Finalmente era el turno del anciano.
¡Veamos su opinión!
“Ja Ja Ja, la verdad es que me dejan muy contento con sus exposiciones, todas son increíbles y con reparos reales.
Y yo ahora, un hombre de 70 años ya convertido en erudito, daré mi visión también sobre el tema.
Una persona que nace genio o se descubre que lo es a una edad temprana; él no es un erudito.
Una persona que sea inteligente, con muchas experiencias y conocimientos; eso no lo convierte en un erudito.
Un anciano tiene experiencias y conocimientos, eso tampoco lo convierte en sabio.
Entonces mientras los escuchaba tomé una decisión. ¡No vamos a aceptar la ayuda para ninguna generación!
Y la razón es: que eso nos haría desviarnos del camino.
Porque al oír cada uno de sus argumentos, reflexioné y surgieron unos pensamientos.
Un niño: tiene tiempo suficiente para aprender, pero poco se sabe y se desconocen las situaciones y obstáculos que este presentará en la vida.
Una persona en la flor de la juventud (Joven Adolescente); ya tiene los conocimientos adecuados y aún le queda tiempo, o así debería ser, pero; sólo vive de la emoción y va hacia donde miran sus ojos, siendo su mayor obstáculo las emociones y sentimientos encontrados por causa de la actuación por medio del desarrollo corporal y mental.
Un adulto: posee bases más sólidas, profundas, y también le sobra tiempo, pero, el tiempo que le queda no está dirigido hacia donde debería estar, ya que responsabilidades y preocupaciones llenan su vida.
Y un anciano: tiene conocimientos, experiencias, unas bases sólidas y sabe que hacer en cada situación o circunstancia, además de que las perturbaciones de la vida no le agobian ya que conoce las prioridades y no da vehemencia a trivialidades; pero no le sobra tiempo y energías.
Entonces señores, si pueden observar verán las ataduras que cada uno de nosotros representa, las cualidades que tenemos y que necesitamos.
Niño: tiene tiempo, pero ningún conocimiento.
Adolescente: tiene tiempo, un conocimiento en desarrollo, pero sufre desviaciones.
Adulto: tiempo, cimientos, conocimiento aún en desarrollo, pero frustraciones que también lo retrasan y desvían del objetivo.
Anciano: base, conocimiento concurrente en desarrollo y desarrollado, sin desviaciones, sin frustraciones; pero sin tiempo.
Por tanto, siendo así que todos tenemos algo que el otro no tiene, y que nos falta algo que el otro tiene, y que eso nos convierte totalmente en individuos aún transformables; decidí no aceptar la ayuda".
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Editado: 12.01.2024