Caer
Solo sabía caer.
Lo último que recordaba era estar en mi casa, cenando con mis padres y Adrián. La cena había acabado tranquila y me había ido a la cama. Estaba cansadísima y no tardé nada en dormirme.
Ahora solo sentía como caía.
El viento me traía el pelo en la cara, la gravedad me llevaba hacia abajo y mi estómago estaba cada vez más revuelto.
No podía ver nada, todo estaba oscuro pero podía sentir el calor, era como si todo mi cuerpo hubiera estado al sol durante horas, desprendía mucha calor.
Intenté mirar hacia abajo, solo había oscuridad. No podía ver el final.
La caída era eterna, tanto que sin darme cuenta cerré los ojos y no los volví a abrir.