Caelestia Lunam

Capítulo 7: TORBELLINO (Parte I: "Golpe de realidad")

“Un torbellino es fenómeno meteorológico que consiste en un vórtice de viento (una columna de aire que rota en posición vertical) que presenta un rápido movimiento giratorio en torno a un eje que permanece relativamente estable. Los torbellinos se forman cuando en una masa de aire en movimiento surge una diferencia de velocidad entre dos regiones generando turbulencias.”

 

Parte 1 “Golpe de realidad”

Mis parpados se separan de manea pesada, haciéndome sentir solo con ganas de volver a buscar un par de horas de sueño y esperar que en un nuevo intento la pesadez en las sienes desapareciera, alejando el fantasma de la migraña que amenazaba por estallar. La superficie detrás de mi espalda se siente más cómoda de lo que podía haber disfrutado desde hacía tiempo, es ello lo que fuerza mi vista a dejar los patrones de luz y distinguir algo más que siluetas.

Apoyo mis codos, incorporándome sobre las capas y capas de mantas sobre las que me habían recostado tras llevar mi cuerpo inconsciente a rastras a quien sabe dónde y quien sabe cómo. Son aquellas suposiciones ciegas las que devuelven a mi memoria los sucesos ocurridos, la secuencia de imágenes y sensaciones, haciendo subir por mi garganta el sinsabor amargo que me había embargado de igual manera en aquel momento.

—Despertaste antes de lo que creíamos. — La voz masculina me hace girar la vista en dirección a donde apuntaban mis pies, encontrándome con un rostro familiar pero que había pasado por alto demasiado tiempo.

—Supongo que eso es bueno, pero, ¿Cuánto he estado inconsciente?

—Doce o quince horas, no estoy muy seguro. — Thaliel, el menudo chico quinceañero que había tomado la selección junto a mi me miraba con los brazos cruzados sobre su menudo pecho.

El lapso de tiempo ofrecido como respuesta me resultaba demasiado, mucho más considerando nuestra posición y la cantidad de información que seguramente aquel comandante de la armada no nos había dado y tampoco le había dejado oportunidad de confesar. Doy un suspiro largo mientras paso la palma diestra por el lleno de mi rostro, notando la boca reseca y necesitando de un buen trago de agua.

— ¿Te sientes mejor? — La voz del chico me hace salir de mi ensimismamiento antes de asentir secamente a una sola cabezada —. No lo pareces. — Su ceño fruncido y crítico me provocan una sonrisa ladina corta.

— Supongo que me he visto mejor, pero en definitiva estoy más estable. — Es mi turno de fruncir el ceño, pero ninguno puede comentar al respecto antes de que el marco de la puerta sea cruzado por una nueva silueta familiar. Aquello comenzaba a parecer un desfile de fantasmas pasados.

— He escuchado que hablaba, ¿Tiene mucho despierto?

— Ni siquiera cinco minutos. — Responde Thaliel solo moviendo su vista al chico que le sacaba diez años, tal vez once. Seth, misma generación que yo al tomar la selección se abrió paso en la desvencijada habitación con la vista crítica clavada en mí.

El silencio se prolonga y el aire cobra un peso diferente, casi hostil. Seth poseía un talento innegable para el control ectoplasmatico y se había colgado más de una medalla en su desempeño durante las cruzadas, pero no en la última parte de estas. Siempre había sido un fiel seguidor de las ideas profesadas por Aiden y parte de su escuadrón, mismo que había permanecido inactivo hasta ese momento, dejándonos al resto pelear y en muchos casos morir.

Una tercera presencia aparece en el juego cuando una de mis manos aun apoyadas sobre la superficie de la cama, la zurda, es tomada entre un par de manos cortas que reconozco solo al tacto: Caelestia. Quiero desviar la vista y hacerle saber que aprecio el hecho de que siga a mi lado pero mi mirada esta clavada en la de Seth, rehusándose a moverse y perder aquella pequeña batalla visual que Thaliel solo seguía pasando de uno a otro con las cejas arqueándose sobre sus parpados.

— Tus ojos lucen terribles. — Es el primer comentario que me dedica el moreno pelinegro antes de apartar la mirada con el pretexto de ir a sentarse en el suelo, justo a un lado de Thaliel.

— Supongo que no tengo mucha idea de eso. Hace un rato que no veo un espejo. — Respondo de la manera menos hostil en la que me siento capaz de reaccionar en ese momento, aunque al parecer no es mucho.

— Tienes el efecto de la luna aún marcado, es eso.

— No te ofendas, pero no creo que alguien de control ectoplasmatico pueda hablarme mucho sobre los efectos de la luna. — El ceño de él vuelve a fruncirse y a continuación escucho una suave vibración, como un murmuro cercano a un zumbido que me molesta en el oído, haciéndome pegar el costado de mi rostro sobre mi hombro

La reacción de Caelestia es inmediata, haciéndome trastabillar ligeramente mientras acabo de erguirme, sentándome sobre la cama para soportar el abrazo sobre mi costado que me dedica la chica. Seth me mira fijo y yo le devuelvo el gesto simulando que lo que ha visto ha sido producto de mi  torpeza.




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