Cada Verano Sin Ti

18: John

 

Necesito calmarme pero no puedo. John me sostiene entre sus brazos y me deja llorar contra su pecho, susurrándome que está bien, que no se irá. Cierro mis ojos con fuerza esforzándome para no desmoronarme hacia el suelo.

—Mary, tranquila, dime que paso —pide con una voz calmada.

Limpio mi cara con mis manos y me despego de él un poco pero John sostiene mis brazos con sus manos. —John… no sé, mira… yo… —vuelvo a sollozar y John acaricia mi cabello para calmarme—, salí del baño y Carl estaba ahí, Carl es ese tipo que acabo de conocer. Traté de irme pero me empujó contra la pared y en ese momento yo… no sé, tuve un tipo de recuerdo o algo, sentí que ya me había hecho eso antes pero… no ahora, me vi de alguna forma más pequeña y ahora tengo miedo, ¿Significa que me…?

Ni siquiera puedo decirlo.

John abre sus ojos y se queda quieto unos segundos, toma aire y asiente. —Tranquila Marie, escúchame —se inclina un poco para que nuestros rostros queden a la misma altura—, ahora mismo estas a salvo, ahora mismo nadie te está haciendo daño.

Asiento tragando saliva fuertemente.

—Vámonos de aquí, vamos con tu mamá y…

Lo interrumpo. —No, John, no —le pido—, mamá sufriría mucho. Ella no tiene que saberlo ahora, puede que haya sido un sueño o algo así, va a sufrir, no necesita saberlo. Déjame arreglarlo.

John niega. —Marie, esto es algo serio. Hablo en serio, no puedes meterlo bajo la cama como si no hubiera sucedido nada. Quizás es un recuerdo bloqueado por algún trauma.

Muerdo mi labio mientras siento como todo mi cuerpo tiembla. —Pero por favor, John. No puedo hacerlo ahora, dame tiempo, por favor.

John suspira y luego me abraza. —Tranquila, hagámoslo a tu manera —se separa y limpia mis lágrimas con sus manos—, pero hablo en serio, vámonos de aquí. Iré a dejarte a tu casa, no necesitas una tonta fiesta ahora, descansa y toma agua, has llorado mucho.

Veo hacia el cielo oscuro, lleno de pequeños puntos brillantes. Desde aquí, se puede ver el mar y el reflejo de la luna entre su agua intranquila. John se quita su sudadera y la coloca sobre mis hombros, toma mi cabello y lo acomoda sobre ella. Él se coloca a mi lado y toma mi mano, sé que no lo hace a manera de coqueteo, lo hace para reconfortarme.

Y está funcionando.

—Estaré a tu lado todo el tiempo que lo necesites. —susurra.

Muevo los ojos y lo veo de reojo, él tiene la mirada hacia la luna y la poca luz que hay dibuja sus rasgos de una manera muy artística, como si la misma naturaleza lo hubiera retratado.

—Gracias por estar conmigo, John —agradezco regresando mi mirada a la luna.

John se acerca a mí. —Te protegeré, Marie. Lo haré.

Sus palabras me hacen sonreír pero también me provocan ganas de llorar de nuevo. Mis ojos se llenan de lágrimas y lo único que quiero ahora, es salir de aquí. Necesito silencio, necesito paz.

Pero no necesito estar sola, en realidad, quiero el silencio al lado de John.

—John —hablo lento, sintiendo aun una extraña presión en el pecho—, vámonos de aquí.

John me mira y asiente sin dudarlo, él toma mi mano y regresamos al pasillo que ahora está vacío. Me guía a través de las personas, la música, el ruido, los gritos y de todo lo que esté en nuestro camino. Atravesamos la puerta y salimos al exterior, aun sostenidos de la mano. John me guía hasta su auto, uno que ya conozco bien y me abre la puerta para que entre.

El entra del lado del piloto pero antes, toma su teléfono y hace algo en él. Lo deja y me dice que ya le avisó a Peter que nos estamos yendo, que él les dirá a mis amigas.

Ahora caigo en cuenta de lo que está sucediendo, para ellas me estoy escapando de la fiesta con John, el interés romántico de Michelle. No sé qué expresión tenía que John enciende el motor pero antes de movernos, estira su mano y estrecha la mía.

—No te preocupes por tus amigas y lo que puedan pensar, luego les explicas si lo quieres hacer. Ahora solo importas tu —me da una sonrisa y comienza a conducir.

No tengo idea a donde nos dirigimos pero no me importa, entre menos escucho la música, más ligera me siento. John conduce lento, con los vidrios hacia abajo y sin música, permitiéndonos que los sonidos externos sean los que nos acompañen esta noche.

Él detiene el auto cerca de la playa, apaga el motor y me hace una seña para que bajemos. Asiento y antes de salir del auto, tomo una larga respiración. Él me abre la puerta y me ayuda a salir dándome la mano, salgo y cierra la puerta con cuidado.

—Vamos a caminar —me dice.

Un contraste ilógico de la playa es como por el día siempre hace mucho calor pero por las noches, el viento es frio y el agua te puede congelar, no literalmente. Veo que John se frota los brazos y comienzo a quitarme su sudadera pero él vuelve a colocarla sobre mí.

—Estoy bien —sonríe.

Las sonrisas de John comienzan a tranquilizarme, me hacen sentir bien, no sé porque. Él sugiere que nos sentemos en la arena y lo hacemos, no me importa que mi pantalón se ensucie y al parecer, a John tampoco le importa.

Acerco mis piernas dobladas contra mi pecho y abrazo mis rodillas. John acaricia mi espalda y escuchamos el mar como si fuera una vieja canción conocida, las olas sacudiéndose y observando el hermoso efecto de la luna reflejada sobre el agua, creando una atmosfera demasiado hermosa como para ser real.

— ¿Crees que si pasó? —Le pregunto—, ¿Alguien me hizo algo?

John ahora acaricia mi cabello. —No lo sé, Marie. Quisiera darte una respuesta pero, lo mejor será hablar con tus padres y podrías ir con un médico o algo, honestamente no sé qué decirte.

Asiento. —Lo comprendo, digo, yo tampoco sé que hacer.

John se mueve más cerca de mí. —Solo no te lo guardes, no tengas miedo de hablar. Esto no debería avergonzarte, si algo pasó lo mejor es buscar como sanar.

Mi estómago me duele. —John, ¿Por qué ahora? No entiendo, no sé qué pasó pero… tenía tanto miedo y no por Carl, por… no sé cómo explicar lo que pasó, me vi en otro lugar y con alguien más, una persona de manos grandes y…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.