Cadenas de oro

Capitulo 15

La mañana estaba llegando, el sol estaba apenas saliendo, ellos se levantaban muy temprano, para aprovechar todo el tiempo que podían de la luz.

La morena despertó al escuchar algunos susurros, abrió lentamente los ojos, gracias a que la luz le incomodaba, se sorprendió al sentir un peso sobre su cintura, cuando abrió los ojos por completo se giró para encontrar, en primer lugar a Erek y Víctor, viéndola desde afuera de la carpa, el de ojos bicolor parecía incrédulo ante lo que veía mientras que el ojiverde se notaba fastidiado, y en segundo lugar vio el cuerpo del rey a su lado, este tenía el pelo completamente desordenado, dejaba salir unos leves ronquidos y tenía la boca un poco abierta, a Killari le pareció algo tierno, lo que no le parecía tierno, o tal vez si, era que Jasón tenía su brazo abrazando su cintura, atrayéndola hacia él, con algo de esfuerzo logró soltarse, y salió despacio sin querer hacer ruido para no despertarlo.

Ya fuera, sabía que le esperaba un interrogatorio por parte de los dos chicos. Se alejaron del campamento y entonces empezaron a hablar.

—Killari ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué hacía ese tipo en tu carpa? ¿Te hizo daño?—Víctor sacó primero las preguntas.

—No seas idiota Víctor, Killari puede defenderse bien sola—Erek regaño al otro chico pero miro a la morena de nuevo—No te hizo nada ¿verdad?

—Claro que no me hizo nada, es solo que dos renacuajos lo dejaron durmiendo afuera y pues no lo sé, me dio lastima y lo invite a dormir en mi carpa—Las últimas palabras las dijo con duda, ni ella misma sabía porque había hecho aquello—Como sea, él ya lo sabe.

— ¿Él ya lo sabe?—El rubio parecía sorprendido— ¿Cómo lo sabe?

—Simplemente lo sabe, no sé cómo lo sabe.

— ¿Qué es lo que él sabe?—El pelinegro ya estaba confundido—Podrían explicármelo.

—Jasón ya sabe que somos los fugitivos que busca el Barón Brown—Erek ya sabía toda su historia, como habían llegado a este reino, y todo lo que pasaron para poder escapar.

—Debemos matarlo—Bromeo el rubio, pero lo dijo con tanta seriedad que la morena se lo tomó en serio.

— ¡¿Estás loco?! No podemos matar al Rey—Killari le golpeó el brazo sin mucha fuerza—Mejor dicho, no debemos matar a nadie.

— ¿Rey? ¡¿Es él rey?! ¿Por qué no me lo dijeron? Dios. Y yo hablé mal de él, enfrente de él, me van a cortar la cabeza.

La charla dejó de ser eso, solo se podían oír palabras en el aire, todas mezcladas sin ningún sentido, hasta que escucharon unos ruidos detrás de ellos, el oji azul estaba saliendo de la tienda, lucía algo dormido pero aun así los saludo, los tres dieron un saludo en coro.

—Por ahora solo debemos seguir con nuestro día normal, ¿Si?—La morena se fue sin decir nada más.

—Como si eso fuese tan fácil—El pelinegro fue detrás de ella y el rubio fue unos segundos después.

Las cosas estaban un poco incómodas, sobre todo con Erek hacia Jasón, ayer no paraba de hablar con él y ahora lo evitaba a como diera lugar, sin duda era un cambio que el pelirrojo notó, busco a la morena con la mirada pero no la encontró, solo vio al rubio, así que se acercó a él para preguntarle sobre lo que pasaba.

—Es que se siente avergonzado—El rubio le habló sin mucha emoción—Después de todo, no todos los días hablas mal del rey estando en su presencia.

Se retiró después de decir aquello, no es que odiara al hombre pero no podía estar cien por ciento seguro, de que no los denuncie, o el mismo los lleve, ante el Barón, prefería no arriesgarse.

Jasón entendió, ya no era necesario mantener esa fachada de pueblerino, aunque no cambiaba mucho el hecho de que haya estado fingiendo ser un ciudadano normal, siempre fue sincero con su personalidad, busco con la mirada y se encontró con el de ojos bicolor, se acercó al chico, mientras caminaba cojeaba de la pierna que tenía herida. El chico al verlo acercarse se puso nervioso, estaba por irse pero el pelirrojo trastabilló un poco casi cayendo, Erek se acercó para ayudarlo a caminar correctamente.

—Debería tener más cuidado, Majestad—Hablo con propiedad.

—Prefería cuando me llamabas Señor Jasón—El chico lo miró confundido.

—Yo en verdad siento lo que dije anoche, no le estaba echando la culpa a usted—Trataba de excusarse, tropezaba con las palabras que quería decir.

—No tienes porque disculparte, después de todo, tienes razón.

— ¿Qué?

—El reino ha estado pasado por muchos problemas, no puedo decir que no sea culpa de mi familia, porque lo es, he asumido el trono hace poco y quiero intentar…, no, voy a lograr llevar estas tierras a sus antiguos días de gloria.

—Me alegra escuchar eso Majestad—El chico volvió a su postura normal, dejó ver una leve sonrisa.

Por otro lado Killari se dirigía al pueblo, le mencionó a Víctor que iría a dejar unos encargos de medicinas de fertilidad y algunos afrodisíacos que algunas mujeres habían encargado, ellas habían pedido que exclusivamente la pelinegra vaya a dejar los pedidos, ya que les era incómodo recibirlo de dos niños. Killari aprovecharía de comprar algunas cosas ya que estaría en el pueblo.

Luego de dejar los encargues y obtener su dinero se dirigió a hacer algunas compras, estaba mirando algunos vestidos que estaban en una vitrina, era de colores vivaces y con algunos detalles hermosos, ella apenas tenía 3 vestidos de colores neutros, uno blanco, otro gris y el de color café que estaba usando en ese momento.

En verdad esperaba poder hacer todo el dinero que pudiera, también a Víctor le estaba haciendo falta ropa nueva, la que tenía ya le estaba quedando pequeña, y la ropa del rubio la heredaba el pelinegro.

En verdad deseaba poder comprar todas esas cosas para sus amigos y para ella, algún día, tenía ese pensamiento en mente, estaba por irse cuando escuchó sin querer la conversación que tenían un grupo de 5 mujeres, se detuvo para acercarse, lo que más temía estaba pasando.

—Lo digo en serio, ese sujeto daba miedo—La más grande en el grupo miraba a las demás—Ese hombre con cicatriz estaba de camino hacia aquí.




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