Cada Verano Sin Ti

10: Cuatro amigas enamoradas.

 

— ¿Por qué no nos llamaste? —pregunta Lea mientras le da una mordida a su barra de chocolate.

Hoy a mediodía, todas las chicas vinieron a mi casa y ahora mismo estamos sentadas en el césped, por debajo de un árbol no tan alto pero lo suficiente para crear un poco de sombra.

Ester está bajo el sol, sobre una toalla con su bikini azul bronceándose y Michelle tiene la cabeza recostada sobre el hombro de Lea quien está recostada sobre el tronco del árbol.

Por la mañana me escribieron diciendo que nadáramos en la piscina de mi casa, no quería mojarme el cabello pues después tengo que salir con Ren así que acepté pero no me puse un traje de baño debajo de mi ropa como ellas.

Mamá y Víctor no están, mamá se fue a una sesión de fotos en el área de surf para una revista deportiva en línea y Víctor está ocupado en el gimnasio como siempre, creo que hoy grabará unos videos para su canal de videos, cuando sucede eso, llega un poco más tarde que los otros días.

Amo que mamá confíe en mí lo suficiente como para dejarme sola en casa, ella sabe que no haré nada que sobrepase sus límites a pesar que sus límites son bastante amplios. A ella no le importa si tomo un poco de alcohol, dudo que me regañe si aparezco con un tatuaje en el tobillo como el de ella, que es una mariposa de varios colores.

A pesar que con ella no me metería en problemas, con mi padre sí y resulta que es con él con quien vivo el resto del año, además la psicología inversa si funciona aparentemente. Al no prohibirme casi nada, no me dan ganas de rebelarme y hacer cosas contrarias a lo que es legal o correcto. No soy una mojigata, solo no me interesan ciertas cosas como fumar marihuana o beber hasta emborracharme.

—Un mensaje no era suficiente —me regaña Michelle.

—Les escribí —me defiendo.

Ellas aún siguen molestas por haberme marchado de la fiesta sin avisarles cómo se debía. Mis amigas son “alocadas” de cierta forma pero al final del día, son inteligentes y saben de los peligros que nosotras las mujeres tenemos que afrontar y más cuando vamos a fiestas donde cualquier persona puede hacernos daños.

Nos gusta cuidarnos entre todas, es por eso que nuestros padres prefieren que salgamos juntas. Saben que fuera de las personalidades de cada una, somos responsables y nos protegemos.

Ester sube un poco su cabeza para verme. —Marie, no importa que tan guapo es el chico, nunca debes irte a solas con él sin avisar.

Suspiro. —Ren no es un desconocido, es el hijo del señor Kethon, ya nos habíamos visto antes —les digo tratando de evitar darles muchos detalles.

Michelle suelta: —Pues yo también lo conozco y no me hubiera subido a su auto, no lo conoces realmente Marie.

Tomo una barra de chocolate de las que trajeron Lea y aunque está algo derretida, aun es comestible. —Ren no es un asesino, además pensé que se habían ido realmente.

—Estúpido Matthew —suelta Ester sin vernos—, tomó mi teléfono justo cuando le enviaste el mensaje, se lo había prestado para llamar a su mamá pero hizo su pequeña bromita.

— ¿Por qué hizo eso? —Les pregunto—, digo, realmente pude haberme ido sola o algo. No fue una buena broma.

Lea se reincorpora —Lo hizo porque es un tonto, si no fuera por Peter no nos juntaríamos con ellos.

Es cierto, hasta este verano que nos hemos acercado más con los chicos pero Peter no es de los que se meten en problemas con la ley o con los padres de nadie, es un chico bastante normal y relajado, sus amigos también parecen serlo.

—Tampoco son tan malos —defiende Michelle—, y Peter no es el más brillante que se diga.

Lea da un manotazo en el brazo de Michelle. —Ahora somos novios, respétalo.

Michelle bufa. —No son novios, ¿Te lo ha pedido ya?

Lea la mira molesta. —Michelle, solo estás celosa que yo si estoy saliendo con alguien.

— ¿Qué tiene de especial salir con alguien durante el verano? Cuando nos vayamos todo se acabará —Michelle responde.

Puedo ver que Lea está herida por sus palabras, incluso me hirió a mí. No quiero pensar en el final de algo que ni siquiera ha comenzado como tal con Ren.

Lea suspira. —Michelle, somos jóvenes y enamorarnos en el verano es algo que debería suceder.

Ella rueda los ojos. —Los amores de verano están sobrevalorados.

Ester suelta: —Basta rubia, pareces una mujer despechada, ¿Quién te hizo tanto daño?

—Como sea —Michelle se pone de pie, se quita el vestido quedándose con su traje de baño de una pieza color verde musgo y se lanza a la piscina salpicando un poco de agua, especialmente en Ester.

— ¿Cuál es su problema? —Lea reniega—, ha estado así desde anoche, ¿crees que la rechazaron? —me pregunta.

Niego. —No tengo idea, ¿Quién pudo rechazarla? ¿Matthew?

Ester levanta el rostro para asegurarse que Michelle no escuche. —Creo que le gusta alguien pero no quiere decirnos.

— ¿Por qué? —muevo los labios y las palabras son casi inaudibles.

Lea contesta por lo bajo: — ¿Creen que le guste Matthew? Ayer él estaba coqueteando con una chica.

Matthew no es alguien que Michelle consideraría para salir. Sé que Michelle prefiere los tipos intelectuales, los que no son uno más del montón, Matthew no es la persona más inteligente que se diga. Cada vez que estamos cerca de él, hace por lo menos un chiste de flatulencias y Michelle nunca se ha reído.

— ¿Raphael? —pregunto viendo a Ester. Ella y Raphael tienen algo de química, solo que no sé si a Ester le gustaría salir con él.

Ester no muestra desaprobación alguna, solo hace una mueca como si estuviera considerando esa opción. —Tal vez —susurra.

Lea se cubre la boca con las manos. — ¿Y si le gusta Peter?

Ester y yo la miramos con los ojos entrecerrados.

—Jamás —afirmo.

—Ni loca —agrega Ester.

Peter y ella se llevan bien pero no hay nada de conexión entre ellos, además, desde el primer día que vimos a Peter, Lea lo reclamó como suyo. Ninguna de nosotras lo debatió, Peter era solo para Lea y nadie más.




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