No me entiendas
“Eres bueno escuchando, ningún consuelo se
compara con eso”.
No me entiendas, no me descifres, ni busques complacerme con lo que aprendas. Solo permíteme amarte y ser amada.
No busco que me busques, ni pido que lo comprendas. Solo quiero ser de ti la sencillez que cristaliza el agua, el filtro de la impureza y follaje de tu mirada.
No quiero, ni pido que me llenes de estrellas, solo quiero sentirte así, cálido. Estar sobre tu espalda, porque tu propia existencia, el respirar, el tiempo inmarcesible que me das, es suficiente para llenar mis espacios vacíos.
Si nos detenemos en eso, por un instante, dejaremos
de querernos… Porque el mantenernos en nuestros corazones no se trata de caprichos, se trata de la acción, la vara que sostiene el árbol en crecimiento. Solo así, dejando que la conexión de nuestros dedos entrelazados se haga eterna, puedes llegar a encontrar lo que habita
dentro de mi madriguera.
Tal vez te suene confuso, pero ¿qué es fácil para el humano, gato?
Nuestro pensar complejo hace las cosas complicadas como también accesibles. La forma en que caminamos, en que soñamos es todo, pero a la vez nada. Sin ver, sin sentir, solo guiándose por el alma está
la razón que necesito de ti. Está la respuesta que buscas de mí.
¿Podemos amarnos así?