Cachorros de la Noche

1- Sierra Perdida

La noche ahogaba un grito en las entrañas de aquella triste ciudad perdida entre las sierras de las montañas.

Era Sierra Perdida, como su mismo nombre la condenaba, y otro año más transcurría entre las tantas almas silentes que iban y venían en medio de las cerradas y sucias calles de una sociedad decadente.

Había ahí una criatura que nació para ser miserable, única en su especie, nadie sabía quién era o qué era, de dónde había salido ni para qué existía.

Así pasaba otro año más y ni el hambre, ni el abandono, ni el dolor, ni el castigo la habían asesinado.

Ni tampoco la maldad del ser humano.

Ella era una vergüenza, un ser no-existente, una prisionera de Sierra Perdida y un secreto que había que mantener oculto.

Y de eso precisamente se encargaba aquel grupo de científicos, pues la ciudad ya tenía los suficientes problemas como para enterarse de la existencia de ella.

Una seudo-humana, una imitación de mujer.

---*---*---*+++

Pánico ya había en la ciudad, por innumerables crímenes que ocurrían en las oscuras montañas que rodeaban amenazantes aquella comunidad de Sierra Perdida: montañas gigantescas y horriblemente negras.  Y se temía que una bestia desconocida estuviera acechando allá dentro.

Nadie necesitaba saber que había otra criatura parecida dentro de su misma comunidad.

Gabrielle se llamaba, y había sido una vez una pequeña niña rescatada de la calle por una buena mujer que vivía sola en una humilde casa de las afueras de Sierra Perdida, Doña Edith Concalves, quien había encontrado a la niña en un estado deplorable cuando apenas tenía un año de edad.

Nunca había visto una niña así, pensó Doña Edith aquella mañana cuando la encontró mientras caminaba sola por una calle desolada. Definitivamente no era humana, pero Doña Edith no podía definir por qué.

Piadosamente tomó a la niña, y se la llevó a su casa, porque algo tan desconocido no podía caer en manos de la gente. Doña Edith lo sabía, Doña Edith no podía permitir que otros la descubrieran, a la niña a quien le puso el nombre de Gabrielle.

---*---*---*---

La bondadosa mujer supo desde un comienzo que Gabrielle no sería bien recibida en la sociedad, y como la niña presentaba algunas heridas, sospechaba que alguna clase de maltrato había sufrido.

Tenía aparentemente un año de edad cuando la encontró, pero ya caminaba muy bien y podía hablar muy bien. Pero no decía casi nada y Doña Edith suponía que eso se debía a su juventud… pero no estaba muy convencida de eso.

Todo eso la hizo tomar la decisión de cuidar a Gabrielle como a una hija, y protegerla de la gente.

---*---*---*---

La niña era notoriamente más madura y más inteligente que un ser humano a esa edad, y cuando Doña Edith le preguntaba sobre su origen, de dónde venía, Gabrielle enseguida señalaba con su dedito hacia las enormes y oscuras montañas del este.

Muchos cazadores se aventuraban hacia allá, pero nunca regresaban. Desde entonces los pobladores de Sierra Perdida tenían miedo, y las montañas se hacían cada vez más oscuras y desconocidas. Y ahora una nueva bestia aterrorizaba a todos los supersticiosos pobladores, y se hacían campañas para salir a cazar y matar al “hombre lobo”

Doña Edith no hacía caso de eso, pero los rumores de hombres lobo se esparcían por cada rincón, esparcidos como pólvora.

Estaban todos dispuestos a matar a cualquiera que les resultara extraño o sospechoso.

Estaba claro de que nadie debía saber de Gabrielle.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.