Cada Verano Sin Ti

36: Después

ALGUNOS AÑOS DESPUES

— ¿Qué opinas de este? —le pregunto a mamá en la tienda, ella no puede decidirse por ninguno.

Lo estudia un momento y niega. —Muy anticuado, algo como este.

—Mejo este —la señora Michaels me dice mostrándome uno con encaje y detalles plateados.

—Me gusta más el del maniquí, te quedaría perfecto —Juliette afirma sonriendo.

Sacudo la mano. —Estoy abrumada, hay tantas opciones —suspiro—, creo que me casaré con pantalón y saco.

Juliette hace un gesto de aprobación, mamá niega y la señora Michaels sonríe. —lo que te haga feliz pero… —mamá se acerca a mí—, es el día de tu boda, tienes que lucir como toda una princesa.

—Pensé que considerabas las bodas sobrevaloradas —le recordé.

Ella niega. —La mía fue sobrevalorada, pero la tuya será perfecta.

Así es, estoy a tan solo tres meses de casarme con Sam. Él y yo seguimos juntos y el invierno pasado me pidió matrimonio. Sucedió durante la cena anual de navidad, esa que celebramos con la familia Michaels desde que los conocimos, él se paró y me pidió que me casará con él.

Por supuesto que acepté.

Ahora que mis hermanos son unos adolescentes de dieciséis y diecisiete años, me miraron con cara de “que cursi” pero luego me abrazaron y sé que estaban muy felices por mí y por Sam, quien ellos le tienen mucho cariño.

Mamá y yo nos llevamos mejor que nunca y ahora ella, Juliette y la señora Michaels son muy cercanas. Un año después de hablar con ella, se mudó de Pearl junto con Víctor, quien abrió un gimnasio en la ciudad vecina de Porthsware, ahora puedo verla mucho más seguido.

Papá y mamá yo no tienen esa relación tensa de siempre, incluso un día, volvía ver Forrest Gump con ellos dos a mi lado, solo que esta vez, con mi familia extendida también. Es como si cada cosa calló en su lugar, aun si tomó mucho tiempo.

Volví a ver a Ren un día, su hermano mayor es amigo de Lenny y coincidentemente nos topamos en un centro comercial. Él estaba con su hermano visitando a Lenny y haciendo algunos asuntos, yo estaba con Sam. No nos saludamos pero nos reconocimos y una sonrisa bastó para saber que ese breve encuentro fue agradable para ambos.

De los demás, todos han seguido vidas tranquilas y normales. Noemí e Isaac están estudiando, sus abuelos los han visitado un par de veces por aquí y yo he podido verlos de nuevo.

Regresamos a casa y papá está viendo algo en el televisor junto con Sam y mis hermanos.

— ¿Cómo les fue? —pregunta papá.

Me dejo caer al lado de Sam. —Nada bueno, no me gusta nada.

Seth rueda los ojos. —Solo escoge uno, hermana. Todos son iguales.

—Todos son iguales —le hago burla—. Eso es tan falso, algún día lo sabrás cuando tu novia se case contigo.

Sus mejillas se enrojecen. —Seth, ¿tienes novia? —pregunta Juliette.

Sí tiene, es una chica de su escuela. —No… no… yo no…

Mitchel suelta una carcajada. —Mamá ya no somos bebes, obviamente tus muchachos van a tener chicas, somos guapos.

Mamá se ríe. —Pues no puedes negar eso, Juliette —los defiende—. Son chicos que roban corazones.

Yo hago una mueca. —No les mientas.

Seth me tira un cojín. —Eres tan irritante, Sam aun estas a tiempo de huir.

Papá lo mira enojado. —No digas eso, Sam podría realmente salir corriendo de aquí.

— ¡Oye! —Me quejo y tomo la mano de Sam—. Pues mal por él, no se va a deshacer de mí tan fácilmente.

Sam ríe. —Tu tampoco bonita.

Mitchel finge estar vomitando. —No puedo creer que he soportado estas escenas cursis por años, ya váyanse a otro país.

La señora Michaels se acerca y se sienta a nuestro lado. —Pero todos tenemos que admitir que se ven lindos juntos.

Seth suelta una risa burlona. —Con la cara de Marie nadie se puede ver bien.

Me pongo de pie para asustarlo y él se levanta para esconderse detrás de Juliette. Ruedo los ojos y tomo a Sam de la mano para que se levante y me siga, salimos de ahí y subimos a mi habitación, la cual está casi vacía ahora que tengo mi pequeño apartamento.

Sam y yo nos sentamos al borde de la cama y lo abrazo. —Estoy emocionada, ya quiero casarme contigo.

Él sonríe. —Yo también, he querido casarme contigo desde que te conocí.

Suelto una risa. — ¿Ah, sí? —Me dejo caer de espaldas sobre la cama y cierro los ojos—. Estaba pensando en algo.

Siento el cuerpo de Sam a mi lado, acostándose como yo y tomando mi mano. — ¿Qué pensabas?

—En cómo se dieron las cosas —le digo—, ¿recuerdas ese verano? —Abro mis ojos y lo veo volteando el rostro—. Recuerdo que me peleé con las chicas con las que me juntaba y pasó todo eso con aquellos chicos, Ren y John. Si eso no hubiera sucedido, yo jamás me hubiera encerrado en la oficina de Víctor —le digo.

Sam asiente. —Es cierto y si Lenny no se hubiera lastimado, no hubiera tomado su lugar en la oficina.

Suspiro. —Y si a mí no me hubiera gustado esa serie que veíamos, no hubiéramos pasado tiempo juntos —parpadeo—. Pero si te pones a pensar, puede ir más para atrás.

— ¿Más para atrás? —pregunta.

—Si Víctor no hubiera conocido a mamá yo no hubiera ido a ese lugar porque no conocería a Víctor —le digo—. O, si papá y mamá no se hubieran divorciado, mamá no hubiera estado con Víctor. Si mis padres no se hubieran conocido, yo no estaría aquí.

Sam se queda en silencio unos segundos y luego sonríe. —Si no hubieras nacido en esta vida, te hubiera encontrado en la siguiente.

Sonrío igualmente. — ¿Crees en otras vidas?

Hace una mueca. —No lo sé, pero creo que examinando las nuestras, sé que estábamos destinados a estar juntos. Es algo hecho por el cielo, sin duda.

Me acerco a su rostro. —Creo que igualmente nos hubiéramos conocido, al final terminamos eligiendo la misma universidad. Te hubieras topado conmigo y te hubieras enamorado de mí en un instante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.