Cada Verano Sin Ti

24: Destino

 

— ¿Cuál es tu libro favorito? —me pregunta Sam viendo todos mis libros.

Él y yo hemos pasado cada instante posible juntos. Ya solo quedan dos semanas más de verano pero me alegra que mi vida se haya redirigido y pude encontrar un nuevo amigo. Uno que ama las matemáticas, que le tiene miedo a los muñecos Furby y que odia comer chocolate con menta.

Mamá desaprueba eso último.

Me acerco a mi librera y tomo uno de pasta dura. —Este —se lo entrego.

Levanta la ceja leyendo el título. — ¿Verano a tu lado? ¿De qué es?

Me siento en la cama. —En realidad es el tercer libro de una serie, es sobre una historia de amor —le digo—, se trata de Rosaline, quien ha conocido a Blake y a Chris desde siempre son sus vecinos de la casa que tiene en la playa con su familia. Cada verano ella los ve, aunque al principio solo eran amigos de sus hermanos, con el tiempo los chicos le prestan atención a ella. Es un triángulo amoroso pero a Rosaline le ha gustado Chris desde siempre.

Sam lo abre y se fija en las partes que están subrayadas. — ¿Y con quien se queda?

—Chris —respondo—, escoge a su primer amor. Amé tanto ese libro que lo he leído unas cuarenta veces.

Sam sonríe de lado. — ¿Por qué te gusta este en específico? —me pregunta sentándose a mi lado.

—Porque se me hace la historia más linda del mundo, eso de estar enamorada de alguien toda tu vida y luego te casas con ella —sonrío—, además siempre que extraño Pearl, abro esos libros y me siento como en la playa de nuevo.

Sam me lo entrega. — ¿Te gusta mucho el romance, no?

Me encojo de hombros. —Veras, no hay nada de romance en mi vida real así que tengo que obtenerlo de algún modo, los libros siempre son la mejor opción.

Sam asiente sonriendo y señala mis libros. — ¿Qué otro te gusta?

Yo me levanto emocionada de su pregunta, me muevo a través de mis libros y mientras hablo, los voy sacando. —Me encantó este, es de romance y misterio —tomo otro—, y este es de amor escolar.

Sam analiza las portadas. —Tienes tantos libros de romance y yo que solo he leído orgullo y prejuicio.

Niego y me siento a su lado. —No soy fanática de los clásicos. Los respeto pero me duermo con ellos.

Sam suelta una carcajada. —Que opuestos somos en esto —se le queda viendo a los libros—, pero es aceptable que seas así. No eres menos inteligente por no leer clásicos, eres una persona con gustos y ya. Yo no leo ciencia ficción y no tiene nada de malo.

—Yo tampoco —le comento.

Sam levanta el libro de Jenny Han. — ¿Me lo prestas? Quiero leer sobre Blake y… ¿Cómo era?

Ruedo los ojos. —Blake y Chris, pero tienes que leer primero los otros dos para comprender los sentimientos de Rosaline —lo señalo—, además ya sabes el final.

Niega. —Igual quiero leerlo, no te preocupes, lo cuidaré como si fuera mío.

Sonrío. —No importa, tengo como cuatro ediciones de ese.

Abre los ojos sorprendido. — ¿Has comprado el mismo cuatro veces?

Asiento orgullosa. —Sí, te dije que me encanta —se lo acerco—, así que cuídalo mucho. Ignora mis notas y las canciones que he escrito en los márgenes, ese lo compre para poder hacer eso, añadir mis pensamientos mientras leía el libro.

Asiente tomándolo en sus manos. —Claro, no te preocupes. Leeré el libro y te contaré que tal me pareció.

Mamá toca a la puerta, que dejamos abierta pues al final somos dos chicos en una habitación aun si mamá no lo pidió pero es algo que haría en casa de mi padre, aunque ahora que lo pienso, nunca he llevado a nadie a esa casa.

— ¿Listos, chicos? —mamá pregunta sonriendo.

Vamos a ir a comer a casa de los padres de Sam. Mamá se arregló un poco más formal pues me dijo que Sam parece más adulto que ella. Víctor también nos acompañará en esta tarde de sábado. Nosotros asentimos, Sam toma el libro que le presté y salimos de mi habitación.

Vamos hasta el auto de mamá y nos sentamos en la parte de atrás, con Víctor y mamá al frente. Víctor va conduciendo y mamá le hace mil preguntas a Sam mientras nos dirigimos a su casa.

La mayoría son detalles de su vida, sobre que estudiará, que le gusta hacer, como nos conocimos y que le pareció el pollo al limón que preparó ayer para nosotros.

Aun si mamá aún me pregunta por las chicas, aun si me ha preguntado varias veces que pasó con Ren y aun si me ha cuestionado sobre mi alejamiento de John, ella está feliz que sea amiga de Sam y Víctor también.

Víctor habló con mamá en algún momento, le explico que las personas con las que solía juntarme habían lastimado mis sentimientos y que lo mejor que podían hacer es dejarme estar alejada de ellos. Mamá, siendo una persona social, no estaba de acuerdo pero ya no me ha presionado últimamente a arreglar las cosas con los demás.

Sé que el señor Kethon sigue llegando a casa con Ren pero los lunes estoy en la oficina y no me topo con ellos en todo el día. No he visto a ninguna de las chicas pues raramente paso por donde ellas viven y definitivamente no he puesto un pie en ninguna fiesta en lo que va del verano. A John lo vi una vez de lejos, al llegar al gimnasio pero él no me vio, lo que fue una suerte.

Las llamadas de mis antiguas amigas fueron menguando. Los primeros días fueron hasta veinte por persona pero en estos últimos días, ninguna ha llamado. Creo que es lo mejor, alejarme de ellas y ellas de mí. De todas formas esta amistad iba a acabar después de este verano y no tiene punto con tratar de alargarla.

Ren le ha preguntado por mí a mi mamá pero ahora que mamá esta de mi vida, ella solo le responde que estoy bien y que estoy trabajando. Víctor me dijo que John llegó la semana pasada al gimnasio pero que él le dijo que yo no estaba, que había salido. Eso no era cierto, normalmente paso todo el día ahí con Sam y regresamos juntos  con Víctor, pero lo hizo pues él sabe que no quiero contactarme con nadie.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.