Detrás de tu alma se encuentran tus demonios,
Los odias, los detestas, les guardas rencor,
Encuentro en tu mirado unos hermosos diamantes,
De cientos y cientos de quilates.
Mirando tu piel, admirando esas marcas,
Esas pecas, esos lunares,
Rozando esas suaves y tersas constelaciones
Que se forman al unir cada trozo de tu ser.
Inseguro te sientes, mi mirada te atormenta,
Y a pesar de ser tan pequeña, temes a mi presencia.
Con cuchillo en mano, empuñando con fuerza,
Tratas de contener esa incertidumbre tan fresca.
Apuñalas tus demonios, los matas, los destruyes,
Te sientes libre y por primera vez no huyes,
Escondiendo tu miedo, admirando el techo,
Mirando más allá; de unos tablones viejos.
Sintiendo esa calma, con la presión ya baja,
Me miras y me hablas
¿Sabes qué me encantas?