Cadere

Casualidades

- No, si solo me estaba..

- Quería...

Los dos empezamos a hablar a la vez hasta que Alice levantó la mano y me señaló. 

- Había encontrado unas cosas en los papeles y quería preguntarle pero casi me caigo. Me ha sujetado.

- Ajá. - Alice me miró con una sonrisa pero decidió dejarlo pasar. De momento, no tenía dudas en que me esperaba una conversación con ella. - Entonces decidme, ¿qué habéis encontrado?

Nos turnamos los dos para contarle lo que habíamos encontrado hasta que llegamos a donde nos habíamos quedado antes del... incidente, podríamos llamarlo así.

- Entonces, ¿Casualidad o hay algo más detrás? Yo voto por seguir mirando eso. 

Habíamos llegado ya a mi pregunta de antes. Los dos se me quedaron mirando, pensando. 

- ¿Cuántos has dicho que desaparecieron? - Diego tenía cara de concentrado.

- Cuatro de los diez primeros viajeros que Lois registró. Si seguimos probablemente aparezcan más casos iguales.

- Mi abuelo siempre fue una persona organizada, dudo que fuera un fallo de archivo. Podemos comprobarlo con los siguientes años y seguir investigando.

Perfecto, hora de apuntarlo en la lista de cosas por hacer.

- Yo he estado mirando las listas, a ver si encontraba un patrón pero la edad no coincide en ninguna. Lo único es que durante esos años hay más hombres que mujeres pero sabemos que eso no significa nada. Los últimos años han llegado más mujeres, todas mujeres menos yo. 

Si Diego había hecho todo eso además de ayudarme a mí a buscar estaba impresionada. Había invertido menos tiempo que yo a ello y había sacado mucho más. Normal que fuera abogado, el papeleo se le daba bien.

- ¿Tenemos algo para relacionarlo? Quiero decir, ¿hay alguna cosa en Fothram que haga que vengan más mujeres o hombres?

Diego y yo nos miramos. Llevábamos tantos días encerrados aquí dentro, preguntándonos las cosas más básicas, pero dejando de lado lo más importante, Fothram. 

Había algo en el pueblo que hacía que los viajeros aparecieran aquí. En eso era en lo que nos teníamos que fijar.

Diego carraspeó un poco, mirando a Alice sorprendido, intentaba saber que responder.

- No lo habíamos relacionado con eso. Pero tendríamos que ir al registro para averiguarlo. 

Ante eso Alice se levantó con agilidad.

- Sé una forma de hacernos entrar, pero solo puede venir Diego - se giró a mirarme. - No podemos justificar el que entres al archivo. Llevan unos días que me ponen pegas a mí y me conocen. Lo siento.

Su cara mostraba su arrepentimiento, toda la energía que había mostrado antes, al pensar en su plan, se le había ido cuando al darse cuenta que yo no podría ir.

Pues nada. Me volvía a quedar sola. 

Intenté que la decepción no se me notara en la cara. Me gustaría que dejaran de hacerme a un lado en estas cosas. Entendía que no estaba en su mano y que había llegado hace nada pero tenía la sensación que siempre era la última que se enteraba de todo cuando habían sido ellos los que me habían dejado investigar.

- No te preocupes, lo entiendo. Id vosotros y me contáis. Yo me quedo aquí con las otras cajas, todavía nos queda un poco para ponernos al día.

Estaba segura de que no los logré convencer. Antes de irse Alice se acercó a darme un abrazo

- Lo siento, esperaba que pudieras ir con Diego - me miró con una sonrisa para después volver a mirar a Diego y dejarnos solos a los dos. 

Mientras Diego se volvía a poner el chaleco y la chaqueta se me quedó mirando. No sé que vió en mi cara pero lo que viera le hizo acercarse a mí. 

A medida que se acercaba mi corazón se aceleraba, hacía menos de una hora que habíamos estado pegados y mi cuerpo lo recordaba.

- Está bien que te sientas mal,¿Sabes? 

Se quedó esperando a que le respondiera pero no podía hacerlo, corría el riesgo de que acabara llorando. 

Toda esta situación sumado al estrés de un nuevo lugar estaban consiguiendo recordar otros tiempos. Hasta que llegó Nadia siempre me había sentido como alguien de fuera, una extraña, solitaria y habían pasado años de aquello. Me había acostumbrado a tener gente a mi alrededor de forma constante y es verdad que los últimos viajes en solitario habían estado bien pero hasta ahora no me habían dicho de forma directa: no puedes. 

Diego suspiró al ver que no respondía y se puso en frente de mí. Mirándome la cara, para ver cómo iba a reaccionar, sentí como sus brazos me rodeaban. Era la primera vez que me abrazaban desde que había llegado a Fothram, lo necesitaba.

No te rompas, no lo hagas.

Al separarse sentí como empezaba a lagrimear e intenté pararlo parpadeando. Eso es lo que vió Diego y sonrió suavemente.

- Te dije una vez que eras mala actriz, Roja. Si necesitas cualquier cosa me avisas, ¿vale? Intentaré volver cuánto antes pero si ves que anochece vete a la casa, no andes sola de noche.

Antes de que cerrara la puerta yo ya estaba llorando.

Tardé un poco en volver a controlarme, no sabía exactamente el porqué estaba llorando y eso me ayudó a relajarme. 

Podía hacer dos cosas: irme a casa y esperar a que llegaran o adelantar las cajas. Decidí ponerme con la última opción, después de todo Diego me había dicho que intentaría volver aquí. Así que seguí con las cajas del padre de Alice.

El padre no era tan ordenado ni específico como Lois. Todos los papeles tenían nombres, apellidos y ocupación de los viajeros pero una vez dejaban la casa les perdía la pista. Eso nos dejaba sin poder averiguar si habían vuelto a desaparecer o se habían mudado, tendríamos que recurrir a otros métodos para ello. Esperaba que Diego y Alice volvieron con más información sobre ello.

Durante el período de tiempo en el que estuvo a cargo de los viajeros llegaron seis viajeros. Eso hubiera sido normal si no fuera porque solo se dieron cinco Lux. En uno de los viajes llegaron dos de los viajeros. 



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En el texto hay: drama, amor, cienciaficion

Editado: 07.07.2024

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