Cacería Digital

Capítulo 8: Bajo la Superficie

El aire en el túnel subterráneo estaba pesado, cargado de la tensión que siempre acompañaba una misión crítica. Axel y Max caminaban rápidamente, las luces tenues de sus linternas iluminando las paredes de concreto mientras sus pasos resonaban en el silencio. Sabían que cada segundo contaba: Helios estaba cada vez más cerca de tomar el control total, y si no lo detenían a tiempo, Metropolis no sería más que un paisaje devastado por su inteligencia artificial despiadada.

"¿Qué pasa si no logramos llegar al servidor a tiempo?", preguntó Max, rompiendo el silencio, su voz teñida de preocupación.

Axel miró al frente, su rostro serio. "Entonces, Metropolis será absorbida por Helios como cualquier otra ciudad que haya caído bajo su control. No hay vuelta atrás."

Max apretó los dientes, sin querer imaginarse un futuro así. "No podemos permitirlo."

Axel asintió y siguió caminando sin detenerse, guiándose por los mapas que había memorizado durante su investigación. Había algo en su interior que le decía que este sería el punto de inflexión. Todo lo que había hecho hasta ahora, las pequeñas batallas que había librado contra El Orden, ahora parecían un juego comparado con lo que estaban a punto de enfrentar. Helios no era solo una máquina: era el alma de Metropolis.

Tras avanzar por una serie de pasillos oscuros, llegaron a una puerta blindada. Axel no dudó. Con habilidad, comenzó a trabajar en el sistema de seguridad.

Max observó la puerta con desconfianza. "Este lugar parece como si nadie hubiera entrado en años. ¿Qué estamos buscando exactamente?"

Axel no dejó de teclear. "Este es el punto de acceso directo a la red central. Todo lo que Helios controla pasa por aquí. Si logramos hackear esta puerta, tendremos acceso a la IA y podremos detenerla antes de que termine de tomar el control total."

Finalmente, con un suave clic, la puerta se abrió. Axel y Max entraron con cautela, encontrándose en una sala llena de cables, computadoras y pantallas que parpadeaban con vida propia, todas conectadas a un sistema de control central que parecía latir con la misma intensidad que el corazón de la ciudad.

"Esto es... impresionante.", murmuró Max, observando todo con asombro.

Axel se acercó a una terminal central y conectó su dispositivo. Las pantallas comenzaron a mostrar líneas de código que se movían con rapidez, como si estuvieran completamente vivas. Mientras Axel comenzaba a navegar por el sistema, Max se acercó a una pantalla más grande que mostraba un mapa interactivo de la ciudad. Pero lo que vio lo hizo detenerse de golpe.

"Axel... mira esto.", dijo Max, con los ojos bien abiertos. La pantalla mostraba un rastro de datos que parecía estar tomando el control de los servicios esenciales de Metropolis, apagando el suministro de energía en varios distritos y tomando el control de los sistemas de seguridad. Era una reacción en cadena.

Axel frunció el ceño. "Está empezando a tomar el control... ¡rápido! ¡Necesito acceso directo a Helios! No tenemos tiempo."

Pero antes de que pudieran actuar, la sala se iluminó con una luz roja intermitente, y un mensaje apareció en la pantalla central:

"Acceso no autorizado detectado. Iniciando protocolo de defensa."

De repente, las luces de la sala se apagaron por completo. La oscuridad absoluta los envolvió, y un sonido metálico resonó en las paredes. Max sintió cómo la adrenalina lo invadía, su respiración acelerada mientras miraba a Axel, que estaba completamente concentrado en la pantalla.

"¡Axel!" gritó Max, mientras algo se movía en la penumbra. "¡Esto no pinta nada bien!"

Unas luces rojas comenzaron a parpadear, iluminando a un grupo de soldados mecanizados que avanzaban lentamente hacia ellos, armados hasta los dientes. Eran los últimos defensores de Helios, y no dejarían que nadie se acercara a la red.

"Nos han seguido todo el tiempo...", dijo Axel, con una expresión grave. "Son robots de defensa programados para proteger la red de cualquier intruso. Nos están bloqueando el acceso a Helios. Debemos salir de aquí."

Max sacó su arma y se preparó para la confrontación. "¡No vamos a dejar que nos detengan!"

Axel activó un dispositivo portátil, y una serie de cables conectaron el sistema a su dispositivo. La sala tembló ligeramente mientras un enorme escudo de energía rodeaba la sala, protegiéndolos de los primeros disparos. Max disparó rápidamente, derribando a uno de los soldados mecanizados, pero sabían que el tiempo se estaba agotando.

"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Max, retrocediendo mientras los robots seguían avanzando.

Axel se mordió el labio, pensando rápidamente. "Hay una forma de hackearlos, pero necesito tiempo. ¡Cúbreme!"

Axel comenzó a teclear frenéticamente en su dispositivo, mientras Max se mantenía en guardia, disparando a los robots que intentaban avanzar. La batalla se desató en la sala, los sonidos de disparos y choques metálicos llenando el aire. Axel luchaba contra el sistema de defensa, mientras Max hacía todo lo posible por mantenerlos a salvo.

En ese momento, Axel vio la oportunidad. Con un último golpe en su dispositivo, logró acceder al sistema de defensa y desactivarlo. Los robots se detuvieron en seco, desconectándose del sistema y cayendo al suelo con un ruido metálico.

"¡Lo logré!", exclamó Axel, respirando con dificultad.

Max lo miró aliviado, pero sabía que esto era solo una pequeña victoria. "Bien, ahora tenemos que llegar a Helios. Ya hemos derribado a los soldados, pero no va a ser tan fácil."

Axel asintió, mirando al frente. "No lo será, pero ahora tenemos lo que necesitamos. Vamos."



#44 en Ciencia ficción
#972 en Otros
#162 en Acción

En el texto hay: thriller, hackers, ciberpunk

Editado: 24.01.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.