es el momento justo para enfrentar al piromante azul y terminar con todo. Los recuerdos de mis compañeros me han dado muchas pistas de cómo vencer a este apático enemigo. Eso debería ser suficiente para derrocarlo en batalla.
Pero, ahora que lo pienso, no sé qué pasó con Kantry, por lo que miro hacia su hogar en llamas, ese mismo dónde vivimos Annastasia, Ken, Joseph, ella y yo durante un buen tiempo. Convivíamos como si fuéramos una familia normal, dónde lo único que importaba era el cariño y cuidado incondicional que nos dábamos los unos a los otros. Pasábamos los días juntos y disfrutamos de lo sencilla que es la vida.
Mientras me encamino hacia Terra Nova, siento cómo los últimos recuerdos de Kantry vienen a mi mente, observo todo desde los ojos de mi amiga antes de ser eliminada, gracias al arete que dejó.
En ellos vi cómo regresó a su hogar y discutió con nuestro enemigo durante unos momentos, confiada en poder hacer tiempo o meya antes de yo arribar. La batalla fue dura y ambos se dieron cuenta que recuperé mis memorias, lo que desató el poder del maldito sobre mi amiga hasta eliminarla, con la fe de acabar con esto de una vez por todas.
Después de analizar con cuidado las ultimas memorias de Kantry, me doy cuenta de quién cree que es el piromante azul encapuchado. Difiero de ello.
En el pasado me enfrente a dos piromantes azules de un poder alto. Cada uno con un objetivo muy diferente y personalidad casi opuesta uno al otro. Aparte, sus voces y formas de hablar son inconfundibles entre sí. Me he echado un chapuzón en cada uno de los recuerdos de los otros miembros de la Elite de fuego y noto algo extraño: el piromante encapuchado en verdad está tratando con todas sus fuerzas ocultar quién es, tanto así que ha confundido a toda mi organización.
Eso me hace pensar que el piromante al que me enfrentaré pronto no es ninguno de los tres que conozco, pues hubo un tercero al que conocí; pero éste fue un aliado mío, no un enemigo. De igual manera, los tres seres quedaron atrapados en lugares de donde se suponía jamás saldrían para ver la luz de nuestro mundo de nuevo. En un principio creí que la prisión que le otorgamos a uno de ellos había fallado, cuyo escape del enemigo fue inminente; no obstante, ahora más que nunca, pienso que ese no es el caso, más bien, parece que otro piromante ha aparecido y está jugando a ser como los antiguos, los que están atrapados.
Esa es la impresión que me ha dado, ya que, a diferencia de los demás, me he encontrado con el sujeto más de una vez y puedo decir que se trata de alguien diferente. Conozco bien a los tres piromantes de mi pasado y la forma de actuar de éste que he seguido es la misma cuando lo veo yo, pero diferente en cada una de las memorias de mis compañeros y amigos. Ha hecho bien su trabajo, sin duda alguna.
Aunque, hay algo que estoy ignorando. Es un detalle que hasta ahora no había conseguido comprender del todo. Kantry, tenía cortes por todo el cuerpo al final del encuentro, justo cuando estaba a punto de ser derrotada. Esto es algo malo.
Los tres piromantes azules de mi pasado. Cada uno de ellos tiene una cualidad o habilidad única, algo que los vuelve diferentes.
«I», el primer piromante que existió, tenía la apariencia de un hermoso hombre asiático, muy joven, casi andrógino, con una voz suave como pétalos de flor y un rostro imperturbable, en calma siempre. El sujeto poseía varias partes de diferentes yōkai en su cuerpo, pegadas a él, mismas que sustituían o complementaban la forma de su diabólico ser. Además de ello, era el único capaz de comandar ejércitos de clones de fuego azul: una especie de espectros que poseían las apariencias putrefactas de sus yo en vida.
«Drick», el segundo piromante en nacer, era un hombre un par de años más maduro que su antecesor, de un cuerpo un poco más marcado, una voz un tanto más grave y un acento que sólo podía clasificar como rasposo y ruidoso, hablaba como un vándalo nipón callejero. El maldito era un demente, reía cada vez que le era posible y sus acciones estaban lejos de ser lógicas o razonables. Era caos puro y siniestro. A donde iba, el mundo y su gente sufría un terrible destino lleno de dolor y obliteración. El maniaco era capaz de utilizar artes oscuras junto a su piromancia, lo que hacía que sus ataques con el fuego se torcieran o produjeran llamas caóticas y sin control.
Por último, el tercer piromante conocido por el mundo, fue un muchacho que se hacía llamar «Aoi». Era un joven de la edad de Annastasia, cuyos talentos fueron descubiertos por la anterior, gracias a su espejo ceremonial, utilizado sobre él una vez que le confesó a la chica que podía ver y escuchar a los muertos. Desde muy pequeño Aoi desarrolló los poderes de un verdadero piromante azul, y fue capaz de reclamar el arma que Drick trató de tomar con tanto esfuerzo, la hermana del arma que posee Ken, también de la mía. El chico fue parte de la Elite de fuego, y fue gracias a él que nuestra organización se volvió en extremo poderosa. Aunque tuvimos que tomar la dura decisión de dejarlo atrás.
Los tres, el piromante azul encapuchado tiene rasgos únicos de los tres. Ha usado técnicas que se supone cada uno de ellos conoce, y no ha sido por separado. Algunas veces ha permanecido calmado y ha conseguido efectuar piromancia combinada con el poder oscuro. Otras veces se la ha pasado riendo como psicópata mientras ataca usando clones de fuego azul. Por último, empleó la espada con Ken, Joseph, Annastasia y Kantry, pero podía usar las habilidades de los otros dos sujetos. ¿Cómo es eso posible?
Debo de revelar su identidad, así el misterio se resolverá por sí sólo al ver su rostro de una vez. Es obvio que está jugando con nuestras mentes para confundirnos, él sabía que yo iba a ser capaz de ver dentro de los recuerdos de los demás, por eso hace esto. Inclusive sabe que aparecería después de tanto tiempo que se me dio por muerta.