Cafe con leche

1 Justo a tiempo

- Salmos 138
8 Jehová cumplirá su propósito en mí;
Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.

 

 


Después de hacer su rutina matutina, se arreglo recogió su departamento, hizo su café bien cargado con leche y llamó un taxi, para que la llevara a su trabajo. 
Es una chica realmente puntual siempre llegaba unos minutos antes que su jefe al trabajo. llegó a su escritorio ordenó todos los papeles que tenía que entregarle a su jefe, fue a la cafetería le compró su café sin azúcar que siempre se bebía y el que siempre le pedía cada vez que llegaba a la oficina. 
Luego de terminar de ordenar todo lo que tenía en su escritorio y todo lo que le tenía que entregar a su jefe cuando llegara, se sentó y tomó su café que tanto le gustaba tomar por la mañana. 
- No hay nada mejor que un café con leche, por la mañana y tener todo listo- dijo dándole un sorbo a su delicioso café con leche. 
Miró la hora en su teléfono, y su rostro formó una sonrisa, faltaban diez minutos justamente para que su jefe llegara y en el tiempo que justamente se terminaba de beber su café. 
Cuando su café terminó dos minutos después entró su jefe, tan elegante y varonil como siempre, estaba atraída de él desde que la había contratado como su secretaria, tenía cinco años trabajando para el y cada vez que iba a orar le pedía a Dios que sí el era el hombre que el quería poner en su camino que lo pusiera, pero hasta ahora nunca a pasado algo.  
- Señorita franceska buenos días- la saludo y paso a su oficina.  
En su rostro se formó una enorme sonrisa como cada día que la saluda, ella cogió todos los papeles que tenía que entregarle y su café sin azúcar, y entró a la oficina luego de tocar.  
- Señor Adrián aquí están todos los papeles que tiene que leer y firmar. Y su café sin azúcar- dijo poniendo todo en su escritorio.  
Con una sonrisa de agradecimiento y asentimiento de su cabeza, recibió los papeles y el café.  
- Gracias señorita Franceska- dijo sonriendo.  
- De nada, señor Adrián.  
No se llamaban por su apellido, porque ambos se habían pedido cordialmente que no se llamaran por su apellido.  
Salió de la oficina y cerró la puerta sin hacer ruido y fue a sentarse en su escritorio.  
Vio a las mujeres que trabajan en la misma área que ella, que siempre la miraban por encima del hombro, por no ser el mismo prototipo de mujer o el mismo prototipo de belleza, que todas las mujeres querían tener.  
Casi siempre decían comentarios ofensivos a su persona a lo cual no le hacía caso y tampoco le molestaba, porque ya hace mucho tiempo que había superado esa etapa y había aceptado su cuerpo como era.  
No era una chica delgada, tenía curvas, tenía estrías, le salían espinilla, en lugares tenía más grasa que en otros y Tanía todas esas cosas que una mujer podía tener en su cuerpo sin tener que sentirse avergonzada de sí misma.  
La puerta de la oficina de su jefe se abrió y el salió con una hoja en la mano, se acercó a su escritorio y sentó en una de las silla que había frente al escritorio.  
- Pará mañana tenemos la conferencia que teníamos preparando desde hace una semana.  
- Pero dijeron que era para la próxima semana- dijo con el ceño fruncido.  
- Si, pero el gerente de la otra empresa con la que debes lograr un contrato lo cambió para mañana a las nueve en puntos- dijo entregándole el papel que tenía en la mano.  
La chica lo estaba leyendo, donde decía que todo había cambiado para mañana y que tenían que tener la presentación lista.  
- La guía es positiva ya está lista señor, solo tengo que hacerle unos retoques- dijo entregándole el papel.  
- Si quiere señorita yo puedo  terminar los arreglos que falta. 
Ella le regalo una sonrisa de labios cerrados, lo que él no sabía era que a ella le encantaba su trabajo, y esa guía positiva para ella era como beberse un café.  
- No hace falta, lo que tengo que arreglar son faltas ortográficas. 
Saco la computadora, para empezar arreglar esas faltas.  
- Cuando termine yo se la mando, para que usted le agregue o le quite lo que sea innecesario- murmuró.  
- Esta bien, cuando termine me la manda a mi correo.  
Se paro de su asiento y volvió a su oficina.  
Arreglo todo lo que tenía que arreglar de la presentación, agrego cosas que eran importantes, y se lo envío a su jefe.  
Miró la hora y era la hora de almorzar, cogió sus y arreglo su escritorio, bajo a comer donde comían los que trabajaban en el empresa.  
En su bandeja había un poco de todo lo que le gustaba, las personas se quedaban sorprendidos cuando veían la cantidad de comida que se comía a diario, era una chica que se mantenía saludable, hacia ejercicio y comía saludable.  
Terminó su comida, escogió su bebida preferida de naranja, y mientras volvía a su lugar de trabajo se fue tomando su deliciosa bebida de naranja.  
                                  *** 
Cuando llegó a su departamento lo primero que hizo fue quitarse las zapatilla altas que usaba para trabajar, los puso justamente al lado del mueble.  
