Cadenas Del Alma

Prisionero De Cristal II

La historia de Gabriel y Anthony, marcada por sacrificios y un amor eterno, tomó un giro inesperado. Después de la desaparición de Gabriel y la ruptura de la maldición, Anthony había vivido con el recuerdo de su amado, llevando su legado y el espíritu de su sacrificio en su corazón.

Un año después del sacrificio de Gabriel, Anthony continuaba su vida en el antiguo castillo, transformado ahora en un refugio para aquellos que buscaban ayuda. Una tarde, mientras cuidaba del jardín, sintió una presencia familiar.

Al levantar la vista, vio a un hombre joven de pie a la entrada del castillo. Era Gabriel, pero había algo diferente en él. Ya no tenía el aura oscura de un vampiro; ahora era un humano, con ojos llenos de vida y curiosidad, pero también de confusión.

Anthony se quedó paralizado por un instante, incapaz de creer lo que veían sus ojos. Lentamente, se acercó a Gabriel, su corazón latiendo con fuerza.

-Gabriel... -susurró Anthony, temiendo que fuera solo un sueño.

El joven lo miró con una expresión de desconcierto.

-Perdona, ¿nos conocemos? -preguntó Gabriel, su voz suave pero sin rastro de reconocimiento.

Anthony sintió una mezcla de alegría y tristeza. Su amado había vuelto, pero no recordaba nada. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, supo que no iba a rendirse. Tomó las manos de Gabriel entre las suyas, sintiendo la calidez de su piel humana.

-Soy Anthony -dijo, mirándolo a los ojos - Hay mucho que necesitas recordar. Pero antes de nada, déjame mostrarte quién eres realmente.

Gabriel asintió, sintiendo una extraña sensación de familiaridad y paz en la presencia de Anthony. Durante los días siguientes, Anthony le contó a Gabriel su historia. Le habló de la mansión, de la jaula de cristal, del sacrificio y del amor que los había unido. Le mostró lugares significativos y le relató anécdotas de su tiempo juntos.

Aunque Gabriel no recordaba nada al principio, cada palabra, cada gesto y cada momento compartido con Anthony despertaba en él una sensación de pertenencia y cariño. Los fragmentos de recuerdos comenzaron a aflorar lentamente, como piezas de un rompecabezas que encajaban poco a poco.

Una noche, mientras caminaban juntos bajo las estrellas, Gabriel se detuvo y miró a Anthony con ojos llenos de emoción.

-Anthony, he estado soñando con esto -dijo Gabriel - No recuerdo todo con claridad, pero sé que lo que dices es verdad. Siento tu amor y sacrificio en lo más profundo de mi ser.

Anthony sonrió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.

-No importa cuánto tiempo tome, Gabriel. Te ayudaré a recordar todo. Nuestro amor es más fuerte que cualquier maldición, más fuerte que cualquier olvido.

Gabriel, emocionado, abrazó a Anthony con fuerza. Aquel momento selló su conexión renovada, una promesa de amor eterno que trascendía el tiempo y las adversidades.

Con el paso del tiempo, los recuerdos de Gabriel fueron regresando, guiados por el amor inquebrantable de Anthony. Juntos, redescubrieron su amor y construyeron una nueva vida, libre de las sombras del pasado. Gabriel, ahora humano, vivía cada día con una gratitud profunda, sabiendo que el sacrificio que hizo no solo liberó a Anthony, sino que también le otorgó una segunda oportunidad de vivir y amar plenamente.

Así, en un rincón apartado del mundo, ocultos entre densos bosques y montañas impenetrables, Gabriel y Anthony encontraron su felicidad. Su amor, probado por la adversidad y el tiempo, floreció con una fuerza renovada, demostrando que ni siquiera las fuerzas más oscuras podían destruir la verdadera esencia del amor eterno.

FIN
 




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