Tardaron aproximadamente media hora en aparecer. El decano iba acalorado con prisa, se había desajustado un poco la corbata y la camisa se le salía del pantalón. Detrás de él iba su secretario y más personas que desde mi sitio no podía ver. Al momento de entrar se quedó parado en la puerta, impidiendo el paso de los demás. Parecía que no me esperaba.
- Hola, soy Ada Miller. En la reunión habló conmigo una profesora, me dijo que viniera aquí al acabar- al escuchar mi nombre le cambió la cara y se puso pálido y serio. Otro que había leído la lista. La verdad es que dudaba que quedara alguien en la universidad que no la hubiera leído.
- ¡Oh, sí! ¡Pasa, pasa!- mientras abría su despacho pude ver a toda la gente que venía con él.
Su secretario se separó del grupo y se puso a trabajar, dando espacio a las tres personas de detrás. La primera era una mujer de cabello oscuro, de complexión delgada, alta. Iba vestida con un traje negro y en su mano llevaba una carpeta negra y una bolsa.
A su lado se encontraban dos hombres totalmente opuestos entre sí. Uno era bajito, de sonrisa afable y vestido con jersey y pantalones de vestir que me sonreía desde que había entrado. Parecía que quería que me sintiera cómoda. Mientras el otro era alto y llevaba cara de pocos amigos. Iba vestido para trabajar, un traje impecable, impoluto que parecía hecho a medida. Debía de tener prisa porque en todo el tiempo que había tardado en entrar al despacho ya había mirado su reloj tres veces. Fui la última en pasar.
El despacho seguía la misma línea que la salita anterior. Era minimalista, estaba ocupado por una estantería con libros, la mesa y diferentes sillas para poder sentarse. El único añadido que había era una mesa extra que permitía trabajar a más de dos personas.
Una vez dentro me quedé parada en medio del despacho mientras todos los demás se sentaban en la mesa grande y abrían las carpetas. Dentro de una de ellas pude ver una copia de la lista que habían mandado antes pero no tenia sentido. Estaban llamando a la gente para que dieran información a la policía, no tenía nada que ver con la lista, eso es lo que me había dicho la profesora. Tenía que ser verdad. A lo mejor querían enseñármela por si reconocía algo. Sí, eso era. Mi cabeza no registraba todavía lo que pasaba.
-Ada, queríamos hablar contigo. Nos hubiera gustado que te enteraras de otra forma pero hace poco la Agencia se puso en contacto con nosotros preguntando por nuestros alumnos- el decano no me miraba a la cara, estaba jugando con las manos, nervioso.- En especial, preguntó por ti. Si podíamos ponerles en contacto contigo.
De repente me dí cuenta que no me había presentado a las otras personas. Me quedé mirando a los tres, de uno en uno. Mientras que la mujer y el hombre sonriente me miraban, el otro estaba metido de lleno en el ordenador y la carpeta. Daba la sensación que dos de ellos intentaban caerme bien, solo la sonrisa de él me parecía auténtica mientras que al tercero de la mesa ni le importaba. La verdad, prefería eso último a lo de los otros dos. Por lo menos iba de frente.
-Estos son la señora Taylor y el señor Kent y Ruiz- me dijo señalandolos. Así que así se llamaban, Taylor y Ruiz miraban sus carpetas mientras que Kent me miraba sonriente, seguía intentando calmarme. Por lo menos una había desistido, solo conseguían lo contrario, ponerme más nerviosa. - Son empleados de la Agencia, los...
En ese momento sonó la puerta, cortando a mitad sus palabras.
-Perdona acaba de llamar la policía. Necesitan hablar contigo. - El secretario interrumpió a su jefe. Al ver como el decano se giraba a mirarme y parecía dudar durante unos momentos añadió.- Es urgente
-Gracias Fran ahora voy- con que Fran, ese era su nombre.- Esto... ¿por dónde iba? Ah sí.
Ante eso el chico que había presentado como Ruiz se puso a toser, quería reírse pero la mirada que le dirigieron los otros dos le paró en seco. No levantaba la cabeza de la carpeta pero estaba atento a todo lo que se decía en la mesa.
-La Agencia los ha enviado a ellos para hablar contigo. Siento no poder quedarme pero si necesitas algo puedes llamarme, avisa a Fran y se pondrá en contacto conmigo.- Mientras decía todo esto Taylor y Kent me miraban, intentando ver mi reacción a las palabras del decano. No consiguieron mucho pues enseguida volvieron a mirarlo a él.- Ten en cuenta que puedes pensar todo lo que te van a decir y proponer, no tienes porque aceptar de primeras- me dijo mirándome a los ojos. Era la primera vez que se permitía hacerlo desde que había entrado, aunque duró poco. No tardó en volver a despedirse mientras recogía y se dirigía a la puerta.
En el momento salió nos quedamos los cuatro allí solos, parados hasta que Taylor se puso delante y empezó a hablar.
-Encantada de conocerte Ada. Como te ha dicho el decano antes soy Rina Taylor y ellos son Vicente Ruiz y Oscar Kent. Puedes llamarnos por nuestros nombres, olvídate de los apellidos
- A mí no- de golpe, había interrumpido Vicente que seguía leyendo su carpeta. Me daba la sensación de que estaba pegado a ella.
Eso hizo que Rina pusiera los ojos en blanco y negara con la cabeza con cansancio. Era evidente que no era la primera vez que eso pasaba.
- No le hagas caso, es así con todo el mundo - añadió Vicente, había acertado.
- Bueno, siento mucho esto pero necesitamos decirte algunas cosas y tenemos poco tiempo. Llevamos unas semanas intentando encontrarte, los registros se habían liado un poco y no conseguimos dar contigo, estamos mirando el porqué. Cuando supimos que venías aquí intentamos pedir una reunión pero la universidad nos dió problemas con la protección de datos,- entendible, no quería que mis datos corrieran por el mundo pero él lo contaba como si fuese extraño- no fue hasta hace una semana que resolvimos el inconveniente, pero mientras eso pasaba ocurrieron varios problemas un poco relevantes.