Cada Verano Sin Ti

17: Una pesadilla

Michelle no dejaba de hacer preguntas sobre John durante todo el camino hacia la fiesta de William.

Ella se había vestido con una falda negra y una blusa blanca especialmente para verse bien esta noche, con maquillaje hecho por Ester y una trenza de lado hecha por Lea.

— ¿Entonces no tiene novia? —me pregunta por octava vez.

Muerdo mi labio. —No tiene novia —respondo.

No es mentira, John no está saliendo con nadie ahora mismo.

Ester, quien conduce, le dice desde adelante. —Tranquila amiga, seguramente esta noche lo conquistarás.

Lea aplaude. —Esto es perfecto, ya quiero ir a una cita grupal —ella, quien va al frente al lado de Ester, le da un golpe en el hombro—, apresúrate a conquistar a Raphael, así todas tendremos nuestros romances de verano.

Michelle me mira. — ¿Tu con quien, Marie? —Pregunta y luego, sin esperar mi respuesta, sonríe—, ah, claro… el chico con el que te fuiste, ¿No?

Ester me mira por el retrovisor. — ¿Cómo lo conoces Marie? Él limpia piscinas, ¿No?

Sé que no lo dice de una mala forma, pero sonó así. Prejuiciosa. —Es el hijo de un amigo de mi mamá, lo conocí mientras trabajaba —respondo.

Lea voltea su rostro. —Oye, ¿Estará aquí esta noche? ¿Por qué no sale con todas nosotras?

No puedo explicarles nada. —No lo sé, creo que está ocupado.

Michelle se cruza de brazos. —Pero Marie, no nos has dicho si ya sucedió algo entre ustedes. Ósea, ¿Lo ves seguido?

Lamo mis labios antes de responder. —No realmente, bueno tampoco es como si lleváramos mucho tiempo de conocernos.

Lea se encoje de hombros. —No es necesario conocerse por mucho tiempo para que la magia suceda —afirma—, mira que hasta este verano Peter y yo hemos tenido conversaciones reales y me siento de maravilla.

Ester asiente sin quitarle la mirada al frente. —Estoy de acuerdo, no es necesario saber todo de alguien para enamorarte de él.

—Como yo —suelta Michelle sonriendo—, literalmente estoy enamorándome de John y no le he hablado casi nada.

Suspiro. — ¿Pero creen que eso está bien? Digo, al final… no sé, puede que si las cosas salen mal terminemos con el corazón roto.

Lea me voltea a ver. —Marie, creo que es inevitable que todo esto termine después del verano —me da una sonrisa de lado—, no creo que lo mío con Peter sea para siempre. Solo quiero vivir mi vida en el presente, sin pensar en el futuro.

Ester agrega: —Ninguna de nosotras se casará con las personas que salgamos a esta edad, es solo… nuestro momento de enamorarnos y volver a enamorarnos, si lo ves de esa forma no te pueden romper el corazón.

Michelle coloca su mano sobre mi brazo. —Además, el próximo año tendremos otro tipo de experiencias en la vida. Es mejor disfrutar el ahora, y no aferrarnos tanto a la idea de un felices para siempre.

Bajo la mirada. La verdad no me gusta pensar que todo tiene que ser temporal, digo, algo tiene que durar más que solo un momento. Yo no creo al cien por ciento en los cuentos de hadas pero no me molestaría que lo mío con Ren durara más que unas semanas.

En realidad, me gustaría mucho que eso sucediera.

— ¿Crees que Raphael me invite a salir hoy? —le pregunta Ester a Lea—, ósea, sé que le gusto.

Lea asiente. —Solo invítalo a tu casa o algo.

Michelle se hace hacia adelante. —Yo invitaré a salir a John hoy.

Mis ojos se abren. Recuerdo que John me dijo que él no fingiría estar interesado en Michelle, eso puede significar que tal vez la rechace si ella lo invita a salir esta noche. La miro y su rostro está lleno de emoción y alegría, no sé qué hacer. Si trato de detenerla tendré que explicarle lo que me dijo y sé que si lo hago, las cosas se pondrán tensas entre nosotras. Si no lo hago, puede que Michelle sea lastimada y se entristezca.

—Llegamos —canta Ester haciendo un pequeño baile en su asiento.

La música está a todo lo que se puede, la vibración del sonido se refleja incluso en las ventanas de los autos. Como es de esperar, el lugar está lleno de adolescentes ruidosos y con grandes sonrisas. Algunas personas están fumando, otras besándose pero todos se ven entusiasmados de este momento.

Recuerdo que papá me confesó un día como él solía ir a fiestas bastante seguido, en ese momento se me hizo una idea descabellada. ¿Papá? ¿Ese hombre serio en una fiesta? Él me contó que así conoció a mamá, quien como siempre, era el alma de la fiesta. Papá detalló que antes él era más relajado y poco responsable, que todo eso cambió cuando tuvo una hija.

Yo.

 Fui planeada pues mis padres se casaron y luego tuvieron a su hija, a mí, pero seguro que pensaban que iba a ser más fácil. Recuerdo que mamá me confesó en algún momento que ella dejó de sentirse bien al año de casada, que se sentía prisionera de algo que no había pensado con detenimiento. Ella dice que lo único bueno de ese matrimonio, fui yo. Que jamás me cambiaría y que siempre me escogería tenerme en su vida pero me pregunto si en el fondo, ¿se arrepintió en algún momento?

La vida de mis padres lucia como este lugar antes, como todos estos adolescentes despreocupados y atrevidos.

¿Les fue difícil abandonar esa vida por mí?

—Vamos —Lea nos empuja sonriendo, seguramente no puede esperar para ver a Peter de nuevo.

Yo no estoy tan emocionada como ella pero me recuerdo que me prometí a mí misma disfrutar cada momento de este verano. Ojala Ren no tuviera problemas con John, él podría salir con todos nosotros ahora. Entiendo la parte sobre no llevarse bien con Ren, estoy hablando de John, lo entiendo pero ¿Por qué sus amigos también parecen estar molestos con él?

Además no olvido lo que me contó Ren sobre los insultos hacia el señor Kethon por parte de Matthew y su familia.

La música podría escucharse hasta la casa de mi padre con este volumen. Mis amigas dicen algo pero no puedo escucharlas, solo nos tomamos de las manos y caminamos entre la gente hasta llegar al fondo para encontrarnos con los chicos.




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