El día había pasado de manera atareada para la servidumbre de la casa, la noche estaba entrando, solo quedaba hacer la cena, limpiar todo y ya podrían ir a dormir cómodamente.
La gran mesa fue acomodada con la más lujosa vajilla, copas de vidrio y adornos florales, tanto el dueño de casa como las invitadas tomaron asiento y a los pocos minutos las 4 mujeres entraron con la comida. Emma y Emily se quedaron en la habitación, llenando, cuando era necesario, las copas de las personas o viendo por sus necesidad.
Mary, Victor y Killari estaban en la cocina, comiendo algo de las sobras que había quedado, el ambiente era tranquilo y relajado, la rubia y castaña entraban de tanto en tanto para buscar algo que se les hubiese pedido.
Entraron por última vez avisando que ya podían comenzar a limpiar, sería el último esfuerzo e irían a descansar. En orden, lograron limpiar todo y por último se aseguraron de ayudar a las mujeres a cambiarse de ropa. Teniendo Killari por parte de la pelirroja la advertencia de que mañana no la dejaría escapar.
Ya en el cuarto, Killari y Víctor, se turnaron para cambiarse, al estar preparados hicieron lo mismo de todas las noches, contar su botín, monedas de oro y diversos objetos eran los que estaban en la bolsa, según sus cálculos eso podría ayudarlos a vivir al menos un año, claro que sin hacer grandes gastos.
Escondieron la bolsa y cada uno se recostó en su cama.
—Killari ¿Estás segura de esto? —El joven miraba el techo mohoso.
—Completamente, mañana a esta misma hora seremos libres.
—Extrañaré a la señora Mary y a las señoritas Emily y Emma.
—Yo también las voy a extrañar…Ahora duerme, necesitarás energía para mañana.
La mañana había llegado y la misma rutina volvía a repetirse, limpiaron la casa y a las 8 am fueron a levantar a las invitadas, las ayudaron a cambiarse y peinarse, luego fueron a preparar el desayuno, el pobre de Víctor era el encargado de limpiar todo el terreno exterior, y dado que Jacob no estaba de buen humor el dia de hoy tuvo que hacerlo solo.
El día avanzó entre plumeros y polvo, el sol alumbraba y llenaba de calidez todo el lugar, por lo que a las princesas les pareció una buena idea salir a dar un paseo en caballo, así que Víctor preparó a los animales.
Killari y el rubio serían los encargados de ayudar a las jóvenes a subir a los animales. Víctor ya estaba llevando a los caballos hacia afuera, mientras que la morena guiaba a las mujeres, Camille caminaba casi a su par, como si estuviesen compitiendo en quien iba a la cabeza, Catherine iba algo apartada de sus hermanas leyendo un libro mientras caminaba, en varias ocasiones sus hermanas tuvieron que tomarla del brazo para que no se desviase del camino, Eliza iba de última en la fila, camina lento y miraba hacia el piso, siendo regañada en varias ocasiones por Camille, debido a su mala postura, Rebecca estaba detrás de Killari y hablaba sin parar, la morena solo asentía con una sonrisa cuando escuchaba algo parecido a un cuestionamiento.
—Oye pero ¿Como te llamas? ¿De donde eres? ¿Como llegaste? Sabes hace algun tiempo conoci a alguien parecida a ti pero eran las tierras cercanas y…—El parloteo empezó de nuevo, sinceramente, la oji-café había perdido el hilo de la conversación hace mucho tiempo.
—Ya llegamos, altezas. —Sonrió forzosamente y giró para hablar con el único joven presente. —Rebecca me agrada pero habla mucho. —Le dijo en su idioma de origen, el chico solo evitó soltar una pequeña risa que quiso salir de sus labios. —Hagamos que suban rapido. —Se giró para ver a las chicas y estas los miraban entre confundidas e interesadas.
—Tu idioma…es increible ¿Como se habla? ¿Tienen letras? ¿Que dijiste? —La pelirroja empezó a hablar de nuevo, muy interesada en este nuevo tema de conversación.
—Alteza, el barón las está esperando para dar el paseo, le prometo que cuando vuelva responderemos sus dudas. —Víctor habló junto con una encantadora sonrisa, la chica asintió.
Killari se aseguro de ayudar a Camille y Catherine a subir a sus caballos, la primera susurrando algunos reclamos por lo bajo, Rebecca dijo que no necesitaba ayuda, ya que podía subir sola sin problemas, por lo que Víctor se encargó de ayudar a la menor de las hermanas a montar en su caballo, a lo que la princesa se notaba un poco más nerviosa de lo usual al hablar.
Al estar ya todas subidas emprendieron el camino para encontrarse con el barón, los dos sirvientes se quedaron parados viendo como se iban, al ya no divisarse es cuando pudieron respirar en paz nuevamente.
—Oye, creo que a la pequeña princesa le gustas. —Killari levantó las cejas de manera sugerente dando algunos golpecitos en el hombro del chico. —Mi pequeño se está convirtiendo en un joven apuesto.
—¿Qué? Claro que no. —Un color rosado se había posado en sus mejillas y miraba hacia otro lado nervioso. —Es linda pero no me gusta. —Susurro lo último.
Al verlo algo decaído al decir la última frase la morena solo sonrió y dijo. —Bueno, mejor para mi, si nadie te gusta jamás te irás de mi lado. —Tomó entre sus dedos el collar que el rubio le había regalado hace algún tiempo. Se levantó y extendió su mano para ayudar a Víctor.
—Tenemos que ir a ayudar a las chicas, además hay que preparar todo para nuestra huida. —Al empezar a caminar noto algo en el chico. —Víctor ¿Estás más alto? —Antes el oji verde apenas y si llegaba a la mitad del brazo de Killari, ahora estaba cerca de llegarle a la barbilla. —Creces rápido, además necesitas un corte de pelo, está muy largo. —Tomó entre sus dedos la cola de caballo del chico la cual llegaba hasta por debajo de sus hombros.
—Tu padre e Illari lo tenían largo también ¿Porque yo no puedo? —Se quejaba mientras la miraba molesto.
—Eso es porque estábamos en nuestro hogar, aquí he visto que solo las mujeres llevan el cabello largo, la gran parte de los hombres lo tienen corto, no quiero que te vean con otros ojos por como te ves, lo entiendes ¿Verdad? Ellos son demasiados y nosotros solo dos, no podemos ir contra este mundo. —Acaricio su cabeza. —Pero aquí entre nos, te ves muy guapo así.