Ella tiene los ojos más hermosos,
iluminan con un color violeta,
tan bello, cafés, profundos, suntuosos,
llena con su garbo el alma del poeta.
Bajo la luz de la luna refleja
un brillo iridiscente entre mis sueños,
los veo florecer en mi tierra bermeja,
los contemplo, razón de mis ensueños;
cosecha estrellas en la vasta nada,
huyen las sombras con su luz radiante
irisa y corta en dos la madrugada,
su voz en el silencio sale avante;
me cobija entre los pliegues etéreos
que ciernen sobre su bendita esencia,
son mi mente, alma y corazón sus reos,
mis versos son para ella reverencia;
y poseen un hechizo poderoso,
en mi alma cae como un fresco rocío,
yo soy de los hombres el más dichoso,
cuando al percibir su aroma, sonrío.