- Hogar dulce, hogar- susurro- o debería decir, departamento dulce, departamento.  
Tenía una rara costumbre de decir algunas oraciones cuando llegaba a su departamento y estaba sola.  
No era un departamento de lo más grande, es un departamento cómodo donde ella podía formar una familia, pero lo más importante era que se sentía cómoda en ese departamento.  
Abrió el refrigerador y sacó la lasaña y la puso en el microondas le dio los minutos suficientes, mientras ella se iba cambiando, y dándose una ducha.  
Cuando terminó de darse la ducha salió del baño, se puso su pijama, y fue al balcón para buscar a su gato, luego fue a la cocina y sacó la lasaña, se sirvió en un plato, buco jugo de naranja y se sentó en el sofá, prendió la televisión y fue una película. 
Mientras iba comiendo e iba viendo la película, la misma película que había visto todo el fin de semana sin cansarse, mientras su gato estaba acostado al lado de ella en el sofá.  
- Cualquiera piensa que soy una soltera triste, pero no es verdad Susi- dijo hablando con el gato- porque yo se que Dios no me va a dejar soltera para siempre.  
Cualquier persona que la escuchara pensaba que ella estaba triste o loca, pero no era así, ella era una chica muy feliz y llena de vida.  
- Y tampoco estoy desesperada- dijo- me gusta cuando voy a la iglesia y también cuando me quedo hablando contigo hasta tarde.  
Siguió viendo la película, hasta que apagado la TV, fue a la cocina limpio lo que en sucio y fue a su dormitorio. 
Leyó la biblia por un momento, oro de rodilla al lado de la cama.  
Se subió a la cama cuando terminó, antes de apagar la lámpara, miró hacia abajo donde estaba su gata acostada y le dijo.  
- La conferencia se adelantó para mañana- dijo y apago la luz.  
                                  *** 
Miró la hora en su reloj y eran las seis en punto su hora de entrada era justamente a las siete así que tenía una hora completa para hacer lo que tenía que hacer, le dio gracias a Dios por darle un día más de vida y fue a la cocina, puso el café a lo que ella se iba bañando, sacó su ropa que iba a usar hoy, entró a la bañera y se dio un baño con agua fría para que el sueño se le fuera.  
Salió de la bañera, se puso crema en todo el cuerpo, se puso la ropa que  había sacado.  
Ya con la ropa puesta se paro frente al espejo, no supo que iba hacer con su pelo corto castaño claro esponjo, después de estar unos minutos para sin saber que hacer con su pelo, se decidió ponérselo detrás de la orejas, se puso las zapatilla no tan altas negras.  
Después de terminar de arreglarse, apago el aire, y todo lo que había usado mientras se vestía lo puso en su lugar, salió de la habitación.  
Fue a la cocina sirvió dos tazas de café, una para ella y la otra para su jefe, ella era de las que decía porque comprar un café cuando puedes tu mismo regalarlo uno.  
Llegó a la oficina a las siete y quince de la mañana, busco la computadora donde tenía la guía positiva y el café de su jefe y lo llevo a su oficina.  
Se sorprendió cuando vio a su jefe dentro de la oficina, si el siempre acostumbraba a llegar después de ella.  
- Buenos días señor Adrián- saludo poniendo el café y la computadora en su escritorio- aquí esta el café de todos los días, y la guía positiva.  
- Muchas gracias señorita- dijo-buenos días para usted también.  
La chica salió de la oficina y fue a su escritorio para tomarse su delicioso café, después de terminar su café entró al baño de chicas, se miró en el espejo y dijo.  
- Eres una chica hermosa, eres una chica inteligente- dijo- en realidad Dios a hecho cosas maravillosas conmigo.  
Todos los días sin faltar ella frente a un espejo se decía esas palabras.  
Después de una hora y media su jefe salió de la oficina, con el maletín en su mano izquierda donde llevaba su la computadora.  
-  Señorita franceska, tenemos que irnos- dijo viendo la hora en su reloj- faltan treinta minutos para que empiece la reunión.  
La chica cogió su cartera, se paro de su escritorio, y se puso frente de él.  
- Antes de irnos tenemos que hacer algo- dijo sonriendo.  
- ¿ El que?- preguntó.  
- Orar, tenemos que orar para que Dios nos ayude a que todo salga bien- dijo.  
Extendió sus manos hacia delante, para que él las tomará, él con el ceño fruncido y puso sus mano hacia delante.  
- Señor gracias por este día de vida que nos has dado, mira esta conferencia que vamos hacer la ponemos en sus manos para que sea usted tomando el control, gracias por todas la cosas buenas, en el nombre de Jesús amén.  
Ella soltó sus manos y lo miró sonriendo.  
- Muy interesante señorita- dijo.  
- Si. Si queremos que algo nos salga bien tenemos que orarle a Dios y el te va ayudar- dijo- vamos se nos va hacer tarde.  
 



#27833 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor

Editado: 05.10.2020

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