Cadenas de Cristal

Capítulo 2

Capítulo 2

El pitido incesante en mis oídos no me permitía distinguir los movimientos que sucedían a mi alrededor y mi mente no hacía el más mínimo esfuerzo por salir de ese desesperante trance. Podía distinguir a la lejanía los sonidos de la ambulancia, el pisar rápido de las personas y los murmullos que estos emitían, pero ninguna palabra que pudiera captar.

Veía naranja a mi alrededor y sentía el crepitar del fuego, provocando que mi cerebro me enviara tiempo atrás. 

La sonrisa y el abrazo de mi padre en la mañana para celebrar mi cumpleaños

Y luego, esa fuerza que me aventaba contra la acera donde me encontraba tirada.

No pude moverme, ni hacer algo para evitarlo.

De repente, sentía como alguien me tomaba en brazos y gritaba mi nombre 《Summer》como un susurro. Quise emitir sonido alguno para pedir por mi padre, pero lo único que podía hacer era abrir la boca como si buscara aire desesperadamente. Sentía la impotencia por la inmovilidad de mi cuerpo y los recuerdos de mi padre seguían azotando mi mente.

Él ya no está aquí.

Él se fue.

Los pensamientos de culpa y la repetición de los hechos, me taladraban la cabeza y cada vez me perdía en ellos. Sentía las lágrimas brotar de mis ojos y el aire cada vez me faltaba más. A medida que la inconsciencia me arrastraba, pude sentir los pasos apresurados del sujeto que me cargaba y como último suspiro, solté《Papá》

Abrí los ojos con suma lentitud, mientras sentía el brillo de los focos quemar mi visión. La decoración mínima de las baldosas blancas y las paredes verdes de la habitación me aseguraba que me encontraba en un hospital, y los pitidos del electrocardiograma junto con la mascarilla de oxígeno me sacaban en cara la realidad de las cosas. 

No eran sueños, eran recuerdos.

El llanto alertó a las enfermeras que llegaron corriendo para revisarme y quitarme esa molestosa mascarilla. Luego de revisar mis signos vitales, mis pulmones y el brazo enyesado, dejaron pasar a mi familia. 

Mi hermano estaba un desastre. Tenía la camisa arrugada y desabotonada la parte superior, y su cabello parecía un nido que no paraba de remover como tic nervioso. Sin embargo, sus ojos rojos y las lágrimas que soltaba, fueron la única señal para que llorara con mayor intensidad y lo abrazara.

- Aidan, dime que esto no es real, por favor - sentía como me apretaba más a su cuerpo, como si me fuera a escurrir en cuestión de segundos - Dime que él está en otra habitación.

- Lo siento Mer, pero él se fue

Con esas palabras sentí que mi mundo se había roto. Mi rey, mi héroe se había ido y no me quedaba ningún progenitor en quien buscar refugio. Mi madre nos había dejado cuando tenía unos 7 años, se fue sin decir adiós y desapareció de nuestras vidas.

-Vamos a superarlo juntos hermanita - levantó mi mentón - no te voy a dejar sola. 

- ¿Me lo prometes? - Estiré mi dedo meñique, esperando que él hiciera lo mismo y pactar nuestro trato como cuando éramos pequeños.

-  Te lo prometo - estrechando su meñique con el mío.

Pero no lo cumplió

Desde ese día, mi hermano no volvió a visitarme en los días que estuve internada. Ni se apareció en el funeral de mi padre, lo que creó un vacío más grande en mi corazón. Mi nana, Dotty, me había mencionado que, desde aquel día, no había regresado a la casa y según sus escoltas, se había quedado en la empresa trabajando todos los días. Sentía preocupación porque su forma de manejar el dolor fuera por medio del trabajo, pero mi parte egoísta estaba molesta por haberme dejado y no cumplir su promesa

La ceremonia de entierro fue rápida, pero hiriente. Se había realizado en el mausoleo familiar Lodge que se encontraba en un cementerio a las afueras de Glasgow. Habían asistido los amigos de mi padre, algunos trabajadores de la empresa y mi tío Marcus con su familia. Los pésames y los “lo siento mucho”, “no estás sola” o “pobre muchacha” no faltaron en la ceremonia, dándome jaqueca. ¿Es que acaso no se pueden quedar en silencio? No aguantaba esta presión de pena sobre mí. Quería vivir mi luto de forma silenciosa y con la gente que quería: mi hermano, Dotty y mis amigos. Pero, ni el primero ni los últimos se habían presentado.

Los eventos del accidente seguían atacando mi cabeza, una vez estuve en mi casa. Los médicos lo atribuían al fuerte impacto de los eventos porque todo ocurrió de forma inesperada. El grado de shock post funeral no me dejaba concentrarme en nada. Ni las visitas que me realizó mi tío ni las veces que Dotty me daba de comer me sacaban de esa ensoñación. Estuve casi un mes en ese estado, cuando un día decidí dar al botón de reinicio para seguir con mi vida. 

Ese día me levanté de mi cama por si sola y me dirigí a darme una ducha. 《Es momento de seguir adelante 》pensé. Luego de cambiarme a un atuendo decente de color negro, me dirigí a la sala de mi casa. 

No grata fue mi sorpresa, al encontrarme con la familia de mi tío sentados viendo televisión con Dotty que no paraba de caminar de un lado para otro haciendo caso a los pedidos o más bien exigencias de Emilia, la esposa de Marcus. 

- Pero miren quien apareció - dijo Marcus, haciendo que todos se enfocaran en mí.

Mis primos, Dorian y Valery, me miraban de arriba a abajo registrando mi atuendo y dando una mirada despectiva. Malditos creídos. Solo por el hecho de que vivieran en Londres, ya se creían la gran cosa. Lo único bueno de esa parte de mi familia era mi tío Marcus que era una versión más joven de mi padre: amable, inteligente y cariñoso. Nada comparado con la actitud de su esposa. Emilia destilaba elegancia, pero mucha soberbia y al parecer sus hijos habían heredado ello.

- Querida, que gusto verte reparada - Exclamó Emilia con una sonrisa falsa mientras se levantaba a darme un beso en la mejilla que ni me importó responder.



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En el texto hay: secretos, sexo amor, busqueda del asesino

Editado: 23.09.2021

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