Cadenas

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DEXTER ACEVEDO

Sevilla, España

Arreglo las mangas de mi traje inconscientemente, termino de bajar los escalones del jet acercándome a mis hermanas, las gemelas señalan cada edificio que tienen a su vista como si jamás salieran de casa.

- ¿Hermano cuándo vamos conoceremos a tu prometida? –preguntaron ambas al unísono

-Pronto.

Tenía un ligero dolor de cabeza, había problemas en la empresa que debía estar solucionando, pero mi padre insistió tanto con el tema de mi matrimonio que acepte la idea de venir a conocer a mi futura esposa.

Sabía que venía de una familia de la alta sociedad, también que tenía su propio estudio de artes en la ciudad y que varias de sus obras permanecían en museos de renombre, de lo que no tenía la mínima idea era como se veía o cual era su actitud.

Confiaba en el juicio de mi madre, sabiendo que había tomado al pie de la letra mis condiciones para buscar esposa; el recuerdo del día que entro a mi oficina con la noticia aún sigue claro en mi mente.

Leía unos papeles importantes sobre un nuevo contrato, el sonido de la puerta provoco que alzara la mirada para encontrarme con la elegante mujer de cabello oscuro.

-Madre, ¿Qué te trae por aquí?

-Ya eh encontrado a la cándida perfecta –dijo

Sus palabras no alteraron ningún nervio en mí, aun así, alejo un poco los papeles para ponerle atención.

-Su apellido es tan prestigioso como el nuestro y siguiendo tus indicaciones, es una mujer bella y dulce, se desempeña en las artes teniendo una academia conocida y uno que otros de sus proyectos son exhibidos en museos.

- ¿Habladurías?

-Los círculos sociales hablan maravillas de la chica, aparecer tiene un don para ganarse a las personas.

Nada mal.

-Es diez años menor que tú, se llama Braelyn Toledo.

Unos años de mas no hacen ninguna diferencia.

-Con tal de que sea una buena esposa, no tengo problema.

-Créeme hijo, jamás te arrepentirás –hablo mi madre

Creí en sus palabras, dándole el aval para que iniciara el debido proceso.

Estuve tan ocupado estas semanas que no me dispuse a investigar de más, si quiera se me paso por la mente su físico, por eso esperaba sorprenderme cuando la viera, confirmando las palabras de mi madre.

-Se van a quedar ahí o que –hablo mi padre sosteniendo la puerta de la camioneta

Las gemelas se empujaron entre ellas para ver quien subía primero, les seguí el paso con tranquilidad tomando el asiento de copiloto, por el retrovisor vi como mi madre les ordenaba a las niñas apuntarse los cinturones de seguridad y luego de que mi padre rodeara el auto tomo asiento frente al volante.

El camino al restaurante donde se había concretado la reunión no era muy lejos, en quince minutas ya estábamos siguiendo al mesero para que nos guiara a nuestra mesa. Mi madre le indico que esperábamos a unas personas, el mesero tan solo asintió y se alejó, miraba mi teléfono leyendo el informe que recién me habían enviado sin prestar atención a la conversación.

-Dexter –escuche

-Mhhh.

-Podrías dejar el teléfono un minuto –regaño mi madre

Guarde el aparato en uno de mis bolsillos bajo la atenta mirada de Mónica, mi padre picoteaba sus dedos sobre el mantel impaciente, apenas faltaban tres minutos para la hora programada y si algo molestaba a Matteo era la impuntualidad.

-Lizette, Araceli, compórtense –ordeno mi madre

Las niñas dejaron de molestar dedicándole una mirada de disculpa a Mónica, Matteo miraba una y otra vez la entrada, estuve a punto de preguntarle a mi madre si no se había equivocado, pero cuando se paró con una sonrisa supe que la familia Toledo había llegado.

Mi padre miro de reojo la hora en su reloj, sonriendo satisfecho; habían llegado justamente cuando las manecillas marcaban las dos de la tarde.

-Es un gusto volverlo a ver señor Toledo –hablo mi madre

Decidí que era momento de pararme, le estaba dando la espalda a los recién llegados, mis hermanas se levantaron poniéndose a la par de Mónica, cuando gire para darle cara a los demás, lo primero que percibieron mis ojos fue una jovencilla hermosa.

De cabello largo ondulado color café oscuro, unos ojos grises acompañados de unas largas y abundantes pestañas, tenía un leve sonrojo en sus mejillas y sus labios rojizos se curvaban formando una linda sonrisa.

Ella reparo en mí y note que un brillo cruzo sus pupilas.

-Les presento a mi hijo; Dexter Acevedo –hablo mi madre

Reaccione entonces, extendiendo mi mano con cordialidad.

-Es un placer –salude

El señor Toledo apretó mi mano, luego le siguió la mujer.

Por el rabillo del ojo vi como la jovencilla daba un paso adelante.

-Mi hija, Braelyn Toledo –presento la mujer de cabello claro

Me permití detallarla de arriba hacia abajo, tenía un cuerpo curvilíneo, portaba un vestido de dos piezas rosado resaltando su figura y mostrando su delicada piel.

Estire mi mano en su dirección, ella con total cortesía elevo su mano y la dejo caer en mi palma, deje un delicado beso en sus nudillos sin dejar de ver su rostro.

-Pasemos a la mesa –señalo Mónica

Cada uno tomo asiento en su lugar, mi prometida se sentó delante mio sin perder detalle de mi presencia.

-Me imagino que usted debe ser el hijo mayor –afirmo Matteo

-Ah sí es, Mael Toledo y mi esposa Xiomara Navarro –hablo

Observe por un breve momento a la pareja.

- ¿Navarro? –se interesa Matteo –Acaso su padre es…

-El ministro Víctor Navarro –responde la rubia

La conversación empieza a fluir entre ambas familias, la joven demuestra calma respondiendo a cada una de las preguntas que le hace Matteo, también hace reír un par de veces a las gemelas y logra compartir una que otra opinión con mi madre.



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Editado: 15.05.2024

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