~Narra René~
La situación se iba de mis manos. Regresé a la escuela después de dos semanas, le dije a la directora que estaba enfermo, ella lo creyó. Faltar a la escuela era fácil y más cuando era una escuela pequeña que no seguía las reglas, aproximadamente éramos 210 alumnos.
La primera vez que la vi fue cuando me percate que el asiento de a lado estaba ocupado. Era la clase de historia y para mí favor era mi clase preferida, por supuesto que también yo era el preferido de la clase.
-Muy bien chicos.-Dice la profesora.- El día de hoy haremos equipos, cada uno de ustedes tomarán un papelito y quién tenga el mismo color que ustedes será su equipo.
Todos acatamos los indicaciones, cada uno de nosotros tomo un pelito.
-Lo que harán es lo siguiente. - Prosiguió. - Harán una exposición en donde expresarán lo que más les gusta por medio de fotografías ¿Estamos de acuerdo? Alcen la mano.
-¿Podemos exponer de otra manera sin usar fotografías? -Pregunte.
-¿Que tiene que ver la fotografía con la historia?-Pregunto William.
-No habrá otra forma de exponer y William muy buena pregunta, pero eso lo sabrán hasta el día de la exposición o a menos que ustedes lo investigen.
-Ahora busquen sus parejas y pongámonos a trabajar.
Voltie en busca de ella pero ella ya no se encontraba en su lugar, la busque con la mirada y la encontré, estaba con William.
-¿Quién tendrá el mismo color que yo?- Ella pregunto.
-Soy yo.- Dije a sus espaldas.
Voltio y en ese momento la reconocí, supe que era la misma chica que había acompañado a Trevor el primer día que se acercó a mi.
-¿Eres tú?
-Si soy yo. - Alce mi papelito para que ella lo pudiera observar.
-El es René. René ella es Lauren - dijo William.
-Hola René.
-Bueno los dejo yo buscaré a mi pareja.
-Claro no hay problema - contesta Lauren.
-Y bien ¿Que te gusta?- Pregunté.
-A mí justamente me gusta la fotografía¿Y a ti?
Se dirigió a su butaca con paso lento mientras yo la seguía.
-La música.
-¿En serio? Pues a mí igual, digamos que si.
Ambos estábamos sentados en nuestros respectivos lugares. Ella tenía en manos una pequeña libreta de color café en donde anotaba las ideas que se nos ocurrieran. Después de diez minutos la clase terminó. Pero ella tuvo la gran idea de hacer el trabajo en una biblioteca. Tenía planeado dejárselo todo a ella, a mí no me importaban los trabajos de la escuela, si reprobaba podía comprar a los maestros. Al final decidí hacerlo, ella tenía algo que me hacía ser un poco responsable por así decirlo o más bien sentía un poco de pena.
A pesar de que todo era diferente entre ambos nos entendíamos muy bien, Lauren tenía algo, algo muy escondido en el fondo de ella. Y ese algo la hacía especial. Lastima que yo fui quien más la descubrió y fui el tarado que lo destruyó.