Cadenas de oro

Capitulo 9

La cena había pasado, las mujeres habían terminado de limpiar todo y ya habían ayudado a las invitadas a acomodarse para dormir, ahora estaban todas en la parte trasera de la casa, la mayoría de ellas estaban sentada en una manta tirada sobre el pasto, comiendo algunos trozos de fruta que habían preparado con anterioridad, en una silla estaba Víctor y detrás de él, de pie, Emily, quien le estaba cortando el cabello.

El ambiente era de lo más tranquilo y relajado, una suave charla transcurría entre todos, al final, cuando Emily terminó su trabajo, se sentó junto a las demás chicas.

—Hace mucho que no teníamos un momento para nosotros. —Opino Emma mientras se dejaba caer al piso y miraba claramente las estrellas en el firmamento.

Las demás la imitaron incluso Víctor se acostó sobre el césped y miraba hacia el cielo nocturno.

—Desearía que este momento fuese eterno. —Murmuró el rubio.

—Será eterno si lo quieres. —Mary habló calmada. —En tu mente y en tu corazón.

La conversacion siguio fluidamente, hasta que ya se hizo tarde, debían dormir ya o despertaron muy cansados por la mañana, cada persona se fue a su habitación pero antes de entrar, Victor abrazo a cada mujer, cuando le preguntaron el por qué lo hizo solo dijo “Recordé que jamás lo había hecho”.

Rubio y pelinegra estaban acostados en sus campanas, se habían cambiado de ropa por una de civil, había una bolsa de tela donde tenían sus pertenencias, las cuales, eran prácticamente nada, y otra bolsa donde estaba todo lo que habían robado. El plan era fácil, Víctor iría a la cocina a buscar la bolsa con comida que había quedado escondida detrás de un mueble, mientras que Killari sacaría todas las bolsas a la parte trasera de la casa, donde el joven la alcanzaría.

Ya había pasado cerca de una hora por lo que decidieron ponerse en marcha, el chico se fue de la habitación tratando de no hacer ruido, caminaba despacio y cuidadoso, al llegar a la cocina empezó a buscar la bolsa que había escondido pero no la encontraba por ningun lado, el enojo empezaba a hacerse presente, la oscuridad no ayudaba mucho tampoco.

De repente una luz lo alumbró por la espalda, giró rápidamente y frente a él se encontraba Mary, su cabello platinado estaba suelto, el camisón blanco ondeaba con la suave brisa que entraba a la casa por una ventana, en su mano derecha llevaba el porta velas de mano y en la izquierda tenía la bolsa con comida que Víctor había estado buscando.

El oji.verde permanece estático en su lugar, no sabia que hacer, no podía simplemente salir de la habitación como si no hubiese pasado nada,y ni siquiera cruzó por su mente la idea de hacer algo contra Mary, ella caminó unos pasos y se acercó hasta el chico, le entregó el porta vela y desató la bolsa.

—Van a necesitar más comida, esto no será suficiente. —Empezó a guardar toda la comida que estuviese a su alcance, desde pan hasta frutas. —Deben irse rápido, vayan por el norte, está lejos pero por esa dirección hay un pequeño pueblo se llama “Ville Fleurie” busquen a Alexandre Lefebvre, es un viejo amigo mío. —Se dio vuelta para poner la bolsa en sus manos. —No se detengan, sigan caminando hasta que estén muy lejos. —Puso una mano sobre su mejilla. —El Barón no los dejará tranquilos tan fácilmente, sean precavidos, no llamen la atención, los quiero mucho.

—¿Cómo sabías que…?

—Lo sospeche, las chicas también les desean un buen viaje.

—¡Gracias! —La abrazó con fuerza y luego caminó lentamente hacia la salida trasera de la casa.

Allí ya estaba Killari esperándolo, miraba hacia todos lados nerviosa, no podían estar seguros de que Jacob no estuviese despierto dando una vuelta por algun lugar, nunca se podía estar seguros cuando se hablaba de ese hombre y los guardias estaban haciendo el cambio de guardia, no tenían mucho tiempo. Cuando lo vio salir se acercó a él.

—¿Qué te tomó tanto tiempo? Debemos irnos. —Tomó su mano vacía y empezó a caminar.

—La señora Mary, estaba en la cocina.

—¿Qué? —Paro en seco para mirarlo asustada y luego ver la puerta tras de ellos.

—Ella nos deseó un buen viaje y nos dio más comida. —Mostró la bolsa en sus manos.

—Sigamos, no debemos parar.

Empezaron a correr hacia el bosque que estaba detrás de la casa, si iban por el camino principal podría ser peligroso, irían por este lugar y luego se acercaron un poco al camino para no perderse.

—La señora Mary habló de un lugar hacia el norte se llama Ville Fleurie, debemos buscar a su amigo Alexander Lefebvre.

—Bien, haremos eso, pero primero debemos alejarnos de aquí.

Corrieron un buen trecho, hasta que sus piernas no lo soportaron, ahora estaban caminando, ya habían pasado unas 5 horas al menos desde que habían escapado, debían seguir, no estaban lo suficientemente lejos aún, pronto amanecería y sería peligroso para ellos.

Pero estaban tan cansados por lo que decidieron tomarse un descanso de 10 minutos, estaban en medio de la oscuridad del bosque, sacaron de la bolsa una cantimplora con agua y un pedazo de pan para cada uno, apenas habían tenido tiempo para analizar esta situación, Killari miro a Victor con una gran sonrisa en sus labios y el rubio soltó algunas lágrimas.

—¡Somos libres! —Killari grito de emoción.

—¡Al fin, libres! —Vìctor le siguió el juego.

Entre risas y gritos se podía ver la vida renacer en los ojos de ambos jóvenes, hace mucho no sentía esa felicidad, hasta cierto punto habían creído haber olvidado lo que era este sentimiento, pero estaban ahí, de nuevo, con ellos y no podían estar más agradecidos.

Aunque algo interrumpió toda esa felicidad, el ruido de unos pasos acercándose a ellos, destruyó toda la atmósfera, un cuchillo fue sacado de manera rápida por ambos jóvenes, no importaba que o quien sea, si atacaba primero ellos harían lo mismo.

De entre los árboles y arbustos aparecieron las figuras de dos hombres, ambos jóvenes, se notaban adinerados, su ropaje lo decía, es por que tanto Vìctor como Killari no lograban entender porque estaban allí, caminando en medio de la tierra, en lugar de estar en un carruaje.




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