[Narrador en 3era persona]
Siglo XV, año 1427 en pleno 02 de enero, se integra una nueva temporada en la alta nobleza, el comienzo de una primavera repleta de flores exquisitas sin duda alguna, donde los más hermosos jazmines danzaran en el compás de un viento fogoso, además de las más delicadas dalias de esta nueva etapa que florecerán hasta expandir sus pétalos a no poder más y es también donde las señoritas más elegantes se condecorarán de extravagantes joyas y vestidos de glamour.
Cada paso hacia esta temporada es un gran paso para todas las jóvenes damas que se presentarán ante la sociedad, es como si fuese un baile dulce, empalagante, delicioso y endulzante, pero atrapante, amenazante, peligroso para cualquier tipo de error juvenil, pero porque ponernos negativos ante tal situación, es el mes más glorioso para las familias nobles que quieren presentar a sus bellas hijas ante los hombres ducales, condes, archiduques y hasta barones de ser posible elegantes y gentiles, yendo al grano, que sea fértil y tenga una buena dote para dar.
Esta primavera está tan llena de calidez, y es que de las jóvenes damas, todas las que se van a dar a notar, son de casas aunque no muy nobles algunas, cada una de ellas, no son más que flores diferentes de campo, solo que con algunos brillos de sol que las hacen destellar entre las demás, cada una con un brillo diferente. Sin embargo, tienen algo en común, es su delicadez, elegancia, muy poca elocuencia, gentileza, buena domesticación y vacías por dentro, como muñecas de la más fina porcelana traída de algún país exotico.
La razón de aquella calidez dicha no es solo por las jóvenes señoritas, también por los caballeros, que por cierto, cada uno de ellos es como una gema de ruby o zafiro, a excepción de algunos que son verdaderos diamantes, todos deslumbran con prominencia, inteligencia, dominancia, fuerza, estilo, gran elocuencia de palabras bien elegidas por sus refinados paladares, y una mente tan abierta como los extensos mares.
En este enero tan especial, se presentarán las casas más nobles y más bajas pero con pizca de abundancia, entre ellas las más destacables, la casa de los "Borgoña" con un especial linaje de burgueses, en su familia la más joven, la joven señorita Atanasia le Borgoña Artois III y sus dos hermanos Jacob y Heremias le Borgoña Artois, junto a sus padres Abigail Artois y Renato le Borgoña.
La casa del conde "Roet-Swinford" con sus trillizos Raúl Roet-Swinford II, Gilbert Roet-Swinford y Edmund Roet-Swinford, además del conde Raúl le Roet-Swinford II, sin madre ya que ella falleció luego de dar a luz al tercer hijo, Raúl III . Luego la casa del conde "Borbón-Préaux" con dos hijas casi de la misma edad, Bona e Isabel de Borbón-Préaux y su padre y madre Carlota de Préaux y Renato de Borbón. Consiguiente la casa del duque "Neville Gloucester" con el duque Albert Neville Gloucester, hijo del difunto Rey de Londo y hermano de los príncipes herederos, Edward Mortimer Fosseux que este año cumplira sus 24 y su hermano de 15 años Carlos Eugin Mortimer Fosseux, Albert está sin madre, ella escapó sin razón alguna del imperio. Casi al final la casa archiducal "D'Across" con tres hijos, entre ellos dos caballeros y una dama, la joven señorita se llama Eloise D'Across de Brézé, con sus dos hermanos mayores, Albert D'Across de Brézé y el del medio, Giubert D'Across de Brézé, con la archiduquesa Amber de Brézé y su esposo Francisco D'Across. La casa archiducal "Montmorency" con sus cuatro hijos, dos damas jóvenes y dos nobles caballeros, sus hijas son Leonor y Angela de Montmorency-Fosseux, con un año de diferencia, sus hijos GIovanni y César de Montmorency-Fosseux, junto a su madre Lucrecia Montmorency-Fosseux, con padre ausente, el Archiduque “Eustaquio Ismael de Chiaramonte Fosseux , ya que él por alguna razón ya no se presenta en la alta sociedad, y finalmente los príncipes herederos Edward Mortimer Fosseux y su hermano menor Carlos Eugin Mortimer Fosseux hijos del Rey Alfonso Federico Leonelo de Mortimer Ordelaffi VI y su esposa la Reina Isabel de Chiaramonte Fosseux hermana del Archiduque “Eustaquio Ismael de Chiaramonte Fosseux”.
El lugar del primer baile para estos jóvenes en camino a la adultez se llevará en el mismo palacio imperial, donde se encuentran las más refinadas mesas de mármol añejos, barnizados con el más fino barniz de 100 monedas de oro, las comidas de lujo con sus frutas más recientes y finalmente el salon entero, que contiene las más elegantes y delicadas joyas, candelabros relucientes de un sol saliente y sus tapizados florecientes recientes y sostificados que puedas encontrar en todo el imperio, ah, y el piso encerado hasta las más pequeña viga pegada a los pilares de oro recién calentado por la mañana de primavera. Con dos escaleras enormes de cuarzo liso, pulido por los mejores herreros, dos extensas escaleras que llevan hacia el comedor real, donde suelen comer sus altezas reales, y por debajo de esta, hay como dos cobertizos en desdén hacia abajo, esto lleva hacia los baños femenino y masculino.
Enormes baños como para que quepan todas las damas y caballeros en uno solo, con asientos de terciopelo blanco, palanganas de piedra caliza, lijadas hasta aquella retorcida curva al final de la misma, tan limpia como un cielo completamente despejado. En el salón del banquete hay un estanque de agua pura y limpia, solo de adorno, y finalmente un escalón grande con un piso elevado para que la orquesta más experimentada toque música clásica. Sin olvidar la puerta gigante de entrada, para avisar la llegada de todos los nobles.
Ciertamente va a ser una temporada entretenida, llena de encantos, chismes y por que no romances de amantes en cubierta, algo sucederá, está previsto, cuatro casas van a estar metidas en un gran lío, entre ellas la más noble señorita Eloise, tal vez esta primavera será inexplicablemente única…