Cacería Digital

Capítulo 4: El Último Respiro

Las alarmas resonaban como un eco de muerte en los pasillos de NexTech, creando una atmósfera de caos absoluto. Axel y Max corrían, impulsados por la adrenalina, mientras las luces parpadeaban y las puertas se cerraban con un retumbar metálico. El virus que Axel había liberado estaba desbordando el sistema de seguridad, y con él, las defensas de NexTech estaban desactivadas, pero el costo de esa sobrecarga era claro: su presencia en los monitores de la sede ya era un hecho.

"Tenemos que salir de aquí antes de que se recupere el sistema.", dijo Axel, jadeando mientras miraba su pantalla, donde la interfaz de NexTech mostraba señales de empezar a restablecerse.

Max se veía agotado, pero su mirada estaba fija en la puerta por donde debían escapar. "¿Y el archivo? ¿Dónde está el archivo que querías encontrar?"

"Lo hemos encontrado, pero tenemos que salir con él antes de que nos capture El Orden." Axel estaba concentrado en desconectar las últimas conexiones mientras avanzaban, pero en el fondo sentía una presión en el pecho. Sabía que las fuerzas de El Orden ya los habían marcado como objetivos, y si algo salía mal, perderían todo lo que habían logrado.

En ese momento, un sonido metálico, como el rechinido de una puerta pesada, retumbó a lo lejos. Axel alzó la mirada. La entrada de seguridad más cercana había sido cerrada y un escuadrón de El Orden se acercaba con rapidez. No tenían tiempo.

"¡Corre!", gritó Axel, sabiendo que no había otra opción.

El grupo de guardias de NexTech avanzaba por el pasillo con precisión militar. Los agentes se acercaban con armamento pesado, y el líder de ellos, aquel hombre de barba gruesa que había hablado antes, los miraba con desdén mientras su equipo avanzaba. Axel y Max estaban atrapados.

Max intentó detenerse un momento para plantear una estrategia, pero Axel no le permitió. "¡Ahora o nunca!"

Con un rápido movimiento, Axel lanzó un dispositivo de interferencia a una de las paredes cercanas, provocando una explosión de chispas que desorientó a los guardias. Aprovechando el caos, corrieron hacia el pasillo lateral que los llevaba a la salida, pero al doblar la esquina, una figura se interpuso en su camino.

"¿Pensaron que iban a escapar tan fácilmente?" La voz era grave, y Axel reconoció inmediatamente al hombre que les había hablado antes: el líder de El Orden. Ahora estaba frente a ellos, completamente bloqueando el camino hacia su salida.

"Espera, Axel.", dijo el hombre mientras sonreía de manera sádica. "Sé que lo sabes. Lo que realmente has hecho no es solo hackear nuestro sistema. Has tocado algo mucho más grande que tú. Has abierto las puertas del caos."

Axel, empapado en sudor y con el corazón latiendo a mil por hora, no respondió. Sabía que las palabras del hombre no eran simples amenazas. Había activado algo que ni siquiera él comprendía por completo. Había desatado el principio de un conflicto mucho mayor.

"Vas a tener que detenerme si quieres que NexTech siga de pie." Axel levantó su dispositivo con una sonrisa desafiante.

El líder de El Orden no mostró ninguna emoción. Sin embargo, cuando Axel intentó hackear la red de seguridad de nuevo, algo extraño ocurrió. Su pantalla se apagó. La conexión estaba bloqueada.

"No tienes idea de a quién te estás enfrentando.", dijo el líder, antes de señalar a sus hombres. En un parpadeo, los agentes se acercaron y comenzaron a rodearlos, armados hasta los dientes.

Max se preparó para luchar, pero Axel lo detuvo con un gesto. No podían ganar una pelea directa.

"Hay otra salida.", dijo Axel en un susurro, mientras corría a un lado y forzaba una puerta lateral. La puerta se abrió con un sonido metálico, revelando un túnel oscuro que parecía una vieja red de drenaje abandonada.

Max lo miró, dudando un segundo. "¿Crees que esto nos llevará a alguna parte?"

"No tenemos opción. O entramos ahí o terminamos como los demás."

El líder de El Orden avanzó un paso. "No importa lo que hagas. La red de NexTech está conectada más allá de tus sueños. Nadie puede escapar de lo que has desatado."

Pero Axel ya no lo escuchaba. Corrió hacia el túnel, y Max lo siguió. La única salida que les quedaba era avanzar por esa oscuridad.

"No podemos retroceder.", Axel murmuró mientras avanzaban, sus pasos resonando en las tuberías oxidadas y las paredes mojadas. "Este es el único camino hacia la verdad."

Mientras se adentraban en la oscuridad, un sonido inquietante comenzó a llenar el aire. No era el sonido de la persecución, ni el de los agentes. Era algo diferente. Un susurro bajo, como si la propia ciudad estuviera reaccionando a lo que Axel había hecho. El virus que había liberado no solo había afectado a NexTech, sino que había tocado algo mucho más profundo en Metropolis.

"¿Escuchas eso?", preguntó Max, con una mirada desconcertada.

Axel no respondió. Había algo más grande en juego aquí, y lo sabía. Estaba metido en algo que no podía deshacer, un juego en el que cada movimiento contaba, pero cada paso que daban los acercaba más a un desenlace irreversible. Sin embargo, algo dentro de él le decía que esto era solo el comienzo.



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En el texto hay: thriller, hackers, ciberpunk

Editado: 24.01.2025

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