Cafe con leche

7 Comida china

Santiago 4

10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

 

La chica dejó al animalito en el balcón y volvió a la sala y vio a Adrien sentado en su sofá. 

Se había quitado su abrigo, y se había puesto cómodo en su sofá. 

- Que rápido te acomodas en mi sofá- murmuró la chica con una ceja arqueada. 

- Pues si, señorita Francesa, su sofá es muy cómodo. 

La chica se le escapó una risita y fue hasta sentarse al lado de él en el sofá. 

La chica se llevó la mano a la nariz, porque sentía que iba a soltar un leve estornudo. 

La chica agradecía a Dios porque ya no eran tan constantes y fuertes como la noche anterior. 

- Ya los estornudos no están tan fuertes como la noche anterior- dijo- Gracias a mi te mágico- dijo mirándola sonriendo. 

- Oh si claro, gracias al té de sobre que había en la cocina- dijo- crees que nunca iba a saber tu secreto. 

Las mejillas del hombre se pusieron un poco rojas, la chica al ver tal acción, soltó una pequeña carcajada. 

- Lo sabía, eres un tramposo- murmuró la chica. 

- Descubriste mi secreto, pero eso no quita que te halla curado- murmuró- como yo lo hice, ya sabes lo que dicen. 

La chica se quedó sin entender lo que él quiso decir al terminar la frase. 

- Ya veo que no entendiste, es una frase mía, pero le pones más sazón cuando dices << ya saben lo que dicen>>

- No entiendo lo que quisiste decir- dijo la chica seria. 

- Sabes como yo hice el té yo te cure- murmuró. 

La chica desde el principio sabía que el quiso dejar dicho pero quería verlo como trataba de explicar lo mismo varias veces. 

- No te entiendo Adrián, ¿Cómo que me curaste?- pregunto tratando de mantener su cara lo más seria posible. 

- ¿Todavía no entiendes lo que quise decir?- pregunto- te lo vuelvo a explicar… 

La chica no pudo aguantar más y soltó una carcajada, vio como el se trataba de explicar, y en su rostro se veía la cara de frustración cada vez que tenía que explicarle.  

- Ya lo habías entendió desde un principio- afirmó- me viste la cara de yo no se que- dijo enojado. 

- Solo fue una broma- dijo lo más seria posible. 

- Pues tu broma no me gustó- murmuró parándose- nos vemos. 

La chica se sintió mal por un momento porque el había pasado toda la noche cuidándola y ella se estaba riendo de él. 

- Lo siento, no quise hacerte sentir mal- dijo la chica arrepentida. 

El estaba de espaldas a ella, y en su rostro se formó una sonrisa, porque había logrado su prometido de verla así. 

El se dio la vuelta hasta estar de frente a ella. 

- Pensé que la broma iba hacer de tu agrada, pero no fue así- dijo la chica. 

El no pudo aguantarse y soltó una carcajada, la cara de la chica era de poema, al ver que el también le había hecho una broma. 

- No estabas enojado- afirmó- oh Adrián juro que me las vas a pagar, pensé que en realidad estabas enojado. 

- La venganza en dulce- dijo con una pequeña sonrisa. 

Las mejillas de la chica estaban un poco rojas, iba a decir algo pero en ese instante tocaron la puerta, el ceño de la chica se frunció levemente porque no estaba esperando a nadie. 

- Que extraño no estoy esperando a nadie- murmuró. 

- Es un… monstruo que viene a comerte- dijo abriendo la puerta. 

La chica vio como un joven le pasó unas bolsas de comida, y el le pasó dinero. 

- Gua que delicioso monstruo he comprado- dijo riendo. 

- Ya no da risa Adrián- dijo como una niña pequeña. 

- Hay pero si es conmigo la broma si da risa, ¿verdad hermosa?- pregunto.

Las mejillas de la chica se pusieron un poco rojas por su cumplido. 

El se dio la vuelta para servir la comida que había mandado a comprar. 

- ¿En qué momento compraste esa comida?- pregunto la chica. 

El busco unos platos para servir la comida, luego se dio la vuelta para para responderle. 

- Cuando fuiste a dejar a tu gato feo, llame para que nos trajeron comida. 

- ¿Es china?- pregunto. 

- No me digas que no te gusta- dijo preocupado. 

- ¿Tu que crees?- pregunto. 

El dejo los platos a un lado y la miró, sacó su móvil para llamar y comprar otro tipo de comida. 

- ¿Qué haces?- pregunto la chica. 

- Pues llamando para comparar otra comida- dijo obvia. 

La chica se hecho a reír, sin importarle que hiciera un escándalo. 

- No he dicho que no me gusta la comida china- no aguantaba la risa. 

El dejo el móvil a un lado y la miró a los ojos. 

- No pienso decirte nada Franceska- dijo. 

La chica estaba tan divertida que su estómago dolía de tanto reírse. 

- Francesa ven a comer- dijo Adrián. 

La chica trató de dejar de reírse, se sentó en la mesa, y trató de poner cara seria pero no podía, cada vez que se acordaba de Adrián llamando para pedir otra comida. 

- Hoy voy a orar yo- murmuró el hombre. 

- OK. 

El hombre oro, le agradeció a Dios par los alimentos del día de hoy le pidió perdón por sus pecado y pidió que Dios le diera los alimentos a los que no lo tenían. 

Los dos estaban comiendo tranquilamente y disfrutando de su comida. 

- Es la mejor comida chica que he comido en vida- dijo la chica. 

El sonrió de lado, y terminó de tragar lo que tenía en la boca, para hablar. 

- Sabía que iba a gustarte- murmuró- soy muy bueno en eso de comida. 

- Ni es para tanto, eres muy presumido hombre- murmuró la chica con una sonrisa. 

- Solo digo la verdad- murmuró encogiéndose de hombros. 

La chica se paro de la mesa sin haber terminado de comer, el la siguió con la mirada. 

- No has terminado de comer- murmuró. 

La chica lo miró y sonrió. 

- Le voy a llevar comida al gato que le tienes miedo- murmuró- quédate ahí, no vaya hacer que te coma- bromeó la chica. 



#27849 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor

Editado: 05.10.2020

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