Caelestis Ignis. Donde todo comenzó

CAPÍTULO 7

   El sol desplazaba  a la luna mientras se alzaba. Los jóvenes encerrados en la cueva despertaban en forma humana. Alexa y Evan se habían encontrado frente aquel lago; ambos espabilaban, mientras caían en la realidad: se encontraban desnudos. Ella fue la primera en notarlo, y atinó a cubrir sus partes íntimas que pronto dejarían de serlo. Él abrió sus ojos un momento después.

-¿Vergüenza, Dumont?- sonrió con picardía. Alexa le hizo burla.

-¿No tienes nada mejor que hacer? Deja de mirarme.- le dio un pequeño golpe en la cabeza, dejándose al descubierto. Evan comenzó a reír. Su sonrisa era radiante. Ella se ruborizó.

-Bien... no quiero que mis dotes te dejen atónita.- bromeó. Con su gran velocidad buscó una manta dentro de la cabaña destrozada. Se la tendió, y ella logró cubrirse.

-Ni en tus sueños podrías reproducir una imagen mía loca por ti.

-¿Segura que no incineraras esa manta?

-No estoy segura de poder controlar mis ganas de atarte y asarte.

-Edición limitada.- dijo, haciendo movimientos pélvicos. Alexa corrió su vista hacia el lago.

   Evan alzó su vista de la muchacha, y miró hacia el bosque. Sentía cerca a su manada. 

 

-¿Ahora eres nudista?- preguntó Sammie tras él. Se giró, e intento abrazarla. Su amiga, que se encontraba vestida, dio un paso alejándose.

-Y de edición limitada.

   Evan era un niño cuando agarraba confianza con las personas. Y agarraba confianza con las personas tan rápido como los niños. Podía llegar a ser muy irritante.

-Hola, Ev.- saludó Julia, concentrada en la cantidad de músculos que se le marcaban a aquel muchacho solo por el hecho de existir. Para ambos era una pena, pero ella tenía quince, y el diecinueve. La diferencia era demasiada.

-Alo, Jules.- Ese era su apodo.

-Bien. Si sigues mirándolo le producirás un agujero, y veremos sus intestinos.- comentó Harvey.

   Max le tendió una muda de ropa a Evan, que se colocó sin problema.

   Alexa se había incorporado, y se escondía detrás de la corpulencia del muchacho.

-¡Ah!- se hizo a un lado.- Casi lo olvido... ella es Alexa. Es una nueva integrante de la Manada Génesis.- Ella saludó vergonzosa con una mano.

-¡Genial- exclamó Harvey con sarcasmo.

-¡¿Qué?!- A los hermanos no les agradaba la idea, y no se preocupaban por ocultarlo. Sammie sólo agachó su cabeza.

-¿En qué momento lo acordamos?- Alexa sonaba más sorprendida que cualquiera de allí.

-Oye, Alexa.- Sammie evitó toda posibilidad de que se arme una bataola.- Encontramos a tu protector desmayado.- se sintió terrible por haberse olvidado de él.

-¿Dónde... dónde está? ¿Está bien?- la preocupación se había instalado en su corazón.

-Oh si... él está bien. Sólo que tenía unas quemaduras leves en la mano. Me preguntaba cómo se las había hecho. Eran terribles, debería tener cuidado.

   Evan ocultó sus manos, y fue el primero en hablar.

-Tori suele hacer experimentos. Ya sabes...

-Brujos eruditos.- terminó la protegida.

-Claro...- Sammie miró a ambos. Max y Julia se habían retirado. Harvey miraba la gran altura y cuan esbelta era Alexa, y se lamentó de su altura.

-¿Ves?- Evan miró a Alexa.- Estás en deuda con nosotros. Kat salva a Victor. Tu te unes, y nos salvas. Nosotros te protegemos.

   Ella rezongó. Ya no había escapatoria. Estaba en deuda.

-Con un condición, Grey.

-¿Siempre eres tan difícil?

-¿Por qué...?

-Esas preguntas...- se apresuró.- serán para luego de que firmes un contrato de lealtad...- bromeó él.

   Sammie y Harvey les habían dado la espalda hace mucho. Alexa y Evan caminaban tras de ellos.

-Dime Ev...- sonaba sarcásticamente enamorada.- ¿me arrepentiré?- él se rió.

-Hagas lo que hagas, te arrepentirás.- comentó.

-Socrates no aplica aquí. Eso sólo lo dijo por un amigo...

-Pues... bienvenida a tu casamiento con la Manada Génesis. 

 

   Desde lejos se divisaba una gran fortaleza. Las copas de los arboles ocultaban los gruesos y altos muros de piedra, que salvaguardaban una construcción. Alexa era capaz de oír el zumbido de las cámaras de vigilancia, siguiéndolos a ambos. Una pesada puerta de hierro fue abierta luego de un estruendo, y todos pasaron.

   La muchacha se quedó sin aliento al descubrir, que, literalmente vivían en un palacio enorme. La construcción constaba de un edificio al estilo gótico, de planta circular, organizado alrededor de un gran patio de la misma figura. Cuatro grandes torres miraban hacia cada punto cardinal. Si se rodeaba aquel monstruo, existía una parte aún dentro de las murallas, muy descuidada. Con dos antiguas piletas, con agua color verde, y estatuas abrazadas por el pasto.

-Piedra arenisca...- susurró ella, al pasar su delicada mano, por la pared del castillo. Evan la miró confundido.- Es resistente al fuego.

-Me haré guantes de eso...- bromeó para sí. Alexa lo miró, rodando sus ojos.- No se te va a caer la boca por reír.

-Mejor no probar...

   Todos siguieron su camino. Solo quedaron Alexa y Samantha en la entrada de aquel castillo ignífugo.

-Bien.

-De acuerdo.

   Hablaron a la vez.

-La mansión esta construida al estilo de una fortaleza... modernizada...

   Sammie soltaba datos sobre el castillo, y su construcción. Alexa sólo observaba a las habitaciones pasar. Cocina, comedor, baño, escalera, gran salón, escalera, sala.

   Las paredes de piedra, gruesas y altas, estaban sin decorar. Algunas antorchas, o arañas colgando de los techos. La iluminación era buena, ya que de un lado de la estructura, las puertas daban al patio circular.

   Alexa oía el ruido de las cámaras, no era capaz de verlas.

-Esa sensación se acaba en las habitaciones.-susurró Sammie, conduciéndola escaleras arriba. Tenía razón.




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